“La vida no es lo que se supone que debe ser. Es lo que es. La forma de lidiar con ella es lo que hace la diferencia”, esta frase de la autora Virginia Satir arropa el mensaje de La casa de las palomas, dirigida por Patricia Castillo. Una de las obras que está concursando dentro 7mo Festival de Jóvenes Directores que organiza el Trasnocho Cultural en Caracas.
La obra gira en torno al cumpleaños de Dante y de su fiesta, celebración que el público jamás ve, pero está presente todo el tiempo, tanto el texto como en las acciones. Paula, la mamá está enfocada en que la fiesta salga bien, para ello pidió a su madre que le ceda a su empleada doméstica que es un poco lenta. Se le suma el esposo que muestra una aparente pasividad, la abuela moderna, el abuelo con Alzheimer y el vivaz animador de la fiesta infantil. Hacen la mezcla perfecta para que salgan a flote conflictos, carencias, rencores y hasta secretos ente refrescos, pasapalos, piñata y torta en el corazón de la casa, la cocina.
Actúan: Rossana Hernández, Francis Rueda, Patricia Ramírez, José Francisco Silva, Carlos Manuel González y Erick Palacios.
Esta pieza está construida desde una familia disfuncional, donde uno de los miembros ejerce dominio sobre los demás integrantes. Pero que no abandona el humor y que además lidia con el deterioro y la pérdida de las facultades cognitivas por parte de uno de sus miembros, uno de temas más evidentes. Aunque también se tocan temas con el abuso sexual, el amor filial y la violencia doméstica pasiva.
Según el Comité Mundo de Psicólogos de Argentina la familia disfuncional alude a un tipo de familia, que no puede cubrir algunas de las necesidades materiales, educativas, afectivas o psicológicas de sus miembros, en especial de los niños. En este tipo de familia se producen continuamente conflictos, hay malas conductas o, incluso, abusos de diversa índole (verbal, físico o sexual).
Conversamos con la directora Patricia Castillo y con la actriz Rossana Hernández
Patricia Castillo estaba muy decidida a participar en el Festival con una obra que tuviera las siguientes características: escrita por una mujer, latinoamericana, que combinara comedia y drama, y por último, que la relación de los personajes de la historia fuera familiar, es decir, que la historia girase alrededor de una familia.
Para Castillo el desafío de dirigir esta pieza fue un reto, y más en estos tiempos de pandemia. “La obra tiene seis personajes, lo primero que tuve que hacer fue crear los lazos familiares entre estos personajes, pero a la vez separarlos según sus perfiles. Victoria, la autora fue muy inteligente en escribir personajes completamente distintos entre sí, que representan cada uno un rol social muy específico. Se le suma a eso que son parientes, la mayoría, o algunos de tanto estar juntos se vuelven también parte de ese núcleo. Luego está la decisión de hacer la obra de forma realista, pero en el fondo incluir el ensueño, es decir, construir una casa de madera, que por dentro sea de nube”.
“si queremos ver a Dios debemos profundizar más en esos detalles, y siempre se puede, afortunadamente este oficio nunca está terminado, cuando lo crees te das la vuelta y encuentras mil cosas más que podrías mejorar o cambiar”- Patricia Castillo.
La actriz y directora Rossana Hernández, cuenta que interpretar a Paula fue una experiencia muy interesante. “Patricia, a pesar de su juventud, es una directora muy inteligente, intuitiva e inspiraba en todos un gran respeto por su trabajo. Yo sentí una gran libertad en el proceso creativo, una de las cosas más importantes que resalto es la gran confianza que en todo momento tuvo como directora en su equipo y, en consecuencia, de nosotros hacia a ella. Fue fascinante verla orquestar el caos de esa familia, su entusiasmo, su claridad y empeño. Patty es una directora innata con una gran sensibilidad, nunca me pidió consejo, pero estuvo siempre muy abierta a escucharme y escucharnos a todos en general”.
“La Casa de Las Palomas nos habla de las relaciones familiares y humanas en general, un tema que me ha interesa mucho poner en el escenario”- rOSSANA hERNÁNDEZ
Hernández expresa como se sintió con su personaje: “Paula es una mujer que, como todas, siente la misma presión social de ser buena madre, esposa e hija, circunstancias acentuadas por el hecho de enfrentar el proceso de ver a su padre perder poco a poco facultades. El envejecimiento de los padres y la cercanía de un momento inexorable como es la despedida de quienes te dieron la vida y cuidaron siempre de ti, es muy duro, y todos nos podemos ver reflejados en ese panorama”.
“PAula, de alguna manera, somos todas las mujeres latinoamericanas, mujeres que llevan las riendas de un hogar, se ocupan de todo y, aunque esto las sobrepase por momentos, siempre el amor por los suyos termina siendo el motor para seguir adelante”.
Es una obra que a pesar del espiral de conflictos en las relaciones, permite al espectador reírse de las situaciones y hasta de ellos mismos. Una historia que fluye naturalmente y que crea empatía, retratando las calamidades como lo sublime de los individuos. Que lleva a reflexionar que la vida, nuestros deseos y expectativas a veces no es lo como la imaginamos, pero no por ello se deben abandonar los anhelos y los sueños. Aunque no se puede cambiar aquello que sucede siempre, si está en el individuo elegir la actitud que va adoptar en las situaciones que se le presenten.
En la voz de la dramaturga argentina Victoria Hladilo, autora de La casa de las Palomas
– Tú obra “La casa de las palomas” se está presentando actualmente en Caracas a través de un Festival de Jóvenes Directores. ¿Qué significa para ti que está obra se esté montado en Venezuela por medio de este festival, has tenido contacto con la directora Patricia Castillo?
Sí, hemos conversado con la directora y acordado algunas cuestiones en relación a la puesta que ella tenía en mente. Para mi es una enorme alegría poder dejar que esta obra se replique en otros países también. Hasta ahora, la única obra mía que se había hecho en distintos lugares era La Sala Roja. Y por eso, tener la posibilidad de que esta obra también viaje es hermoso. Disfruto de ver como otras personas, como Patricia en este caso imaginan el material que yo escribí. Y como otros actores y actrices les dan cuerpo a esos personajes que imaginé.
– “La Casa de las palomas” es una pieza teatral reflexiva que no abandona el humor y además está construida desde una familia que lidia con el deterioro y la pérdida de las facultades cognitivas, que es lo más evidente, pero también se tocan temas con el abuso sexual, la violencia doméstica pasiva. ¿Cómo fue el proceso de escribir esta pieza y el poder hilar todos estos conflictos de una manera tan natural y asertiva?
Bueno, primero muchas gracias por los elogios. En segundo lugar, yo te cuento como escribo. Siempre parto de un período de observación. Las imágenes que absorbo van madurando en mi cabeza hasta que un día aparece esa escena inicial que dispara el comienzo de la escritura. Luego, como piezas de un rompecabezas, van encajando asuntos que estaban guardados esperando que les toque su lugar para ser escena. También cuando escribo, juego a tensar la cuerda, para que cada personaje pueda tener su propio recorrido, su función y su historia. Y ahí es donde aparecen otros asuntos, que no son parte de la trama principal, pero que sin embargo sostienen y hace que todo lo otro sea posible.
– Es una obra totalmente naturalista que presenta y retrata las calamidades como lo sublime de los individuos ¿Cómo dramaturgia te identificas o más bien te interesa este tipo de teatro naturalista, lo digo por tus otra pieza “La sala roja”?
Yo le llamo realismo extrañado. Es como un juego en el que primero se presenta todo rozando el naturalismo, pero luego, voy tensando la cuerda y extrañando las situaciones hasta atravesar el marco del realismo y salir del mismo. Más allá de esto. Es un teatro que me ha interesado. También me interesa otro. Son ciclos, tiempos de exploración y de creación. Justamente, en Buenos Aires Argentina, acabo de estrenar una obra llamada Cartón Pintado, que tiene otro registro, otro mecanismo y otra estética. Lo que ocurre es que La Sala Roja, La culpa de nada y la Casa de las palomas, fueron pensadas como una trilogía y las tres obras se abrazan en varios puntos en común.
– Una de las cosas que me parecen interesantes es el manejo de adentro hacia afuera. El adentro que uno no ve, pero es como si lo estuviera. Esa puesta en escena me parece muy inteligente y que fluye de manera natural ¿Cómo fue el proceso del montaje y las resoluciones entendiendo que actuaste y dirigiste también?
Siempre que actúo y dirijo trabajo con una mirada de afuera que me interpela y me sostiene. La construcción del extra escena está planteada desde la dramaturgia y luego se continúa en la dirección. Pero ya al leer el texto, te ves en la tarea de tener que construir situaciones y personajes que son fundamentales pero que siempre están ocultos. Me divierte trabajar con profundidad la extraescena. Considero que en el teatro eso es fundamental para poder darle a los espectadores la posibilidad de imaginar y crear y completar todo lo que no está. El teatro siempre es un recorte. Una metonimia. El resto está en la imaginación de cada uno o una que lo vea.
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Para más información sobre el resto del festival visitar la página del Trasnocho Cultural.