Un antecedente: La Isla de los muertos, pintura de Arnold Böcklin que inicialmente se llamó, por paradoja, Un lugar tranquilo, fue una obra de encargo para una mujer que le había pedido al artista un cuadro para soñar.
A partir de esta premisa simbólica, podemos entender la pieza teatral presentada por la agrupación REPICO basada en el texto clásico del teatro simbolista del Nobel de Literatura Maurice Maeterlinck y montada en homenaje al creador Rafael Sequera. Los ciegos es una obra que se muestra como una colmena donde viven diversas especies humanas que, suspendidas en una suerte de vacío imaginario que acaba con todas sus esperanzas, deben convivir inexorablemente.
Y es que no podría ser de otra manera. El texto de Maeterlinck es el producto de una herencia de poetas y pintores como William Blake, Arthur Rimbaud y Gustave Moreau, quienes durante finales del siglo XIX y las primeras dos décadas del XX fueron los pilares del movimiento simbolista que apareció en este período para dejar imborrables huellas en el arte y mostrarle a la humanidad que las preguntas que genera el sufrimiento también pueden dar lecciones.
Durante la hora que dura el montaje, la relación convencional que sus personajes tienen con el público es cruzada por una serie de realidades de carácter estético y también pertenecientes a nuestra propia naturaleza pesimista. Es una pieza donde el terror es más que evidente; sin embargo, la idea no es solamente provocarlo, ya que la puesta en escena también busca que los espectadores vayan descubriendo sus miedos junto con los ciegos, a través de los relieves de situaciones límites y arriesgados paisajes, inundados siempre de enigmas. Esta es la representación de una catástrofe.
El sensacionalismo, el ritual, la gran oscuridad del lugar, la luz que no termina por aclararse y que solo es apoyada por varias velas que se extinguen a mitad de la función y el silencio que es roto por “las viejas que rezan”, son elementos que se apoderan poco a poco del lugar para formar un ciclo donde el espacio y el tiempo se estiran y se transmutan para olvidarse de su fin.
Así, esta versión dirigida por Lina Olmos está limitada por el abismo de las dimensiones donde las impresiones se convierten en el eje básico de la comunicación entre los actores y el público, para colocarlo en planos oníricos donde los sentidos se desbarajustan irremediablemente.
La obra
Seis ciegos se encuentran solos en el medio de una isla desierta. Llevan horas esperando al hombre que los llevó hasta ahí. Entre el ruido del mar, las aves marinas y el olor de hojas muertas, soportarán la oscura espera evitando perder la esperanza.
¿Volverá? ¿Los ha abandonado? ¿Deben seguir esperando o tomar la decisión de avanzar, a oscuras, y adueñarse de su destino? El rigor mortis de un rostro frío les dará la respuesta.
Los Ciegos cuenta con las actuaciones de Juliana Cuervos, Jesús Hernández, Karolains Rodríguez, Miling Cabello, Valeria Castillo y Adolfo Nittoli, así como la participación especial de Manuelita Zelwer, Diana Peñalver Denis, Fabiola Prieto y Mayra Santos. Por otro lado, la música es de Stefanos Mavridis y Rafael Nieves, la realización de los elementos escenográficos es de Oriely Brizuela, la producción general es de Consuelo Trum, la asistencia a la dirección de Paola Cedeño y la producción es responsabilidad de Luigin Preteroti.
El público podrá disfrutar de esta obra en la sala La Viga del Centro Cultural Chacao los viernes a las 6:00pm y los sábados y domingos a las 4:00 pm, hasta el 31 de julio. Las entradas a la venta en la taquilla del teatro y a través de www.ticketmundo.com a un precio de 900 bolívares.
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Imágenes de Estefanía Quijada
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