Solo la poesía basta para hablar de la poesía.
La poesía es el canto de las aves que anidan en mi alma,
y el retrato del cielo que las ha visto volar;
es el golpe impaciente de mi pecho agitado,
el susurro insistente de mis labios callados,
es un río en mis ojos y en mis manos un mar.
Para la poeta guatemalteca Ligia García y García es un poco difícil recordar el primer contacto que tuvo con la poesía. Sin embargo manifiesta que ese primer encuentro debió haber sido en sus dos primeros años de vida, cuando aprendió hablar.
“Toda la vida he tenido fascinación por las palabras, el sonido de la voz humana, la música, una charla, una canción. Seguramente ahí estuvo el origen, de eso se compone la poesía y, como los mejores encuentros, llegó a mi vida sin que yo lo notara, simplemente se hizo sentir y llegó para quedarse”.
Ligia García y García cuenta que en el primer año de estudios, cuando tenía unos tres años, tuvo una maestra realmente especial; una señora mayor que les leía poemas y les enseñaba a declamar.
En su casa siempre hubo un ambiente de libertad, y la posibilidad de tener experiencias con el arte en cada rincón. Se podía encontrar un acordeón, un cuadro al óleo a medio hacer, una trompeta, una guitarra, pinturas, materiales para modelar, y cualquier elemento para despertar la creatividad y la sensibilidad; sus dos padres fueron artistas y siempre amantes del arte, definitivamente un entorno así, es favorable para la creación, afirma.
Cuando Ligia comenzó a escribir poemas lo hizo de forma de forma consciente, no fue un desahogo ni una carta de amor. Sintió la necesidad de expresarse a través de la palabra escrita y quería vivir la experiencia.
“En mis inicios no seguí parámetros poéticos establecidos y, quince años después, sigo sin hacerlo. De cualquier manera, el objetivo siempre fue crear literatura, o por lo menos, algo que se le pareciera”.
Expresa que sus poemas son simples, directos y breves. Algunos quizás atrevidos o desafiantes. En sus poemas hay un poco de todo desde profundas reflexiones sobre la vida o incluso sobre la muerte, hasta una declaración de amor.
“Aunque se me hace difícil definirlos, considero que mis poemas son una extensión de mi ser y, aunque tengan vida propia, siguen llevando mi esencia”.
Menciona que el movimiento poético de Guatemala se mantiene bastante activo. Que hay todo tipo de poetas para todo tipo de lectores.
“De los poetas de mi país puedo mencionar a Manuel José Arce, Margarita Carrera, Ismael Cerna, Luis de Lión y Miguel Ángel Asturias, entre otros”.
De la poesía venezolana relata que no la ha leído como quisiera, pero se le viene a su memoria el texto del poeta venezolano Andrés Eloy Blanco, que ha quedado inmortalizado:
Pintor nacido en mi tierra,
con el pincel extranjero,
pintor que sigues el rumbo
de tantos pintores viejos,
aunque la Virgen sea blanca,
píntame angelitos negros.
Hasta la fecha ha publicado dos libros de narrativa (Los Secretos de Adán y Eva –salsas, besos y otras delicias-, Los Indiferentes). Además, seis libros de poesía (Amigos con derecho, Poesía los tres tiempos, En lo próspero y en lo adverso, El fruto de los labios, Y el verbo se hizo poema, Zona Íntima). Algunos de ellos se encuentran en Amazon y espera que puedan estar al alcance de quienes la leen más allá de Guatemala. Pueden encontrar más de su trabajo en su página www.ligiagarciaygarcia.com.
A continuación tres poemas:
Sin poemas
A partir de hoy
voy amarte en silencios,
provocando ausencias
e inventado distancias;
desde hoy voy amarte sin poemas,
con muy pocas acciones
y escasas palabras …
a partir de hoy voy a amarte así,
como tú me amas.
………………………………..
Hay una palabra aún no
dicha entre tus labios y los
míos; estamos a un instante
de volvernos poesía.
………………………………….
Cuando no me alcancen
los besos, ni las caricias,
déjate amar con
palabras…