Hay ferias y festivales que fascinan, que emocionan, que hacen brincar el corazón. No pasa con todas, es cierto. Si usted es de los que aman girar por todo un país o más allá para ver incansablemente obras de teatro –o si es un apasionado de los festivales de música, también– sabrá de lo que le hablo. Si es cierto que hay algo de magia en esto de ir de feria en feria, con las nuevas posibilidades de conocer nuevas personas, nuevos proyectos, una caña cerveza en compañía de desconocidos o viejos conocidos, o la conexión mochilera con el arte y el teatro de una manera desentendida.
Amar las ferias y festivales como a ti mismo
Uno de los eventos que más fascinan a quien escribe es la Feria de Teatro de Ciudad Rodrigo. Su carácter pequeño, rural y comedido, pero asertivo y con espectáculos de gran calidad, lo hacen una opción original y única para pasearse durante el verano en España.
Se trata de una feria que ya suma 24 ediciones y que se realiza en Ciudad Rodrigo, una ciudad española de la provincia de Salamanca, en la comunidad autónoma de Castilla y León, muy cerca de Portugal. La organiza la Coordinadora de Ferias de Artes Escénicas del Estado (COFAE), con Manuel González a la cabeza de todos los detalles.
En 2020, en medio de los inicios de la pandemia para Occidente, y cuando apenas se sabía qué iba a suceder con los festivales, la Feria de Teatro dio la talla. En ese entonces, el telón lo abrieron los festivales de Mérida y de Almagro, en julio, pero al ser magnos festivales no se sabía con certeza lo que iba a suceder. Pronto, en agosto, Ciudad Rodrigo se llenó de teatro con todas las medidas de seguridad que se requerían y con obras de teatro y circo de gran calidad.
“El sector tiene ganas de reencontrarse”
En el momento, González nos contó en primicia que para entonces tuvieron que modificar muchas veces los planes de trabajo para poder desarrollar el proyecto. “Debemos resistir, poder adaptarnos y ser capaces de reinventarnos”, decía González.
“Es una feria rara, por las circunstancias que nos rodean. Sin embargo, es una feria que está demostrando, por un lado, que el sector tiene ganas de encontrarse, reencontrarse y volver a activarse. Es una ventana al alivio y un mensaje a la esperanza. Por otro lado, es un proyecto que mantiene sus señas de identidad, principios y dinámicas de trabajo, con lo que primamos el compromiso son el sector”, subraya el también director de COFAE.
El protocolo COVID no faltó. En 2020, hubo espacios reducidos a 30% del aforo, aunque ya no será así en 2021, en cambio sí será necesario el distanciamiento social ya habitual, mascarillas y gel obligatorio. También se eliminaron de la programación todos los espectáculos de calle e itinerantes. “Estamos pasando por un proceso de climatización de todos estos protocolos”, dice.
Como Robocops, pero con cámara en mano, acreditación, y alguno que otro con su programación o revista, disfrutamos de aquella edición como niños. En el reencuentro con lo que más nos gusta hacer. Para entonces, en El-Teatro pudimos ver a las siempre impecables Las Niñas de Cádiz en El viento es salvaje, que nos conmovió con su versión de la historia de amistad y enemistad de Fedra y Medea, siendo para esta servidora el espectáculo destacado de la feria. Con Alejandra López, Teresa Quintero, Rocío Segovia y Ana López Segovia llenando el escenario con su verdad.
Le siguió a esta una versión de La casa de Bernarda Alba: Bernarda Alba Sugar Free de Ghetto 13-26, un tanto oscura y sin nuevos aportes para el análisis de la obra, pero con grandes actuaciones y puesta en escena. También pudimos disfrutar de los espectáculos Bric a Brac de Locomotiva y Lázaro de Leamok, como aquellos que destacaron en su propio estilo, circo y performance musical, respectivamente.
La Feria de Teatro contó con 33 compañías que mostraron sus espectáculos en 52 funciones y cerró con 5.900 espectadores presenciales, un número considerablemente bajo si se compara con años anteriores en que ha superado la barrera de los 30.000. Todo ello, motivado por las restricciones de aforo y medidas generales frente al Covid 19. Los grandes eventos vieron cifras más grandes, pero no como otros años, como el Festival de Mérida, que cerró su edición 66 con más de 34.700 espectadores en el Teatro Romano y 903.832 euros en taquilla. El Festival de Teatro Clásico de Almagro cerraba con 10.690 visitantes en total.
Este año no se paralizan. La Feria de Teatro, por ejemplo, buscará reivindicar “la necesidad del hecho teatral como esencia de la comunicación, el rito y la relación entre las personas” y mantendrá actividades presenciales y online.
No son palabras usadas al azar. La Feria de Teatro, como otras ferias, sirve de estímulo al sector cultural y a la sociedad en general para promover la reflexión en torno a los temas de arte y educación; hacer ciudades más humanas, seguras y ciudadanos más comprometidos con el entorno. Es una responsabilidad y un compromiso del que nos sentimos parte.