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Estudiantes de Arte de LUZ detenidos y liberados gracias a Beckett

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Comenzaron el día ensayando una obra de teatro y terminaron retenidos por efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana. Los estudiantes de teatro, César Fereira y Luis Soturno, de Facultad Experimental de Arte de LUZ, fueron detenidos la tarde del viernes 12 de mayo, por efectivos de la Guardia Nacional  Bolivariana mientras caminaban por la avenida Padilla, de Maracaibo, al finalizar un ensayo en el Bulevar de Santa Lucía.

Como una escena surrealista, los jóvenes actores, de 25 y 23 años respectivamente, fueron llamados por una unidad militar y bajo el criterio de ser sospechosos de actos vandálicos en la zona, fueron esposados y detenidos durante 22 horas, tiempo en el que ambos apelaron a lo que saben hacer para demostrar que su forma de protesta es otra. César y Luis, esposados, actuaron para sus custodios y le pusieron vida y voz a los personajes de Esperando a Godot, de Samuel Becket. Era el trabajo que ocupaba sus horas, el teatro como medio de expresión, de salvación, tal como lo dice el mismo Luis Soturno, su forma de manifestarse.

Extracto de la obra Esperando a Godot, de Samuel Becket:
VLADIMIR: ¿Se puede saber dónde ha pasado la noche señor?
ESTRAGON: En un foso.
VLADIMIR: ¡Un foso! ¿Dónde?
ESTRAGON: Por ahí.
VLADIMIR: ¿Y no te han pegado?
ESTRAGON: Sí… No demasiado.
VLADIMIR: ¿Los de siempre?
ESTRAGON: ¿Los de siempre? No sé.

César Fereira cuenta lo ocurrido:

“En el momento de la detención, nosotros estábamos ensayando una pieza que teníamos que presentar el sábado 20 de mayo, Esperando a Godot, de Samuel Beckett. Esa obra la dirigimos entre Luis Soturno y yo para una cátedra de la Facultad Experimental de Arte.

Le dije a Luis, como tenemos presentación y tenemos mucho tiempo sin ensayar, vamos a hacer un ensayo abierto, en la plaza de Santa Lucía, que queda cerca de mi residencia y así hacemos la obra frente a la gente que esté en el bulevar. Al finalizar, nos fuimos caminando por toda la avenida Padilla, porque debía acompañar a Luis a tomar el transporte público.

En ese momento varios guardias piden que nos detengamos y nos revisan el bolso.  Yo no tenía porque me fui a la plaza directo de mi residencia,  en el otro bolso, de Luis, estaban los vestuarios de la obra.  Le preguntaron de dónde veníamos, le contamos todo y nos dejaron seguir.

Luego, nos piden que nos detengamos por segunda vez, nos revisan de nuevo el bolso pero salió un guardia diciendo que, supuestamente, mi compañero estaba el día anterior en las Torres del Saladillo y le había tirado la piedra a uno de los guardias, que lo había herido. Allí empezó la locura, porque eso lo dijo uno de sus superiores y gritaron ‘agárrenlos pues, son los guarimberos’.

No hallábamos qué hacer, no nos dejaron hablar, eran muchísimos, cuando nos dimos cuenta ya estábamos rodeados. Para todo el que llegaba éramos los guarimberos que estaban el día anterior en las Torres del Saladillo. Incluso, el día anterior (jueves, antes de la detención el viernes) tuvimos una función en la Feda y les dije (a los guardias), pueden revisar mis redes sociales, mi forma de protestar es que la gente vaya a los teatros (…)

Soy un actor activo ahorita en el teatro zuliano y decía, prefiero que la gente mejore a nivel cultural, que vayan y llenen una sala del Centro Lía Bermúdez.

Yo estaba ensayando, ahorita mi vida es el teatro, hago solo teatro, es lo único que se hacer y lo único que estoy haciendo. Estaba ensayando y me detuvieron porque no tenía nada, tenía solo mi vestuario que usé en el ensayo. Por eso nos soltaron, no podían decir que teníamos algo, se dieron cuenta que nosotros no estabámos haciendo nada malo.

Pasamos la noche detenidos. El trato fue terrible, no nos dejaban hablar, no había ido nadie a vernos (…) El segundo día nos trataron mejor.

Un guardia nos dijo algo demasiado absurdo, que Luis estaba en un apartamento arriba  y tiró una piedra, ¿Así tenga la mejor memoria del mundo, cómo vas  a acordarte de una imagen del día anterior de alguien que esté tan arriba y que tiró una piedra?

Desde que llegamos allí le dije a mi compañero Luis, quiero que los guardias sepan que yo hago teatro y que estoy diciendo la verdad. Casi todos mis profesores tenían miedo porque yo soy una persona muy frontal, muy contestatario, no me gusta quedarme callado, obviamente estando con tantos militares alrededor era como fuerte, nunca podía hablar.

Cuando ya me dejaron hacerlo, el que mandaba, dijo:

Si ustedes son artistas, canten. entonces Luis y yo ensayamos de nuevo a Godot. Ahora diferente, porque estábamos esposados, una sola esposa nos ataba las muñecas.

Ensayamos sentados, era otra cosa. Estábamos pasándola mal, no sabíamos si vamos  a salir y empezamos la obra.

Los militares se conectaron. Sentía que había sido algo fugaz, sabía que se habían conectado con lo que estábamos haciendo y que nos creyeron, que habían cambiado su actitud, pero a la vez pensaba que eran ideas mías. Pero ellos se lo dijeron a la gente de la universidad (LUZ), que nosotros nos los metimos en el bolsillo después del ensayo, cuando presentamos la obra allí frente a ellos. Y les gustó tanto que debimos repetir la escena para otro oficial que no nos había podido ver. Entonces recuerdo que no todos estaban molestos.

Siento que el teatro me ha salvado de muchas situaciones, de adversidades como ésta. Ellos en algún momento me escuchaban pero como son militares, no iban a dar su brazo a torcer. Me decían, ‘hablan muy bonito, pero no’.

Fue rudo eso. También la injusticia de estar ahí sin haber hecho nada malo, más bien estábamos ensayando para una función gratis que haríamos, no nos pagan por hacer teatro, lo hacemos porque es lo único que sabemos hacer y porque me encanta hacer teatro, por eso lo estoy estudiando. La Universidad del Zulia nos amparó y afirmó que nosotros estábamos ensayando. Como todo sale de la universidad, los trabajos, entonces todas las facultades se portaron genial, la de Derecho nos ayudó, los abogados de allí. Por la universidad logramos movernos muy rápido”, expresó Cesar Fereira aún conmovido por lo sucedido.

Más tarde el diario Panorama conversó con Luis Soturno, quien compartió con César la prisión por esas horas que parecían eternas.

“Más allá de los agravios, quisiera hacer un llamado a todos, que entiendan que lo que hacemos también es una manera de protestar, protestar también es hacer teatro, hacer cualquier forma de arte.

Los guardias nos decían ‘Nosotros respetamos que protesten, pero sin violencia’, entonces no entiendo cómo nos detienen a nosotros, que veníamos de un ensayo y que pasábamos por la avenida Padilla para poder llegar a la parada del transporte, pues yo vivo por La Curva y César me estaba acompañando. No puedo decir que nos causaron heridas ni que nos torturaron físicamente, a veces temo decir esto, porque sentimos miedo, pero recibimos un trato seco, como a cualquier detenido, nunca va a ser un trato normal a pesar de no tener nada que ver con violencia ni con delitos”.

El profesor de LUZ y abogado, Livio de los Ríos, ayudó en la liberación de los dos jóvenes, este domingo 14 de mayo. También explicó lo sucedido y las acciones que ejecutaron para lograr la liberación de los dos estudiantes:

“Ese acto fue totalmente ilegal, ellos no tenían nada, no estaban haciendo nada, no estaban en una situación rara ni cercanos a nada. Nos movilizamos desde la misma noche del viernes pero era tarde y todo el proceso quedó  para el sábado. Después que ya teníamos todas las acciones listas, por una razón que no sabemos, se los entregaron a la policía, quienes los recibieron y les dieron  un trato mucho mejor que el que estaban recibiendo con los efectivos de la GNB.

Se los llevaron así de buenas a primeras, sin ningún tipo de argumento o justificación. No les podían hacer nada porque ellos no tenían nada, nada que se pudiera considerar que eran parte o miembros de una protesta, ni estaban en una protesta, ni estaban cerca de una, ni tenían ningún elemento que les pudiera ser imputado o señalado como ilegal o como atentatorio a la estabilidad, paz social, provocación, nada de ese tipo de cosas.

Fue una decisión arbitraria que realizaron los efectivos de la GNB contra estos dos muchachos, que son dos actores. Son unos muchachos valiosos.  No se metieron con unos vagos. No basta que tú digas que no estabas en la guarimba porque estás saliendo a caminar de un sitio a otro y si te agarran a ti, a mí, a cualquiera, nos pueden imputar cosas. Así de sencillo, esto ya es una situación de anarquía, esta anarquía no se puede estar permitiendo ni convalidando con el silencio”, expresó De Los Ríos.

 

Fuente: Panorama 

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