El pasado sábado, un área del Museo Luis A. Noboa Naranjo de Ecuador se convirtió en el escenario sobre el que alumnos del taller de lectura dramática o dramatizada “A leer teatro, escucha tu voz” mostraron sus trabajos finales. Desde la tragedia griega hasta la época posdramática fueron representadas por este grupo, dirigido por Delia Pin Lavayen.
Es el tercer taller de lectura dramática o dramatizada que estuvo a cargo de la artista. El objetivo –dijo– es revitalizar la dramaturgia, en especial el teatro leído que “tanta falta le hace a la ciudad”.
La agrupación, integrada por cinco personas, inició este curso en enero pasado. Según su directora, desde estos talleres se propone que la voz participe como personaje y coautor.
“Empezamos once y terminamos cinco, cinco nuevos lectores de teatro, cinco nuevos talentos”, expresó Pin durante la muestra, que duró un hora.
Un público atento fue testigo de las diversas escenas. Las risas, el asombro, incluso la melancolía se pusieron de manifiesto en este encuentro, en el que el teatro fue el principal invitado.
Fragmentos de obras de dramaturgos como Pedro Calderón de la Barca, Luigi Pirandello, Esquilo, Eugene Ionesco, Bernard Marie Koltès y Rodrigo García fueron puestos en escena por el grupo.
Los talleristas también escenificaron sus propias creaciones: Tristezas (Annabelle Navarrete), Sombras (Willy Lino), Cientos y cientos (Giullia Sarmiento), Un nuevo trabajo (Lorena Rodríguez) y Alumbramiento (Grace Niemes).