Contener el aire es embargar el avance del lenguaje.
El cuello de la muchacha, envuelto en seda anaranjada, es
confiscado por el dueño de lo impávido.
Exaltada suplica la asfixia, la decisión del ahogo, el cierre de
la grieta. El marasmo de sus brazos muestra el deseado estuche
arruinado. Muerde la sobria pulsión, hace surgir su mirada de
toros embestidos, suelta el lazo.
Regresará la decepción.
Primer encuentro
Con este poema titulado Ejercicio austero de María Ramírez Delgado damos inicio a la entrevista a la poeta venezolana. Sus poemas han sido traducidos al inglés, al alemán y al portugués, y han sido incluidos en revistas y antologías.
Recuerda que su primer recuerdo con la poesía fue un viaje de vacaciones que realizó a Mérida a los 6 años. “Cuando íbamos por el páramo nos detuvimos en el mirador de la loca Luz Caraballo y mi abuela (con más calma que los niños andinos) me recitó el Palabreo de la loca Luz Caraballo de Andrés Eloy Blanco“, manifiesta.
Confiesa que se obsesionó con el de la loca Luz Caraballo y no entendía como una historia terrible podía estar envuelta en una extraordinaria sonoridad. Cuando llegaron a la ciudad de Mérida ya se había aprendido el poema. A partir de allí comenzó a memorizar todo lo que encontraba de Andrés Eloy Blanco, de Aquiles Nazoa, de Francisco de Quevedo y Lope de Vega, de Juan de la Cruz y Teresa de Ávila. Ese primer encuentro me reveló:
la poesía es comunicación del pasado, creo que por eso intentaba apoderarme de los poemas a través de la memoria.
La escritura
Sus inicios con la escritura poética fueron consciente, narra que a raíz de esos primeros poemas que memorizaba intentó repetirlos. “Escribía versos horrorosos en endecasílabos sobre mi familia y sobre todo lo que percibía. La intención de esos primeros experimentos poéticos era divertir o asombrar a mi abuela, ella era mi público”, confiesa.
Con el tiempo ese interés por la rima como forma de expresión fue pasando a un segundo grado. Intentó escribir narrativa y teatro. Le parecía que lo que quería decir necesitaba de esos géneros literarios en particular. Más adelante descubrió el haikú leyendo a Issa Kobayashi y a Bashō. “Me interesé en aprender esa técnica, quería imitar la concentración máxima de lo poético, la exigencia métrica y temática”, enfatiza.
La poesía dejó de ser lúdica y se transformó en un acontecimiento del pensamiento.
Inspiración
Cuenta que de alguna manera toda poesía depende y nace de la vivencia de su autor, sea experiencia o intuición. “Por otra parte, la poesía (digo poesía como acto personal creador) corresponde a “algo” que el autor cede de sí, una parte que coloca fuera, en ese objeto que llamamos poema. Si entendemos esto así, todo lo que escribo es parte de mis vivencias”, señala.
La mayoría de sus poemas tienen fundamento en la intuición, en la empatía, son prestadas: “qué pasaría si…” “¿Cómo viviría esto?” . “A partir de eso que puede ser un hecho, una sensación, un dolor, un temor, se edifica el poema, pero no creo que eso signifique que está apartado de la propia vida, pues también son una respuesta a lo que me rodea”, reflexiona.
Considera qie parte de lo humano es la urgencia por comunicar y para eso se usan los medios a disposición como la escritura. “Yo no puedo asegurar que siempre tendré algo que decir, o más bien, algo que al ser dicho me satisfaga, pero esto no quiere decir que crea que existe un límite, el límite, en todo caso, es la muerte”, puntualiza.
En relación con los temas en su poesía cree que podría decir que son formas de interpretar el mundo. En su forma está unida la interioridad y cómo impacta en lo humano, así a través de este lente se enfrenta a distintos escenarios:
Esos escenarios pueden ser el amor, la locura, la tragedia, la maldad o el dolor todo iluminado por la cotidianidad.
Poesía
Comparte con los griegos la idea de la poesía es todo acto creador. “Por eso encontramos y hablamos de poesía en referencia a cosas que no están necesariamente conectadas con el lenguaje, sino que tienen un “eco” en nosotros”. Le parece que la poesía es una forma de vibración que permanece.
Reflexiona diciendo que todo acto creador tiene su punto de partida en una fuerza instauradora. Pero que debemos ser capaces de recibir esa fuerza, un estremecimiento que armoniza con nosotros, por supuesto no puede ser muy fuerte o nos rompería, ni contrario o nos detendría. Debemos simpatizar con ese acto que llamamos poesía, a veces esa respuesta es inmediata. A veces podemos responder a un acontecimiento poético muy antiguo. Es por eso tendría que decir que:
la poesía es una resonancia atemporal del ser.
Movimiento poético en Venezuela y en Latinoamérica
Con respecto a sus gustos poéticos dice que camabian mucho. “Hoy leo un poeta y me impresiona, pero mañana queda en el olvido”. Así que puede señalar -como gusto persistente- a algunos poetas como J. A. Ramos Sucre, Hanni Ossott, Martha Kornblith, Antonia Palacios, Eugenio Montejo, Juan Sánchez Peláez. Siempre están muy cerca también Octavio Paz, Czeslaw Milosz, T. S. Eliot y Paul Celan.
Últimamente ando enamorada de José Gorostiza y creo que es para siempre, esos son poetas que releo.
Para la poeta venezolana Latinoamérica es heredera de una tradición poética impresionante que combina elementos culturales muy diversos y toda esa diversidad lleva a continuas reinvenciones. Afirma que hay épocas de cierto estancamiento e imitaciones, pero otras épocas producen un material decisivo. “No estoy segura de qué momento es el nuestro, me gustaría pensar que es el segundo, el decisivo, pero eso sólo lo puede decir el transcurrir de los años”. Qué voces permanecerán? ¿qué voces serán anexadas a esa tradición? No lo puedo responder.
veo una gran preocupación y esfuerzo por crear una poesía que permanezca.
*En este que estamos viviendo de pandemia ¿cómo ha sido tu conexión con la escritura?
No puedo decir que sienta que mi situación con la escritura haya cambiado. Digo esto porque tengo un espíritu un poco monástico. Por lo que a no ser por el aspecto práctico como ir a la universidad a dar clases o al teatro o a una exposición, no siento que el encierro me afecte de una manera que llegue a cambiar mis ritmos de producción, entendiendo esta producción como una actividad que se realiza con cierto rigor.
He mantenido el ritmo que ya tenía antes de la pandemia; ahora bien, hay muchas situaciones en la pandemia que detonan esas vivencias de las que hablábamos al principio. La enfermedad, el temor, la desesperación y la muerte se han incorporado de una forma distinta en todos nosotros. Eso sí ha permeado en mi escritura, son los mismos temas, pero hay una mirada nueva a la que aún no logro ajustarme (como cuando cambiamos de lentes y nuestros ojos deben acostumbrarse a ese nuevo enfoque). Supongo que más adelante podré verla con mayor claridad.
Publicaciones
Para María Ramírez fue muy simple publicar. Su primera publicación la realizó a través de ediciones Funsagu del estado Aragua, quienes hicieron una convocatoria a autores inéditos para presentar sus libros, logrando publicar un libro de cuentos.
Sus primeros libros En el barro de Lesbos, ediciones Funsagu y Quemaduras, editorial Eclepsidra están agotados. Estos poemarios intentaban explorar la interioridad así como el enfrentamiento con uno mismo desde lo femenino. Luego, en 2009, publicó con Bid &Co editor Navajas sobre la mesa, un libro en el que intentó explorar la locura, la depresión, el caos y la muerte desde lo cotidiano. Es posible encontrarlo en algunas librerías en Caracas.
En 2017 por editorial Mago, en Santiago de Chile, publica Violencia es posible encontrarlo en algunas plataformas como la Casa del Libro y en algunas librerías en Santiago.