El poeta venezolano, Alfredo Chacón no recuerda con exactitud cuál fue su primer contacto con la poesía. Sin embargo cuenta que cuando tenía unos quince años incurrió movido por la influencia envolvente de la versificación llanera menos admirable, en unos versos teñidos con cierto arrebato erótico.
Posteriormente impulsado por la aparición pública de la niña pianista María Antonia Frías, escribió:
“Tus manos recorren con dulzura
LA fantasía blanquinegra de tu piano.”
Finalmente, ya a los dieciocho años, alcanzó sus primeros cinco poemas, publicados en el número 26 de la revista Cruz del Sur, aunque no los publicó en su primer libro. Un fragmento de esos primeros poemas:
Delimitado
amplio
amarillo
un fruto espera el paso de la noche
en soledad
El vendaval
siglos después
habita la multiplicación de las semillas.
Para el poeta desde el año 1955, pero sobre todo desde 1956 en adelante, la poesía le tienta como una energía sin otros límites que no sean las limitaciones del impulso de quererla hacerla propia.
“El contacto con esa energía tiene su prueba más consistente en el poema, y es inseparable de una conciencia visceral que concibe al poema como resultado del encuentro prodigioso entre un impulso subjetivo que sólo se reconoce allí donde sus bordes empiezan a borrarse”, manifiesta. Además dice que es un contacto con el lenguaje donde ya nada está dicho, donde todo está por decirse, donde la solución la dice la voz y las palabras del poema.
No se entiende bien con las redes sociales; pero esta consiente que sus poemas circulan por ellas, afirma: “Gracias a las generosas iniciativas de otros. Y me parece bien que así sea”.
La poesía en Venezuela
En cuanto a la relación actual de Venezuela con la poesía, lo primero que destaca que a pesar de la mecánica destructiva que el poder está ejerciendo contra los venezolanos, hay un movimiento, incluso movimientos poéticos. En ello observa dos rasgos muy significativos: el surgimiento de algunas voces que se salen de los caminos más largamente transitados por la poesía subjetivista que ha predominado entre nosotros, y el designio de enfrentar los trances del vivir en un país envilecido por la violencia gubernamental.
Publicaciones
Se dio a conocer como poeta por medio de Saloma (1961), su primera publicación en el año 1961, posteriormente ha publicado los libros Materia bruta (1969), Principio continuo (1982); Actos personales (1986); Acta del presagio (1986); Decir como es deseado (1990); Palabras asaltantes (1992); Por decir así (2003); Y todo los demás (2005); Por decir así (2013).
Ha obtenido algunos de los galardones más prestigiosos del país, como el Premio de la Bienal José Rafael Pocaterra de 1980, por su ensayo Curiepe, y la Bienal Literaria Mariano Picón Salas.