El Festival Alternativo las Artes Escénicas de Vigo – ALT – celebra del 10 al 12 de marzo su última edición.
“Llegamos al finALT”, dijo su director Roberto Taboada, para explicar que “después de 16 años de actividad ininterrumpida el ALT muere, pero muere por eutanasia, ya que creemos en la muerte digna: terminar con una agonía que ya se prolonga en demasía”.
Esta triste noticia está motivada por los incesantes recortes que ha ido sufriendo el festival desde 2012 por parte del Ayuntamiento de Vigo.
“Este 2017 nos despedimos con un programa muy pequeño, sustentado básicamente por ‘ALT.procrea en Femenino’, un programa de apoyo y visivilización de la creación en femenino”, explicó Taboada.
El 10 de marzo, dentro de su programació, Sonia Gómez presentará Bailarina que dará pasó al estreno de Bailarina hipnótica, pieza de Begoña Cuquejo producida por el festival que es “el resultado de un proceso de transmisión coreográfica basada en la pieza de Sonia Gómez, que durante 6 meses, y en distintas residencias, acompañó el proceso creativo de Begoña”.
También en el MARCO pero el 11, Masu Fajardo presenta ‘Sujeto visible – sujeto invisible’, pieza en la que la creadora parte de la relación entre Visible e Invisible para ofrecer una metáfora sobre la propia dualidad.
Y el sábado pero en el Auditorio Municipal de Vigo tendrá lugar una sesión especial de “celebración de despedida” con la representación de la pieza Antes de la metralla de Matarile Teatro, una propuesta escénica que no pretende ser una representación sino “un encuentro real entre personas que por una parte aportan su punto de vista y, por otra, están dispuestas a mostrarse más allá del refugio de la palabra”.
“El objetivo es exponer algunas orientaciones e interpretaciones de la escena contemporánea desde diferentes ángulos, perspectivas o implicaciones. Antes de la metralla se idea como un trabajo in situ”.
La última función de la también última edición del ALT será al día siguiente con la presentación de ‘Wakefield Poole: Visiones y revisioes’, solo de danza de Marco Celeste González con el que realiza un estudio comparativo a partir de la figura de Wakefield Poole, uno de los bailarines americanos que formaron parte de los Ballets Rusos de Montecarlo y director de cine erótico gay. Esta obra recibió el premio de la crítica 2015 de Barcelona al mejor solo de danza.