El buen actor es aquel que no ignora ninguno de los sucesos que ocurren en escena. Es aquel que no ignora la posibilidad de lo imprevisto, el que sabe que sencillamente cualquier cosa puede suceder en el momento que se enfrenta al público porque se reconoce sujeto a las circunstancias.
Bajo esta premisa, en Didascalia proponemos 5 piezas de dramaturgos en tiempos de dictadura y represión. Esta vez, de autores venezolanos, que marcaron un hito en su tiempor y espacio.
Virginia (Domingo Navas Spínola, 1824)
Una de las primeras piezas escritas en el marco del proceso independentista venezolano. Para la investigadora Nancy Piñango, Virginia marca el punto de partida de la dramaturgia venezolana moderna con una tragedia que “es una exaltación de la libertad, de la condición de ciudadano en una sociedad republicana de hombres libres, y un apasionado alegato contra la tiranía y el poder concentrado en un solo hombre”.
Asia y el Lejano Oriente (Isaac Chocrón, 1965)
Esta pieza forma parte de la trilogía experimental del autor, al igual que Tric-Trac –su secuela- y Alfabeto para Analfabetos. En Asia y el Lejano Oriente el espectador es testigo de cómo diez personajes, que varían de profesión u ocupación según las circunstancias, buscan desesperadamente venderle su país a potencias extranjeras que puedan acabar con problemas sociales como la escasez y la inseguridad.
Prueba de Fuego (Ugo Ulive, 1981)
Ambientada en el año 1961, la historia muestra a dos ex-combatientes de la guerrilla urbana. César es un comunista racional, Mariñito es un militante venático y agresivo. El primero está al cuidado de El Comandante, líder del movimiento armado al que pertenecen nuestros protagonistas, quien se encuentra enfermo y con pocas posibilidades de sobrevivir. La pregunta que plantea Ulive es: ¿cómo sobrevive una revolución sin líderes?
Habitación independiente para un hombre solo (Elio Palencia, 1989)
Ambientada en marzo de 1989, la pieza muestra la difícil convivencia de diez amigos en un apartamento, acuciados por la escasez de alimentos y los altos costos de los inmuebles, razón que les impide mudarse. Un día el dueño del apartamento les indica el fin del contrato de alquiler y sólo cuentan con un mes deben encontrar otro sitio para vivir.
Compadres (Javier Vidal, 2014)
Narra los últimos años de Cipriano Castro como gobernante y sus torpes medidas gubernamentales, antes de ausentarse del poder -por problemas de salud- para dejar a cargo a la figura de Juan Vicente Gómez, quien daría un golpe de estado para quedarse en el poder por 27 años.
Cerramos este conteo con una cita de Ana Teresa Torres:
“Hay pasados que no terminan de irse, el pasado venezolano es uno de ellos”.