Para Beatriz Mendoza Cortissoz la poesía y toda escritura es personal, aun cuando no se hable de las propias vivencias. “Como poetas utilizamos las sensaciones y los sentimientos para hacer arte, y estos sentimientos pueden ser muy íntimos o muy universales”, manifiesta.
La poesía es algo que sucede sin yo buscarlo
Presentamos a la poeta, narradora y periodista colombiana Beatriz Mendoza Cortissoz. Sus cuentos han sido incluidos en las antologías Rompiendo el silencio (Planeta, 2002), 20 narradores colombianos en USA (Editorial Collage, 2017) entre otras. Sus poemas han sido incluidos en las antologías Aquí en Miami (Katakana Editores, 2018), La floresta interminable: Poetas de Miami (Editorial ArtesMiami, 2019) y Víacuarenta: Memorias de PoeMaRío 2015 – 2020 (Biblioteca Piloto del Caribe, 2010).
Encuentro poético
El acercamiento consciente de Beatriz con la poesía fue en su adolescencia. “Me hice amiga de una hermana de mi abuelo que tenía una maravillosa biblioteca y además de poeta, era íntima amiga de la poeta más famosa de mi ciudad, Meira Del Mar. Mi tía Clarita recitaba en perfecto alemán versos de Goethe, que por supuesto yo no entendía y los traducía para mí. Gracias a ella conocí la poesía de Alfonsina Storni, Juana de Ibarbourou, Gabriela Mistral y Rafael de León entre otros”, enfatiza.
Cuenta que esa misma tía fue la que le regaló en primer grado de bachiller un libro del poeta Darío Jaramillo Agudelo, que se llama Poemas de Amor, el cual considera una gran influencia en su poesía. Desde muy temprano se interesó por la poesía de verso libre, ya que la poesía con rima está en desuso. Sin embargo no es un objetivo sino un subproducto del proceso de escritura
Esto no quiere decir que no escriba con métrica y con musicalidad, y que de vez en cuando haya rima en algunas de mis poesías
La escritura desde lo personal
Asegura que cada personaje que se crea como narradores tiene al menos algo del autor, pues lo que se busca es replicar la experiencia humana en una entidad irreal, el personaje. “Para eso necesitamos expresarnos como ese personaje, recrear su voz en nuestra cabeza, su forma de moverse, de estar en el mundo. Lo que el personaje siente tal vez lo hemos sentido nosotros en algún momento y lo ponemos ahí en esta entidad que no somos nosotros pero tampoco está completamente separada del autor”.
Escribir es parte de mi forma de ser en el mundo
“Creo que mi cerebro está cableado de modo que siempre me estoy preguntando qué pasaría si… con lo cual cualquier evento cotidiano puede ser el detonante de una historia. Escribir, sobre todo escribir poesía, no es solo pintar un universo con palabras, sino tener despiertos los sentidos para captar cómo brilla de forma especial el sol en nuestra caminata matutina para luego tratar de describirlo y describir lo que sentimos al verlo; escuchar la conversación de nuestros vecinos de mesa en el restaurante e imaginar los personajes que son detrás de las palabras que se dicen, la situación que están enfrentado o que podrían enfrentar”.
Asegura que mientras se viva, se imagina, y ahí coincide en que la escritura es fuente inagotable mientras mantenga sus capacidades cognitivas y aún tal vez cuando le fallen, pues siempre algo se rescata de las crisis.
Creo que el sexo es un tema que me persigue, así como esa zona límite entre la fantasía y la realidad.
- En tú caso particular escribes también poesía erótica. Un tema tan natural, pero que sigue siendo tabú en muchas culturas y sociedades. ¿Cómo lo enfrentas y cómo lo llevas en tu conexión con la escritura y con tus lectores?
Pues he descubierto que lo que para mí es un tema natural no lo es para otros. Además la industria editorial limita en este aspecto pues este tipo de libros no se pueden mercadear de la misma manera que otros y creo que siguen siendo censurados. Este tipo de escritura es mirada como por encima del hombro. Sin embargo me doy cuenta por la interacción con mis lectores que la gente agradece y aprecia este tipo de escritura y no tiene tapujos en consumirla.
Escribir en pandemia
La poeta dice que la pandemia impulsó más que nunca la virtualidad, que por un lado nos une y por otro nos aísla. “Sigo viviendo entre Barranquilla y Miami, y haber lanzado mi libro de cuentos en plena pandemia hizo que estas dos ciudades se fundieran en una sola ciudad virtual, la ciudad de mis lectores”.
Diría que lo que la pandemia cambió no es mi forma de escribir, sino la forma como los lectores pueden acceder a mis libros y presentaciones.
También manifiesta que cambió la forma de acceder a cursos de escritura que antes estaban fuera de su alcance por no vivir en esa ciudad y ser presenciales. Se refiere, por ejemplo, a los cursos que dicta la escuela Gotham Writers, en Nueva York. “Recuerdo ser una veinteañera que soñaba con tomar talleres de escritura y recibir por correo el catálogo en papel periódico de Gotham Writers, sabiendo que el sueño de vivir en Nueva York para tomarlos estaba demasiado lejos. Bueno, pues ahora los puedo tomar”.
Publicaciones
Su primer libro de poesía vio la luz gracias a los esfuerzos de sus amigos que le sugirieron usar a René Rodriguez Soriano como editor. Fue un formato híbrido de publicación, no completamente independiente ni editorial, pues en el 2010 ya existía Lulu.com y esa fue la plataforma que Rodriguez Soriano usó para editar.
Ha publicado el poemario Esa parte que se esconde (Editorial MediaIsla, 2011) y el libro de cuentos Un mar en calma y otros cuentos de amor y sexo (Icono Editorial). Sus cuentos y poesías están publicados en revistas como Puesto de Combate, VíaCuarenta, Nagari, Narrativas, Baquiana, Conexos y ViceVersa. Su libro de cuentos se consigue en Amazon, Barnes and Noble y las principales librerías de Colombia. Y está próxima a publicar la reedición de mi libro de poesía el cual estará disponible en su página web: www.BeatrizMendozaCortissoz.com.
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