La mezzosoprano madrileña Teresa Berganza, reconocida en las tablas españolas, falleció el pasado viernes a los 89 años en San Lorenzo del Escorial. Toda España, artistas y espectadores, ha rendido homenaje a la cantante que deslumbró al mundo durante su debut internacional en el Festival de Aix-en-Provence como Dorabella en Così fan tutte de Mozart.
El Teatro de la Zarzuela ha rendido homenaje a la mezzosoprano en el día de su fallecimiento. El director del coliseo, Daniel Bianco, ha subido al escenario para dedicar un emotivo recuerdo a la cantante, de quien ha destacado su “inigualable” importancia en la historia de la lírica mundial, así como del género de la zarzuela y de su teatro.
Se ha dirigido Bianco en primera persona a la artista: “Mi querida Teresa, sé que querías irte sin hacer ruido, pero estoy seguro de que me entenderás…”. Eso le decía a quien ha sido (y es) una de las grandes voces de la lírica de todos los tiempos, antes de desvelar su argumento de peso: “Un minuto de silencio es el protocolo usado para acontecimientos de esta trascendencia, pero tú eras especial; y con tu permiso y el del protocolo, voy a pedir en su lugar un aplauso. Porque el aplauso premia como ningún otro trofeo el arte y la humanidad de una gran artista como tú.” Y se despedía con un emocionado agradecimiento: “Gracias, querida Teresa, y hasta siempre. Este aplauso y esta función va por ti.”
Han seguido a las palabras largos minutos de aplausos como los que Teresa Berganza recibió en ese mismo escenario tantas noches luminosas. La función dedicada: la de ‘Don Gil de Alcalá’, título que estará en cartel hasta el 22 de mayo y que ella, la intérprete irrepetible, también cantó.
El Teatro Real lamentó también profundamente el fallecimiento de Berganza, quien es Patrona de Honor del Teatro Real desde 2021, y ha estado vinculada a esta institución desde el período en el que era sala de conciertos, donde triunfó con su voz y sus interpretaciones únicas. Después de la reinauguración del Real como teatro lírico, en 1997, participó en conciertos y en master clases dentro de su programa pedagógico.
El 21 de junio de 2013, el Teatro Real organizó una Gala de Homenaje a Teresa Berganza para celebrar su 80 cumpleaños, presidida por su majestad la Reina Sofía, disponible desde hoy gratuitamente en MyOperaPlayer. Al término de la misma, Berganza recibió la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio de manos del entonces ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, “en reconocimiento a su trayectoria internacional, mantenida y aclamada en una carrera superior a medio siglo de actividad profesional que la emplaza, por sus atributos extraordinarios, entre los primeros cantantes del siglo XX”.
Asimismo, la Ópera Estatal de Viena ha lamentado la muerte de la mezzosoprano, recordando que actuó seis veces en la prestigiosa casa lírica de la capital austríaca.
Teatros, instituciones y compañeros recuerdan a Teresa Berganza como “una de las grandes cantantes del siglo XX
También el Círculo de Bellas Artes ha expresado su pesar por la muerte de Berganza, a la que se ha referido como “una de las más grandes cantantes de ópera del siglo XX”. Berganza recibió en 2018 la Medalla de Oro del Círculo, el máximo galardón que concede la institución, como reconocimiento toda su trayectoria, “que situó la lírica española en las más altas cotas operísticas”.
Teresa Berganza, leyenda de la ópera universal
Nacida en Madrid en 1933, Berganza paseó su voz por la Scala de Milán, la Ópera de Viena, el Covent Garden de Londres o el Metropolitan de Nueva York. Antes de elegir el canto estudió piano, armonía, música de cámara, composición, órgano y violonchelo.
Berganza llevó por los escenarios de todo el mundo una extraordinaria técnica que la elevó al podio de los mejores cantantes operísticos del siglo XX, un virtuosismo que ella achacaba no solo a un don innato sino al estudio tenaz y la disciplina.
La zarzuela fue el género que constituyó uno de sus emblemas musicales, junto a Rossini y a Mozart.
Junto a Plácido Domingo y otros gigantes de la ópera como Montserrat Caballé, Victoria de los Ángeles, José Carreras, Pilar Lorengar y Alfredo Kraus fue galardonada en 1991 con el Premio Príncipe de Asturias de las Artes.
Dedicada a la docencia musical, sobre todo desde finales de los 90, se retiró de las tablas tras 58 años en 2008 al quedarse sin voz durante un espectáculo.
Berganza se divorció dos veces y tuvo tres hijos, una de ellas la soprano Cecilia Lavilla.
En su voz brillaron los papeles de Cherubino en “Las bodas de Fígaro”, Rosina en “El barbero de Sevilla”, Angelina en “La Cenerentola” o el de la mejor “Carmen” de Bizet. Solo se quedó “con las ganas” de cantar “Tosca”, de Puccini”, y “La traviata”, de Verdi.
La mezzo madrileña presumía de no haber forzado nunca su voz, algo que intentaba inculcar a sus alumnos, y de ser una artista con personalidad propia. Teresa Berganza siempre cantó para el público, en un acto de “amor, de entrega y de humildad”, recalcaba.
Gracias, gracias por tan sentidos comentarios sobre la Señora Berganza
No podía ser de otra manera para la gran Teresa!