La esencia de Federico García Lorca se introduce en la piel de un tenor canario. ¿Es posible? Sí, Airam Hernández interpreta al famoso escritor en la ópera póstuma de Luis de Pablo, El abrecartas, que se presentó en febrero en el Teatro Real de Madrid, y lo hace con mucha pasión y un trabajo de casi dos meses por delante.
Al hablar con el tenor canario, se le nota mucho orgullo por darle vida a Federico García Lorca en la ópera del recién fallecido Luis de Pablo y Vicente Molina Foix. El abrecartas es una producción del coliseo madrileño con dirección de escena de Xavier Albertí y con Fabián Panisello como director artístico, siendo una pieza sin grandes dificultades de canto pero con muchos matices, como afirma Hernándes. La presencia del poeta en El abrecartas forma parte de un viaje histórico de España a lo largo del siglo XX, donde se intenta reconstruir la vida de Lorca desde su niñez hasta su muerte.
Representar a Federico García Lorca
Hernandez tomó con mucha seriedad la responsabilidad de hacer tributo a Lorca en una ópera en su país, y así trató de dar vida al personaje a través de documentales, biografías y su obra.
“Me ha gustado interpretar este personaje, no solo por el hecho en sí de tener la posibilidad de por unos minutos meterme en él cuerpo de Federico Garcia Lorca, sino porque me he vuelto a reconectar con él personaje”.
En una entrevista con El Teatro, Hernández expresó el alto nivel de empatía con el poeta granadino sobre todo por ser parte el mismo del colectivo LGTBIQ+. De hecho, subrayó su admiración hacia Lorca por cómo vivió su sexualidad con naturalidad malgrado sus tiempos, algo que noto trascendente en su misma obra.
“[El abrecartas] es una obra atemporal […] Se habla del amor, se habla del exilio, se habla de la culpa, se habla del amor no correspondido, se trata él tema de la homosexualidad y de la homophobia, de la misoginia incluso […] son los problemas de la humanidad”.
Sobre Airam Hernández
Hernandez nació en Tenerife, donde sigue viviendo hasta el día de hoy. Inicia su carrera solista como miembro del Opera Studio y, posteriormente, en el ensamble de solistas de la Opernhaus Zürich. Ha cantado en Óperas alrededor del mundo, tal como Dallas Opera, Théâtre du Capitole de Toulouse, Opernhaus Zürich, Dutch National Opera y Teatro Filarmónico de Verona, entre otros.
Ha interpretado roles en varias de las óperas más reconocidas mundialmente, tal cual Norma (Pollione), La Traviata (Alfredo), Faust (Faust), Don Giovanni (Don Ottavio), Pénélope (Don Ottavio), entre otros. En 2019 obtiene el Schaunard Award (Países Bajos) a la mejor interpretación individual, protagonizando en Caruso a Cuba.
Sobre El abrecartas
La historia de Luis de Pablo y Vicente Molina Foix es la de una intensa amistad y una apasionante colaboración literario-musical que rinde sus frutos, ya por tercera vez, con El abrecartas. Si sus dos primeros proyectos operísticos –El viajero indiscreto (1990) y La madre invita a comer (1992)– tuvieron libretos basados en ideas originales propuestas y desarrolladas por el novelista ilicitano, El abrecartas nació a iniciativa de Luis de Pablo, quien a finales de 2010 expresó a Molina Foix el deseo de convertir su novela homónima en una nueva –su «última»– ópera.
La tarea de compactar en un libreto –«la tarea más difícil de mi vida», en palabras de Molina Foix– esta densa novela coral en la que se entrelaza cerca de un siglo de historia de España con las historias privadas de un grupo de perdedores, vividores y supervivientes, tomó un rumbo definitivo cuando Luis de Pablo propuso ceñir su ópera a la primera mitad de la novela. De este modo, El abrecartas se inicia a comienzos del siglo XX con un coro infantil en un pueblecito de Granada y termina, pasadas 200 páginas del libro y cincuenta años más tarde, el dúo final a capella lo cantan, con palabras de un personaje muy relevante de nuestra literatura, los inventados coprotagonistas de esta historia de pérdidas, exilios y pasiones muy vivas.
Texto: Alice Mechoulam
Videografía: El-Teatro.
Las fotos de esta nota son de Javier del Real.
Las imágenes del vídeo son del Teatro Real.
Agradecimientos al Teatro Real, Inés Tostón y Manel Cereijo.
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