Ciudad Rodrigo es una ciudad en la provincia de Salamanca, en la comunidad autónoma de Castilla y León, muy cerca de la frontera con Portugal que custodia uno de los eventos culturales anuales más esperados de España: la Feria de Teatro. Y se llama así, sin más. Tan claro y sencillo, y tan mágico como apropiado. Este año ha sido la feria número 24, una edición con propósito que busca mostrar la diversidad escénica que existe en el país y reivindicar la actividad teatral, en tiempos de pandemia.
No en vano, el Observatorio de la Cultura reconoció en 2020, nuevamente, a la Feria de Teatro entre los acontecimientos culturales más importantes del año en España y la incluyó entre los 50 proyectos culturales y eventos más importante del país. Esta vez, esta fiesta teatral contó con la participación de 40 compañías y 60 funciones, luego de haber batido récord histórico de propuestas recibidas para participar. En total, recibieron 1057 propuestas, el máximo desde su primera edición.
Con propuestas de todas las Comunidades Autónomas, de teatro de texto, danza, circo y piezas infantiles, se ha convertido en el punto de encuentro para el sector escénico profesional más importante de agosto en el país. Su fecha, cada año, coincide con el cierre del Festival de Teatro Clásico de Mérida, otra de las citas escénicas más importantes, que se realiza a unos 226 kilómetros de distancia.
Diversidad escénica en la Feria de Teatro
Han sido seis intensos días de Artes Escénicas con el protagonismo, como es costumbre, de las compañías emergentes de Castilla y León. De aquí, han destacado los estrenos absolutos de Arawake con su espectáculo Titiriscopio; Azar Teatro con Corazones, meteoritos y una enfermedad rara; Joven Compañía de Danza de Castilla y León con Miradas en blanco; Teatro del Navegante con LOBA (She wolf); y Valquiria Teatro con El día más feliz de nuestra vida; así como muchas otras obras.
Teatro de actualidad, pandemia y la España vacía
El teatro de actualidad ha tenido su representación con grupos como El Aedo Teatro que presentó Puños de Harina, un monólogo con 4 candidaturas a los Premios Max 2021 y el Premio Teatro 2019 Autor Exprés por la Fundación SGAE, que reflexiona sobre el racismo, la homofobia, la violencia y la masculinidad.
También PROYECTO 43-2 con I´m a survivor, una pieza documental sobre lo que ha ocurrido en este tiempo de confinamiento, contado a través de las anécdotas de madre e hija: la actriz María San Miguel y su madre, que se sube por primera vez en las tablas, María José Santos.
Sobre la España Vacía ha querido reflexionar el equipo de Corral de García en La lluvia amarilla, basada en la novela de Julio Llamazares publicada en 1988. Se trata de un intenso monólogo del último habitante de Ainielle, un pueblo del Pirineo. Durante su última noche en el pueblo y también la última noche de su vida.
De la soledad también han querido hablar La Coracha Teatro en Los invisibles, que pone en el centro de la historia a dos méndigos representados estupendamente por Inma Caballero y Paco Pozo, quien también ha escrito la pieza. Una de nuestras favoritas por su texto simple, no cronológico y anécdotas sobre la calle desde una perspectiva honesta, sana y empática. Solo peca de una dirección y aspectos técnicos débiles que bien podrían descartarse.
En cuanto a comedias, ha destacado la presentación de El Premio, en el Patio de los Sitios, que llevó la compañía La Quintana Teatro. La pieza nos adentra en 2030, cuando en un reality show en vivo, los concursantes luchan por llegar al final, ganar y morir, en medio de un estrepitoso avance tecnológico, para recibir una cuantiosa suma de dinero que podrá destinarse post mortem a la causa que el ganador decida. Un texto que empieza fuerte, pero culmina de manera hueca e insignificante, sin llegar a ningún lado.
En teatro clásico se han presentado piezas como Entre bobos anda el juego de Verbo Producciones o el popurrí de Carnaval barroco de La Bulé. En clave clown se ha presentado La Industrial Teatrera con La herencia y con una mezcla de disciplinas y técnicas (danza, circo y mapping) se ha subido Albadulake con Serrana. Otras apuestas performáticas interesantes han sido Mr. Blue Sky de La Fam Teatro y las expresiones circenses Col·lectiu TQM con Volov (ganadora del premio del público de espectáculo de calle) y La Troupe Malabó que repite en la feria, esta vez con el espectáculo Karpaty.
Todas estas propuestas se presentan en los distintos espacios de la ciudad amurallada, que invita a pasear por sus callejones, entre sus bares típicos y sentarse a degustar farinato y otros platillos típicos entre obras. Si se tiene tiempo, antes de salir a las comidas de networking de todas las tardes, para los acreditados, se puede escapar rápidamente al otro lado de la ciudad, pasando el arco de la antigua Puerta de la Colada para llegar a la zona de descanso del río Águeda. Todo ello forma parte de la experiencia de la Feria de Teatro que no se queda en lo escénico sino que ahonda en lo humano y en las costumbres locales para afianzar la cultura, tan necesaria más allá de las grandes capitales.
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