Uno de los pilares fundamentales de la Comedia son sus personajes. Esa amplia e incalculable gama de figuras que habitan la obra de Dante y representan, en su conjunto, la pluralidad esencial de los hombres.
Los individuos que aparecen en el Infierno dantesco son en su gran mayoría apasionantes y profundamente poderosos; trascienden lo meramente narrativo para volverse, a través de sus historias, fuentes de conocimiento y aprendizaje espiritual. Francesca, Farinata, Pier de la Vigne, Ulises, Ugolino, son todos personajes que a pesar de sus pecados y de ser conceptualmente los “malos” de la obra, se sienten muy cercanos. Se logra empatizar con ellos ya que el florentino los presenta de una manera genuina y pura, desprovista de cualquier tipo de prejuicio o crítica malintencionada. De hecho, Dante siendo el protagonista, no hace si no escuchar los múltiples relatos de las diferentes figuras infernales con la intención de aprender de ellos y expiar así sus propias faltas y ofensas.
Ninguno de los penitentes anteriormente mencionados se arrepiente de sus pecados. Aceptan de una manera prácticamente estoica, sus castigos y, aprovechan la presencia de Dante -un vivo entre los muertos- para desahogarse, liberar esos sentimientos y experiencias que quizás en vida no tuvieron el tiempo de expresar. La gran mayoría de pecadores que pueblan el Infierno y sus diversos círculos, Dante nos los muestra, pese a todo, como figuras dignas y merecedoras de respeto y compasión.
Ya en el Purgatorio, aparecen personajes que tocan más profundamente las fibras sensibles del escritor.
Espíritus que le permiten rememorar su pasado y abrigar su alma con voces familiares y conocidas. Casella, Sordello, Guido Gunizelli fueron todos hombres que de alguna u otra manera influenciaron la vida y formación de Dante y su presencia en el Purgatorio demuestra la intención del poeta italiano de celebrar y enaltecer su pasado. Al introducirlos en su comedia, esos personajes, que quizás en vida no gozaron de una gran fama, adquieren un puesto imborrable en la historia de la literatura y de la humanidad.
En este sentido quizás la más icónica y relevante de todas las figuras literarias dantescas, la promotora y causante de todo el viaje espiritual al que se somete el autor, la que marcó más profundamente el pensamiento y el alma de las múltiples generaciones lectoras, la encontramos al final del Purgatorio, justo antes de entrar en el Paraíso. Dante nos la presenta a través de unas terzinas profundamente emotivas:
Una dama coronada de oliva sobre su velo blanco
se me apareció, cubierta de un verde manto y
vestida del color de una vívida llama
En cuanto hirió mis ojos
por oculta virtud que de ella emanaba,
sentí la potencia de un antiguo amor.
Beatriz, mujer idealizada, elevada al estatus de musa, se ha vuelto, como Helena, Julieta o Dulcinea del Toboso, símbolo de la feminidad, de la belleza extraordinaria y de la pureza celestial. El amor y la admiración que el autor siente por Beatriz son tales que la sitúa, nada más y nada menos, que en el Empíreo, el último círculo del Paraíso reservado solo a Dios y a los grandes símbolos de la tradición cristiana. Esta figura femenina representa dentro de la Comedia, no solo un gran amor, sino también una guía espiritual imprescindible, una luz capaz de llevar a la humanidad, encarnada en la obra por el mismo Dante, hacia la redención, hacia la única vía posible para alcanzar la salvación final: la purificación del alma.
Ninguna otra creación literaria en la historia hace gala de un arsenal de personajes tan simbólicos, significativos y conmovedores. Muchos de ellos trascendieron la obra misma y se volvieron modelos, arquetipos de ciertos comportamientos y actitudes humanas. La inmortalidad de la Comedia reside, sin dudas, en lo inolvidable de sus personajes.
Por Umberto Salvatore (Estudiante de Artes, Universidad Central de Venezuela.)
Este ensayo fue escrito en el marco de la cátedra “Introducción a la Literatura”, dictada por el profesor Daniel Dannery, en la Escuela de Artes de la Universidad Central de Venezuela, sobre el estudio de “La Comedia” de Dante Alighieri.
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