En una sociedad violenta, convulsionada, repentina, en la que día a día lleva a los ciudadanos en un modo de constante zozobra, sobre todo a los venezolanos, a quienes los problemas actuales los hacen vivir de manera acelerada, allí aparece la muerte como protagonista.
Uno de los principales problemas es la violencia, que ha ganado terreno a pasos agigantados. Unos corren con “suerte” y se salvan, en cambio otros no, los sorprende la muerte de manera injustificada.
Pero, ¿cómo actúa la humanidad ante un hecho de violencia? Esto lo trae a escena Un día libre para la muerte, en la que muestran cómo los seres humanos pueden ser indiferentes ante un asalto a otra persona, apáticos ante un crimen y, peor aún, tomarse un selfie ante un cuerpo inerte solo para conseguir más likes en las redes sociales.
El director de la obra, Frederick Spinetta, cuenta que esta pieza es de la pluma de Jorge Cogollo.
Fue llevada a escena en las funciones de Microteatro Venezuela en mayo del año 2015.
La obra, que está basada en el humor negro, para Spinetta es fundamental porque es una forma de hacer crítica y autocrítica.
“Esa es la idea de esta obra con este tipo de humor, para que la gente por medio de la risa, pueda entender ciertas realidades de nuestro entorno en el que vivimos. Invita a tomar una reflexión sobre lo deshumanizados que nos estamos volviendo a medida que va avanzando el mundo de la tecnología y los antivalores que cada vez van tomando más fuerzas dentro de la familia”, destaca.
Un día libre para la muerte muestra cinco escenarios: El buen delincuente, el terremoto, la funeraria, los candidatos y un día libre para la muerte, en los que “la vida humana no tiene valor”, frase que destaca en la primera de las piezas y que se centra en un maleante que trata de cometer una fechoría y le sale mal.
Con El terremoto, otra de las piezas de la obra, permite ver cómo el ser humano toma en cuenta el amor hacia los objetos por encima de salvar la vida a alguien que está debajo de los escombros, víctima de un terrible movimiento de la naturaleza. No importa que no haya comida, ni electricidad, pero… ¡hay TV! No importan muertos ni los heridos.
Mientras que en La funeraria, otra entrega de esta puesta en escena, muestra la realidad de cómo el negocio funerario va más arriba del dolor ajeno.
Sin embargo, La muerte -que es una pieza fundamental de la obra-, se muestra cansada y quiere un día libre para poder encontrarse con la vida y quizás darle paso a la eternidad. Pero la protagonista, se enfrenta con la indiferencia, la maldad la ineptitud, la intolerancia e ineficiencia de un organismo público, lugar en donde no existe ningún interés de nada y mucho menos en darle un día libre a la muerte, a quien le exigieron un sinfín de requisitos para acabar con el flagelo de la violencia, de la muerte a la vuelta de la esquina.
Un día libre para la muerte cuenta con las actuaciones de: Andrés Vega, Mariana Calderón, Frederick Spinetta, Homero Díaz y José Gregorio Martínez. Se presenta viernes y sábados a las 7:00 pm y domingos a las 8:00 pm en la Sala Experimental del Celarg. Entradas a la venta en taquilla por un costo de 450 Bs.