Es cierto que cada día, con cada nueva historia se generan nuevos personajes y conflictos entre ellos que invaden la cartelera y nos maravillan. Pero, hay una gran verdad detrás de cada nueva creación. Y es que existen ciertos personajes que han acompañado a las artes escénicas desde el principio de los tiempos y que se convirtieron en inspiración para crear estos otros personajes, referencia inmemorial de nuevas historias. ¿Cuáles son? En esta ocasión hablamos de los personajes masculinos más representados del mundo.
Desde Hamlet hasta Segismundo, del teatro inglés a la comedia dell´arte y el teatro del siglo de Oro español. Existen millones, claro. Y todos ellos, han querido ser representados en algún momento de la vida por actores y actrices.
Entre la tragedia griega y el siglo XXI, hemos seleccionado 12 grandes personajes masculinos más representados del teatro universal. Interpretados y codiciados por los actores a lo largo de la historia.
1. Edipo Rey de Sófocles
“Edipo Rey expesa el deseo inconsciente y universal que todo espectador reconoce como propio”. – Sigmund Freud
Comenzamos este conteo de los 12 personajes masculinos más representados en teatro con Edipo Rey, un personaje creado por Sófocles, el poeta trágico griego, autor de otras obras como Antígona.
Se trata de una de las obras clásicas más importantes del teatro griego. El personaje de Edipo Rey representa una serie de conflictos humanos y valores sociales que son considerados arquetípicos desde el punto de vista psicológico y sociológico.
Edipo Rey llega a trascender de tal manera que hasta construye la imagen de un arquetipo: la relación de Yocasta-Layo-Edipo. Pone en evidencia un arquetipo de personalidad y de las relaciones humanas que se prefigura universal.
Algunos de los actores más famosos que han interpretado este personaje para la pantalla grande han sido Michael Pennington, quien protagonizó la traducción/adaptación de Don Taylor en 1986 de la obra, que formó parte de la trilogía de la BBC de The Theban Plays. Otros Edipos para televisión han sido Christopher Plummer (1957), Ian Holm (1972) y Patrick Stewart (1977).
2. Hamlet de William Shakespeare
“Ser o no ser, he ahí el dilema”, probablemente sea la cita más conocida de todos los tiempos.
El argumento de esta obra gira entorno a la venganza llevada a cabo por el príncipe Hamlet para vengar la muerte de de su padre, quien es asesinado por su hermano. Se trata de uno de los personajes más emblemáticos de William Shakespeare, siendo Hamlet, Príncipe de Dinamarca, la obra cumbre del autor inglés.
Sigmund Freud, Ernest Jones y Jacques Lacan llegaron a explicar sus doctrinas a través del análisis de la obra de Shakespeare y de este personaje. “La obra está construida sobre las dudas de Hamlet en cuanto a si llevar a cabo el deber de la venganza que le ha sido asignado, pero el propio texto no ofrece razón o motivo algunos para tales dudas”, manifestaba Freud en La interpretación de los sueños.
Con un dilema similar al de Edipo, el héroe de Shakespeare es todo un mito dramático, que ha sido interpretado por los más grandes actores británicos: John Guielgud, Laurence Olivier, o más recientemente, el protagonista de la serie Sherlock, David Cumberbatch.
3. Segismundo de Pedro Calderón de la Barca
Segismundo, el personaje creado por Pedro Calderón de la Barca que protagoniza la obra La vida es sueño, proclama la capacidad de distinción y de discernimiento. Es un personaje complejo y contradictorio. Sin saber quiénes son sus padres, ni cuál es el motivo por el que está encarcelado, llega a pensar que su único delito es haber nacido.
“Estoy temiendo en mis ansias que he de despertar, y hallarme otra vez en mi cerrada prisión”.
4. Tartufo o el impostor de Molière
“conoce a quien engaña,con cien apariencias y con su hipocresía le saca sumas a toda hora, adquiriendo además el derecho de censurarnos a todos”. – Molière
Tartufo, que viene de “trufa” en italiano, es un personaje escurridizo, mentiroso y extraño. En la obra homónima del gran Moliere, Tartufo busca quedarse con todos los bienes de Orgón. El personaje, mediocre y ladino, se hace pasar por un devoto cristiano y exagera la devoción hasta llegar a ser el director espiritual de Orgón.
Desde la época de Molière, Tartufo se ha quedado en el repertorio de la Comédie-Française, siendo su obra más representada. La primera producción de Broadway tuvo lugar en el ANTA Washington Square Theatre de Nueva York y se desarrolló del 14 de enero de 1965 al 22 de mayo de 1965. El elenco incluyó Hal Holbrook como M. Loyal, Ley de John Phillip como oficial del rey, Laurence Luckinbill como Damis y Tony Lo Bianco como Sargento.
5. Mefistófeles de Johann Wolfgang von Goethe
“No conseguirás conmover otros corazones si del corazón nada te sale”.
Aunque no es un personaje precisamente creado por Johann Wolfgang von Goethe -para los amigos, solo Goethe-, es este autor el que le dio más fama.
Si bien el protagonista de la obra es el propio Fausto, que vende su alma al diablo a cambio de que sea este quien le sirva en vida, el personaje de Mefistófeles resulta a menudo más atrayente para los actores, ya que representa al Diablo.
La obra constituye una parábola sobre el conocimiento científico, la religión, la pasión y la seducción, la independencia y el amor, entre otros temas. En términos poéticos, Goethe sitúa la ciencia y el poder en el contexto de una metafísica moralmente interesada. Fausto es un científico empírico que se ve forzado a enfrentarse a cuestiones como el bien y el mal, Dios y el diablo, la sexualidad y la mortalidad.
6. Don Juan Tenorio de José Zorrilla
“¡Cálmate, pues, vida mía! Reposa aquí, y un momento olvida de tu convento la triste cárcel sombría”.
Su personaje principal, Juan, presente en El Burlador de Sevilla, es un joven amoral, libertino, que va seduciendo a mujeres, da igual el número, que finalmente vive un encuentro sobrenatural desencadenando así el último momento de la obra, su salvación o condena eterna.
José Zorrilla, a diferencia de la obra barroca, se centra en una sola aventura amorosa y presenta a un personaje principal, en este caso Don Juan, que se arrepiente y consigue la salvación por medio del amor.
La obra de teatro Don Juan Tenorio, de José Zorrilla es la pieza más representada en la historia de la Literatura en España desde su estreno en el Teatro de la Cruz de Madrid el 28 de marzo de 1844.
7. Stockmann de Henrik Ibsen
“He descubierto que la base de nuestra vida moral está completamente podrida, que toda nuestra vida espiritual está corrompida y que toda nuestra sociedad burguesa descansa sobre terreno pestilente”.
Thomas Stockmann vive con su familia en una ciudad que obtiene sus riquezas de un balneario. Cuando descubre un foco de infección en las aguas, entra en conflicto con el alcalde (su propio hermano), que no quiere gastar dinero en la reparación y prefiere mentir al pueblo y ocultarlo.
A partir de este argumento Ibsen volvió a adelantarse a su tiempo con una obra que no ha perdido un ápice de vigencia en el siglo y medio que ha pasado. El Dr. Stockmann es un hombre de ciencia, honrado, que lucha por lo que cree justo y por sus ideales, pero que tiene que enfrentarse a la hipocresía de la sociedad en la que vive.
8. Trigorin de Chéjov
“Tomo cada frase, cada palabra, suya o mía, y me apresuro a encerrar esas frases y esas palabras en mi depósito literario…”
La gaviota presenta un elenco de roles diversos y complejos, dentro del cual el de Trigorin se considera uno de los más importantes personajes masculinos del teatro.
Escritor de un relativo éxito, Trigorin no llega a la excelencia de Tolstoi (con quien se compara casi de forma obsesiva) y no consigue ser feliz, destruyendo a su paso la candidez de Nina. Pero como ocurre en todas las obras de Chéjov, lo importante no es lo que Trigorin hace, sino su subtexto. En palabras del propio Chéjov, cuando le acusaban de que en sus escenas ‘no ocurría nada’: “los hombres comen, duermen, fuman y dicen banalidades, y sin embargo se destruyen”.
9. Max Estrella de Valle-Inclán
“La deformación deja de serlo cuando está sujeta a una matemática perfecta, Mi estética actual es transformar con matemática de espejo cóncavo las normas clásicas.”
Max Estrella esta dentro de los personajes masculinos del teatro universal, aunque tenemos que reconocer que Valle-Inclán no lo puso fácil a las compañías que quisieran representar esta obra: ¡Hacen falta nueve localizaciones distintas!
Héroe y antihéroe al mismo tiempo, Max Estrella está basado en la figura del poeta sevillano Alejandro Sawa.
10. Leonardo de García Lorca
“El más terrible de todos los sentimientos es el sentimiento de tener la esperanza muerta”.
Insconciente y apasionado, profundamente enamorado de una mujer que no le conviene, Leonardo es el único personaje de Bodas de sangre que tiene nombre propio.
Podríamos decir que esta es la primera seña de la importancia del personaje, no solo por su papel en la trama. Es por él por lo que las bodas acaban de manera trágica, sino también porque Lorca pudo salirse de los límites de un rol estereotipado y darle un desarrollo al personaje mucho más amplio.
11. John Proctor de Arthur Miller
“Todavía le es imposible al hombre organizar su vida social sin represiones, y el equilibrio entre orden y libertad aún está por encontrarse”
De nuevo nos enfrentamos a un personaje recto, con unos principios e ideales muy claros. Y de nuevo su final no es el más alegre. La obra que le valió a Miller un Premio Tony en 1953 se centra en los hechos históricos de la ‘caza de brujas’ de 1692 en Salem, una aldea de religiosos protestantes venidos de Centroeuropa.
John Proctor es un granjero acusado de brujería por Abigail, una chica con la que ha mantenido una relación fuera de su matrimonio. Proctor se siente terriblemente culpable por ello, y aunque tanto él como el público saben que se trata de una venganza personal de la chica, los jueces le presionan para que confiese públicamente que ve al demonio. Pero John Proctor decide no faltar ni a la verdad ni a su honor, lo que acaba con su ahorcamiento y el de su esposa.
Sin duda se trata de un personaje difícil de interpretar, que supuso un reto para un jovencísimo Sean Connery.
12. Richard Roma de David Mamet
“La vida es mirar hacia adelante o mirar hacia atrás”
Al Pacino también participó en la versión teatral de 2012 de Glengarry Glen Ross, interpretando a Shelly Levene.
El listón de personajes masculinos del teatro contemporáneo también está quedando bien alto. Un ejemplo de ello es el rol de Richard Roma (Ricky, para los amigos), el agente inmobiliario sin escrúpulos que David Mamet incluyó en Glengarry Glen Ross, obra por la que ganó el Premio Pulitzer en 1984.
El principal interés de Roma es cerrar ventas, por encima de la moral o los principios, y ve estos éxitos como una muestra de su hombría.
El personaje ha sido interpretado por actores como Jack Shepherd (en el estreno de la obra en Reino Unido), Joe Mantegna en EEUU, o Al Pacino en la versión cinematográfica de la obra. El papel les valió un premio Tony a Mantegna; el Laurence Olivier a mejor actor para Jack Shepherd; y una nominación al Globo de Oro, que se le escapó de las manos a Al Pacino.