“La consciencia moral, a la que tantos insensatos han ofendido y de la que muchos más han renegado, es cosa que existe y existió siempre, no ha sido un invento de los filósofos del cuaternario, cuando el alma apenas era un proyecto confuso”, esta frase de escritor José Saramago nos resume parte de la obra Luces de Bohemia, dirigida por Ángel Pelay y una de las obras que participa en el 7mo Festival de Jóvenes Directores que organiza el Trasnocho Cultural en Caracas.
Esta obra escrita hace un siglo por el dramaturgo español Ramón María del Valle-Inclán fue publicada por primera vez a través de entregas semanales en el semanario España. Posteriormente se reedita con escenas adicionales en 1924. Sin embargo en las tablas se estrenó en 1970.
Luces de bohemia es considerada una de las obras más importantes de Valle-Inclán, además de ser pionera en cuanto al género teatral “esperpento”. Género definido por el Diccionario de la lengua española en 1970: «Género literario creado por Ramón del Valle-Inclán en el que se deforma sistemáticamente la realidad, recargando sus rasgos grotescos y absurdos, a la vez que se degradan los valores literarios consagrados; para ello se dignifica artísticamente un lenguaje coloquial y desgarrado, en el que abundan expresiones cínicas y jergales».
“Luces de Bohemia”
Esta adaptación de Pelay nos narra las últimas horas de la vida de Max Estrella, un poeta venido a menos. El personaje es un anciano ciego que en algún momento tuvo reconocimiento que deambula por las calles acompañado de Don Latino de Hispalis. Quienes en su travesía por las calles de Madrid se consiguen policías, prostitutas, ministros, entre otros. Exponiendo a través de sus diálogos criticas a la sociedad, a la política y a la cultura de España, donde no hay reconocimiento por los artistas, pero que bien aplica para otras sociedades del mundo.
Esta historia atemporal se convierte en una parábola trágica y grotesca de la imposibilidad de vivir en un país opresivo, injusto y corrupto como era la España del 1920. Sin embargo, esta historia se repite actualmente en muchos países. La obra lo presenta a través de personajes perturbadores y situaciones grotescas. Es una pequeña muestra de cómo funciona una sociedad en una época que no es tan distinta a la de ahora.
La puesta escénica recreada por Pelay es ambiciosa ya que cada actor interpreta varios personajes, los cuales salen y entran a escena intempestivamente. Sin duda un gran desafío mantener el ritmo de energía en cada escena y el procesar cada personaje junto a los textos que son densos y largos.
Conversamos con el director Ángel Pelay
– ¿Por qué traer el clásico «Luces de Bohemia» al Festival de Jóvenes Directores? ¿Qué nos tiene que decir actualmente?
El dramaturgo Gustavo Ott me sugirió la obra Luces de Bohemia, me gusta la dramaturgia de Valle Inclan y aposté por la obra. Esta obra tiene mucho que decir de la actualidad. Considero que un novel director debe presentar una propuesta que permita el trabajo de dirección, una obra que ya dramatúrgicamente hable mucho, y que esté muy bien escrita. Para que así fluya la propuesta escénica y que sea esa la preocupación del director. Creo que hay que apostar por los clásicos porque tienen mucho que decir, además de que son la génesis de la escritura contemporánea. Y hablan de temas actuales como los conflictos sociales que son cíclicos, de nuestro comportamiento en sociedad, nuestra cultura, las interacciones intrapersonales e interpersonales. Que a pesar de ser una obra escrita sobre la sociedad española del siglo XX habla en un lenguaje universal, incluyendo nuestra venezolanidad.
– ¿Qué cambios realizaste de la obra, tomando en cuenta el contexto y el lenguaje cuando fue escrita?
Realice una adaptación a nivel de lenguaje sin perder la poesía del texto, a su vez tuve que reformular alguna de las escenas. Cabe destacar que están todas escenas de las obra original, pero tuve que rodar una escena al inicio de la obra para unificar algunos de los personajes que son casi cuarenta. Haciendo cambios en la estructura dramática para que fuera más dinámica, interactiva y atrevida, para que así sea entendida y comprendida por el espectador contemporáneo.
En palabras del actor Adolfo Nittoli:
“Es un proyecto ambicioso desde la propuesta del director, pasando por el texto del autor . Estuvimos trabajando desde octubre del año pasado para estrenar en abril y fue proceso de trasformación completo de propuestas. Ángel Pelay lo tenia muy claro en su cabeza desde el principio, sin embargo el texto presentaba desafíos. Habían cosas que se mantienen vigente y otras que probablemente aún siendo vigentes debilitan otras ideas por extensión, por significados”.
Es una obra de mucha demanda para el actor, no solamente por todos los cambios de vestuarios a la vista del público. Toda la presencia permanente en el escenario, sino por los cambios de energía. Es mucho texto, hay que sostener un ritmo, jugar en dos planos. El significado del texto, y el ritmo de lo teatral para que sea comprensible, entretenido y atractivo.
Actúan: José Tomás Angola, Salomón Adames, Nadeschda Makagonow, Adolfo Nittoli, y Nathalie Tablante. Asistencia de dirección Sheila Lubraska Ramírez, música original y diseño gráfico de Wahari Meléndez. Diseño de iluminación Valentina Sánchez, diseño de vestuaio Ghislaine Latorraca, fotografia Guillermo Felizola y producción ejecutiva Ángel Pelay.
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Para más información sobre el resto del festival visitar la página del Trasnocho Cultural.