“La historia nunca se repite. Ocurren hechos similares, pero en contextos distintos. Y la desolación de Casas muertas es, fundamentalmente, obra del paludismo, en un contexto de autoritarismo”.
Rafael Arraiz Lucca
Hace 65 años se publicó la novela Casas muertas del escritor venezolano Miguel Otero Silva, obra con la que ganó el Premio Nacional de Literatura en la edición en 1956 y el Premio de Novela Arístides Rojas por dicho trabajo.
En un trabajo realizado por Ana Teresa Torres que se publicó en un volumen compilado por Rafael Arráiz Lucca: Miguel Otero Silva: una visión plural (Caracas, Universidad Metropolitana / Libros El Nacional, 2009). Citado por Prodavinci Miguel Otero Silva describe su preparación cuando escribió la obra literaria:
“Para la preparación de Casas muertas me fui a Ortiz, que para entonces estaba al borde del derrumbe total, busqué a los sobrevivientes de la época terrible, que eran muy escasos, y ellos me contaron cómo eran en esa época los árboles y los pájaros, qué se comía, cómo se vestían, qué canciones cantaban, y yo comencé a llenar cuadernos con sus confidencias. Entre esos interrogados estuvo una vieja maestra de escuela que me suministró los datos más valiosos, me refirió las mejores anécdotas y que aparece luego en la novela bajo el nombre de «la señorita Berenice”.
Cabe destacar que se montó por primera vez en el teatro en el año 1987 por el Grupo Rajatabla en la sala Anna Julia Rojas del Ateneo de Caracas. La adaptación fue escrita por Carlos Fraga y dirigida por Carlos Giménez y protagonizada por Elba Escobar, presentándose con total éxito.
Vuelve a la actual Venezuela a través de las tablas con una adaptación de Jan Vidal, bajo la dirección de Javier Vidal y la producción de Evelin Navas. Historia que se centra en el deterioro de un pueblo del interior del país llamado Ortiz, debido a las muertes por el paludismo y por ende la emigración de sus habitantes hacia las ciudades centrales y las zonas petroleras.
Asimismo se expone la tortura y los perseguidos por el régimen de Juan Vicente Gómez. Aquí cito uno de los fragmentos más contundentes de la obra:
“Los hombres dignos que han osado escribir, protestar, pensar, también están en la cárcel, o en el destierro, o en el cementerio. Se tortura, se roba, se mata, se exprime hasta la última gota de sangre del país. Esto es peor que la guerra civil. Y es también una guerra civil en la cual uno solo pega, mientras el otro, que somos casi todos los venezolanos, recibe los golpes”.
El amor también forma parte de historia y es el hilo conductor a lo largo de la pieza. Ese primer noviazgo que llega cargado de ilusiones y sueños y que enfrentan obstáculos. La cual se centra entre Carmen Rosa (Claudia Rojas) y Sebastián (Theylor Plaza).
Forman parte del drama histórico la primera actriz Caridad Canelón quien interpreta a Carmelita, la madre de Carmen Rosa y de Marta (Jessica Arminio). El resto del elenco está conformado por Feliciano (Jan Vidal), Sr Cartaya (Javier Vidal) , Padre Pernía (Wilfredo Cisneros), Coronel Cubillos (Vito Lonardo), Srta. Berenice (Marielena González) y Juan de Dios (Sergio Malpica).
Cabe destacar que dentro de la puesta en escena se realza tradiciones y costumbres de la región de los llanos como: la música, el baile y el acento.
Sin duda Casas muertas nos hace reflexionar sobre lo importante que es preservar la memoria colectiva y nuestra identidad. Así como también el vernos reflejado e identificados con el pasado para así entender el presente. Citando a Marcus Garvey “Un pueblo sin el conocimiento de su pasado, origen y cultura es como un árbol sin raíces”.
Las presentaciones serán el sábado 08 a las 4 de la tarde y el domingo 09 de febrero a las 11 de la mañana y a las 4 de la tarde, en el Centro Cultural Chacao, las entradas pueden adquirirse en www.ticketmundo.com.