Si algo caracteriza el teatro contemporáneo es su desafío constante a los géneros y formatos tradicionales. Ese es el espíritu con el que en otoño arrancó la temporada 2017-2018 y también el que impregnará las producciones que se van a presentar en los próximos meses en los escenarios españoles. Adaptaciones de novelas o películas, revisiones de clásicos y una apuesta decidida por las nuevas dramaturgias marcarán la cartelera de 2018.
Grandes adaptaciones
El nuevo año arranca, de hecho, con dos grandes adaptaciones que atraviesan sin miedo los límites del teatro: El ángel exterminador en Madrid y Moby Dick en Barcelona. La primera es una de las grandes apuestas del Teatro Español de Madrid esta temporada. Nada menos que 20 actores componen el reparto de esta producción que adapta una de las películas más conocidas de Luis Buñuel. Se estrenará el 18 de enero con dirección de Blanca Portillo, que en esta ocasión no intervendrá como actriz.
Un día después se presentará en el teatro Goya de Barcelona una ambiciosa adaptación de Moby Dick, de Herman Melville, realizada por el dramaturgo Juan Cavestany y centrada en la figura solitaria del capitán Ahab y su loca lucha contra la gran ballena. Pocos actores españoles podrían afrontar este reto tan eficazmente como Josep Maria Pou, que se ha embarcado en esta aventura bajo la dirección de Andrés Lima.
No son estas las únicas adaptaciones que se esperan. Coincidiendo con la celebración este año de la primera publicación de Frankenstein, el Teatre Nacional de Catalunya ha encargado a Carme Portaceli (actual directora del Teatro Español) la puesta en escena de la mítica novela de Mary W. Shelley. Se estrenará el 15 de febrero con dramaturgia de Guillem Morales y los actores Joel Joan y Àngel Llàcer como protagonistas. También en febrero se presentará en Barcelona una versión escénica del famoso cuento El fantasma de Canterville, de Oscar Wilde, con dirección de Josep Maria Mestres y Joan Pera al frente del reparto. Y para abril el Teatro de la Abadía anuncia Tiempo de silencio, una tentadora adaptación de la novela de Luis Martín-Santos dirigida por Rafael Sánchez.
Deudas pendientes: Buero y Valle
El Centro Dramático Nacional no celebró en 2016 el centenario del nacimiento de Antonio Buero Vallejo, uno de los pilares del teatro español del siglo XX, por desacuerdos con los herederos del dramaturgo. Pero esta temporada, superados los problemas con la familia, la principal institucion teatral pública española va a pagar su deuda con el estreno en marzo de una de sus obras cumbre, El concierto de San Ovidio, bajo dirección de Mario Gas.
La eterna y polémica negativa de los herederos de Valle-Inclán a que se tradujesen al gallego las obras del dramaturgo (sí lo permitía para el resto otros idiomas) se zanjó en enero de 2017 al quedar liberados los derechos de autor por haberse cumplido 80 años de su muerte. El Centro Dramático Galego, que ya estrenó el año pasado en gallego una moderna versión de Martes de Carnaval, prepara la primera producción de Divinas palabras en esta lengua, que se presentará en abril en Santiago de Compostela y podrá verse en mayo en el Teatro Español. Teniendo en cuenta que la dirección artística corre a cargo de la compañía Chévere, que ganó el Premio Nacional de Teatro en 2014 por su capacidad transgresora, seguro que este nuevo valle no se parecerá a ninguno del pasado.
La vanguardia, protagonista
Esta es la temporada en la que grandes instituciones públicas están apostando fuerte por las propuestas más innovadoras. Se nota, por supuesto, en los escenarios de las Naves Matadero de Madrid, dedicados por entero a este tipo de trabajos desde que Mateo Feijóo se hizo cargo de su dirección el año pasado y en los que destacan dos espectáculos en enero y febrero: Deadtown, de los hermanos Forman (hijos del cineasta Milos Forman), yMystery Magnet, de la belga Miet Warlop.
Pero la apuesta se nota también en los Teatros del Canal madrileños, donde en los próximos meses podrán verse trabajos de reconocidos nombres españoles de vanguardia (Angélica Liddell, Rodrigo García, Juan Domínguez, Amalia Fernández, Agrupación Señor Serrano, El Conde de Torrefiel, La Tristura, entre otros) y también de extranjeros como los mexicanos Lagartijas Tiradas al Sol o la brasileña Christiane Jatahy. Lo más inmediato es radical: la famosa performance de 24 horas Mount Olympus,de Jan Fabre, se podrá ver el 12 de enero.
El Centro Dramático Nacional, por su parte, continúa con su apuesta por los creadores actuales con los ciclos Nueva Dramaturgia Contemporánea y Escritos en la Escena,además de rescatar trabajos que han destacado en espacios alternativos como Yogur Piano, de Gon Ramos.
Imprescindibles
Hay propuestas para todos los gustos, pero hay nombres que pueden considerarse imprescindibles de la cartelera española actual. Miguel del Arco y Alfredo Sanzol presentarán nuevos trabajos en primavera en el teatro Pavón Kamikaze de Madrid. Pablo Messiez dirigirá en febrero El temps que estiguem junts en el Lliure. José Sanchis Sinisterra estrenará El lugar donde rezan las putas o que lo dicho sea en marzoen el Español. La Zaranda seguirá de gira por España con Ahora todo es noche,montaje con el que celebran sus 40 años de trayectoria. Lluís Pasqual presentará dos tragedias en el Lliure, Medea y Bérénice. Y la obra Islandia, de Lluisa Cunillé, se verá en junio en el Centro Dramático Nacional después de abrir temporada en el Teatre Nacional de Catalunya.