El Teatro María Guerrero de Madrid, un emblemático espacio de 1885, antes Teatro de la Princesa, presenta “especie de ‘totum’ de Fiodor Dostoievski” con la obra El idiota que lleva adelante la producción del Centro Dramático Nacional, bajo la dirección de Gerardo Vera
“Se trata de una enorme reflexión política, sobre una sociedad podrida moralmente”, dice Vera, conocido director madrileño y ganador del Premio Goya en 1998 en el renglón Mejor Dirección Artística por la película La niña de tus ojos.
“El idiota es la novela cumbre de toda su obra porque es la más libre y extraña, es una especie de autobiografía interior, una obsesión sobre la enfermedad, sobre la podredumbre moral de la Europa de su época, de grandes revoluciones, con lo cual hay una revolución también en los comportamientos humanos”. Vera también llevó a escena Los hermanos Karamazov en 2015, en el mismo teatro.
“De una manera magistral, Dostoievski descubre esa mezcla de luz y sombra que es la vida y los seres humanos y esta esencia de la obra está en el montaje”, agrega el director en relación a la versión de José Luis Collado, que ha condensado la obra de 900 páginas en 17.
El ex director del Centro Dramático Nacional (2004 – 2011) ha explicado que en la pieza “hay un especie de resumen” de todos los personajes del autor ruso, “porque hay cosas de Raskolnikov de Crimen y castigo y de Dmitri Karamázov de Los hermanos Karamazov y una vez que te zambulles en este mundo te metes en algo que tiene que ver con el interior de cada persona”.
Un Cristo ruso
En la obra, el príncipe Myshkin es el último miembro de una familia noble y arruinada que padece, como el propio autor y como el Smerdiakov de los Karamázov, ataques epilépticos.
“El protagonista de El idiota tiene un componente muy de un Cristo ruso que no puede evitar lustrar lo bueno de los demás y le cuesta ver lo malo, y a su alrededor la gente termina absorbiendo esa bondad que el príncipe emana”, dice Collado.
“Esto tiene que ver con que tiene una discapacidad o problema que le hace ver el mundo desde una perspectiva que nadie más ve”.
El elenco de la obra, que se podrá ver hasta el domingo 7 de abril, lo completan Ricardo Joven, Jorge Kent, Vicky Luengo, Marta Poveda, Yolanda Ulloa y Abel Vitón.
También participan Fernando Sainz de la Maza y Alejandro Chaparro, actores nóveles de la Joven Compañía, a quienes Vera ha incorporado “para dar vitalidad” al montaje.
Motivaciones políticas
El director de 71 años ha confesado “un fascinación desde la adolescencia especialmente por los autores de todo lo que geográficamente está al norte de Madrid”.
“Siempre tengo una motivación política al escenificar las obras, y toda la obra es una enrome reflexión política, sobre una sociedad podrida moralmente que anticipa una gran conmoción y convulsión social y política. Todo eso está hirviendo en la novela de Dostoievski”.
Con El idiota busca “algo más esencial que no tuviera tanta peripecia argumental sino que fuera al fondo de los personajes”.
“Sería muy esquemático pensar que solo la llevo a escena por una motivación política, sino que esto implica otras cosas, por ejemplo que estos personajes bipolares me parecían de una contemporaneidad absoluta, toman decisiones de las que de inmediato se arrepienten y están instalados en una especie de hoguera que les quema los pies y les va quemando el alma”.
Al tiempo que el Teatro María Guerrero estrena esta pieza, el CDN se ha abierto paso con otro autor ruso en el Teatro Valle Inclán con El jardín de los cerezos de Anton Chéjov, en temporada hasta el 31 de marzo, dirigida por Ernesto Caballero y con Chema Adema y Carmen Machi a la cabeza del reparto.