Fabián Moreno es computista de profesión. Pero aunque sea mejor conocido por su papel de Salvador en la cinta venezolana 3 Bellezas, su sueño de seguir sobre las tablas continuaba palpitando en su corazón. Así, una vez que logró catapultarse a la fama con el personaje de esta película y alcanzó los principales festivales de cine latinoamericano del mundo, cual Cristóbal Colón, se embarcó hacia nuevos confines tras esa meta.
Se radicó en España. Después de casi tres años de arduo trabajo y tras montajes como Hembras, mitos y café, El gato con botas de goma y Pinocho y la princesa belleza, Fabián se monta por primera vez en un escenario español con Clitem…Nestra una obra que escribió y que llama “mi bebé” y que a pesar de que ha tenido bastante críticas, positivas en su mayoría, espera seguir desarrollando con el tiempo y continuar en la construcción de la carrera en la que siempre se imaginó: el teatro.
“Disculpa que haya tardado en contestar, pero estamos por estrenar y he estado muy ocupado. Pero por supuesto que me encantaría conversar sobre esta obra, muchas gracias más bien por seguir mi trabajo desde hace tiempo”, dice Fabián Moreno, artista de 27 años, poco antes de comenzar a hablar.
-¿Este es tu debut artístico en España?
-Sí, es mi primera obra de teatro en España. Aunque he participado en publicidades y cortos; a nivel de tablas, es mi debut.
-¿Por qué consideras que te tomó tiempo surgir en la actuación después de haberlo hecho en Venezuela?
-Cuando uno llega a un país completamente nuevo para uno, como fue el caso de España para mí, uno tiene que mantener los pies en la tierra. Llegas dispuesto a comenzar desde cero, si es necesario, e ir poco a poco creciendo y escalando oportunidades.
-España es un país completamente distinto en cuanto al arte; aunque hay muchísimo teatro, también hay miles de actores buscando oportunidades. Se trabaja con otro acento, otra pronunciación, otras técnicas de interpretación.
-Sinceramente, yo llegué con otras prioridades, sin dejar de lado la actuación. Iba muchísimo a teatro, fui conociendo, poco a poco, a personas involucradas en el arte, observaba mucho las interpretaciones, tanto en teatro como en el cine y televisión española. Comencé a formarme en el país, a trabajar la técnica y la pronunciación, hasta que finalmente se dio la oportunidad de subirme a las tablas.
-Hay un fenómeno de fuga de talento de Venezuela hacia otros países y hasta
crean empresas de espectáculos afuera.
-Yo creo que la fuga de talento no se debe a las oportunidades solamente. Bien sabemos que en Venezuela muchas son las causas de la fuga de talento, en cualquier profesión. Lamentablemente, la situación del país ha llevado a muchas personas a buscar nuevas oportunidades en el exterior, siempre manteniendo presente sus raíces y las ganas de dejar el nombre de Venezuela en alto.
Yo también he pensado en crear mi propio grupo de teatro, pero esto necesita tiempo y dedicación; así que poco a poco. No tengo apuro.
-¿Qué piensas de la frase “nadie es profeta en su propia tierra”?
-Creo que es eso, una frase que funciona para unos, pero no para la mayoría. Venezuela es un país con un talento impresionante, en todas las áreas y tenemos muchísimos ejemplos de artistas que han sido profetas en el país. A veces, nacen oportunidades en otros países que significan un crecimiento profesional y nutrición para tu carrera, porque supone nuevos retos. Pero esto no quiere decir que no se valore el talento dentro del país.
-No habíamos oído más de ti desde 3 bellezas y ahora lo hacemos con una
pieza teatral.
-Yo, sinceramente, crecí en el teatro y siempre he pertenecido a él. No había tenido la oportunidad de seguir estando en las tablas, pero jamás lo he dejado de lado. 3 Bellezas fue la oportunidad que había estado esperando toda mi vida, y gracias al hecho de ser actor de teatro, pude cumplir las expectativas que se tenían. Espero que este debut en España sí sea el salto a muchas otras oportunidades, tanto aquí como en cualquier otra parte.
-¿Te sientes cómodo sobre las tablas?
-Me siento muy cómodo, es como en mi habitación. El teatro es creación sin limitaciones. Como te dije, para mí, el teatro siempre ha sido mi escuela, donde me dan una hoja en blanco y hago maravillas con ella. El teatro solo tiene un plano general, así que todo lo que hagas quedará captado por los espectadores, es por eso que sientes esa sensación de libertad y a la vez de responsabilidad.
-¿Piensas seguir en el área?
-Sí, tengo muchísimos planes en mente y con Clitem… Nestra se abre esa ambición por seguir creando.
-¿Cómo evalúas el recibimiento de tu talento por parte de un público tan
exigente como el europeo?
-En España, el arte es completamente distinto, por lo que se siente más exigencia. Sin embargo, el hecho de estrenarme con un mito griego, que ya es conocido en todo el mundo, pues da un ligero alivio. Aunque el humor es muy diferente, el público ha tenido un feedback positivo porque involucras chistes cotidianos españoles que les hacen mucha gracia, cosa que a un venezolano no le daría nada de risa. Pero poco a poco vas entendiendo. Cuando estás con tus amigos o en reuniones sociales, observas mucho y te das cuenta de lo que puede funcionar. Me da mucha risa porque me han dicho que no parezco de telenovela.
-En la obra tienes nombre de un personaje griego pero el afiche no sugiere
lo mismo, ¿qué puedes decir sobre este personaje?
-Clitemnestra es un personaje de la mitología griega, esposa de Agamenón y reina de Micenas, que protagoniza una de las tragedias más conocidas, donde da muerte a su marido como venganza ante el sacrificio de su hija Ifigenia, llevado a cabo por el mismo.
En la pieza Clitem… Nestra, una adaptación de Hembras, mitos y café de Jericó Montilla, este personaje narra su mito noche a noche, en un cabaret, donde desnuda su alma para ser mujer, sin ocultar nada. En su acto va acompañada del vino, que representa el veneno diario que significa estar en ese lugar atada, de donde sabe que no saldrá, contando cada noche la leyenda que la engendró y su tragedia.
Es muy cómico porque la gente piensa que el nombre significa “nuestro clítoris”, y aunque no es así no le prestamos atención a eso y dejamos que cada quien saque sus propias conclusiones. Es la idea.
-¿Te identificas con alguna de sus características?
-El personaje Clitemnestra es un reto bastante grande porque lleva muchos matices, incluso podría decir que es uno de los más difíciles que me ha tocado interpretar. En la pieza, ella comienza como toda una reina del Cabaret y poco a poco va degradando su imagen, hasta darse cuenta que de ese lugar no saldrá, que morirá ahí, haciendo cada noche su show, que consiste en narrar su mito. Lo que más me identifica con el personaje es la capacidad de controlar el dolor y hacer ver que no le interesa, hasta el punto en el que rompe.
-¿Qué sigue en tu carrera artística?
-De momento seguir moviendo “Clitem… Nestra” en Madrid. Ya hay otros proyectos teatrales, conversaciones e interés de seguir creando, siempre abierto a las oportunidades que se puedan presentar, y por supuesto a mi país.
La obra
Clitemnestra es una reina que noche a noche deja a un lado la formalidad en un cabaret, para ser mujer; sin ocultar nada, ni su espalda, ni su cuerpo femenino, porque simplemente es mujer, hija de la naturaleza mujer también.
Frente a innumerable órbitas de ojos, miradas que manan deseo, silencios que maduran un juicio, Clitemnestra desnuda su alma para narrar el mito que la ató a ese lugar para siempre, para no olvidar la leyenda que la engendró y su tragedia. Consciente de la consecuencia de sus actos, bebe vino dedicado al veneno que sorbe al despertar: por una hora exacta, por un aroma distinto, por el embriagador color, por el ritual.
Copa tras copa, cigarrillo tras cigarrillo, luna tras luna, su destino queda más condenado a ese lugar, en donde reposa su desesperanza, su desilusión y su incansable mirada desafiante.
Un mito, una reina, dos tacones con los que capitula la tiranía de lo social, un trono donde se posa esta reina a tomar vino y a contar un mito.