“No necesitamos que el arte refleje la realidad sino que eleve el espíritu”- Marina Abramović
El nombre de Marina Abramović es muy conocido en el mundo artístico específicamente en el arte performance. Con más de 50 años presentándose en varias ciudades del mundo, sus trabajos no pasan desapercibidos ya que enfrenta al público constantemente.
Su cuerpo ha sido el protagonista en cada una de sus presentaciones, a través del desnudo, la mutilación, expuesta mientras una persona le apuntaba con una pistola cargada, ha estado sentada mirando fijamente a cientos de desconocidos.
Conocida como la “madrina del arte de la performance” por ella misma. Abramovic nació en Serbia y desde muy joven estuvo involucrada en las artes. Recibió clases de piano y pintaba. Obtuvo su formación en las Academias de Bellas Artes de Belgrado y Zagreb respectivamente.
Su trabajo trata de alterar la relación convencional entre un artista y el público. En lugar de que los artistas definan qué sucede en el escenario y cuándo sucede, es la audiencia la que dirige el espectáculo.
Durante 12 años aproximadamente, trabajó junto al artista alemán Ulay (también conocido como Uwe Laysiepen), hasta que dejaron de colaborar juntos en 1988. Su historia de amor y sus trabajos juntos son tan conocidos que existe una película llamada The Story of Marina Abramovic and Ulay, que detalla su historia.
“Todo lo malo, desacuerdos desagradables o lo que sea que pasó en el pasado, lo hemos dejado ir”, dijo Ulay. “Nos hemos vuelto buenos amigos de nuevo. Y eso es una hermosa historia”.
Su primer performance como solista se llama Ritmo 10. Con el que rompe lo que se había hecho hasta ese momento involucrando y explorando a través de elementos como cuchillos y dos grabadoras.
“La performance consistía en que la propia artista jugaba al juego ruso de dar golpes con el cuchillo entre los dedos abiertos de la mano. Cada vez que se cortaba, cambiaba de cuchillo, grabando todo este proceso. Una vez que se había cortado 20 veces, reproducía la grabación e intentaba reproducir los mismos movimientos y sonidos”.
La actriz declaró que con ello pretendía unir pasado y presente. Con esta performance, Abramović crea un antes y después en cuanto a tener en cuenta la consciencia del artista.
La artista reside actualmente en la ciudad de Nueva York. Y su obra se ha presentado en Holanda, Grecia, Suecia, Dinamarca, Serbia, Croacia, Estados Unidos, Brasil, España, Italia, Polonia y Alemania.
“Cuando empecé me querían encerrar”
Still from ‘Presence and Absence’ 2022, still from video work by Marina Abramović (b.1946)
Abramovic fue una niña rebelde, por eso drenó ese potencial a través del arte, lo que también la ayudó a no pasar por “loca” por abordar, explorar y cuestionar el arte.
Incluso hay un grupo sin ánimo de lucro, con el lema “Stop Marina Ahora“. Ella dice que ha escuchado el rumor pero “lo que realmente me salva de todo es que mi arte ha sido ridiculizado por décadas, y cuando comencé en la década de 1970, los profesores de arte pensaban que “tal vez hay que ingresarla en un hospital mental.”
Marina Abramovic aseguró en entrevista para EFE que ser mujer nunca ha sido un obstáculo para ella en el mundo del artístico, ya que “el arte no tiene sexo”. Esto lo ha mostrado en distintas ocasiones, al exponerse a su público sin miedo en varias de sus obras.
“Los artistas tienen que ser oxígeno para la sociedad”
Obras destacadas
Destacan sus series Ritmos, Lips of Thomas, Barroco balcánico, La artsita està prresente, El limpiador
Los espectadores tenían para escoger entre 72 objetos (sal, látigos, tijeras, plumas, libros, miel, etc) con los que interactuar libre e impunemente con el cuerpo de ella, inmóvil.
Esta provocación a la acción manifestó a dos tipos de espectadores: aquellos que trataron de dañarla (incluso llegando a cortarla, pincharla y apuntarle a la cabeza con una pistola cargada) y aquellos que trataron de protegerla (secándole las lágrimas).
Tras seis horas inmóvil, los segundos instaron a parar la obra, pues los actos de los primeros se volvían cada vez más violentos.
“Después de exactamente seis horas, según el plan, me levanté y empecé a caminar hacia el público. Todos escaparon, evitando un enfrentamiento real”, dijo la artista. Declaró: “El público puede matar. Pero tienes que ir con el corazón lleno de esperanza. Si no, te quedas en casa o en la habitación del hotel pensando qué puedes hacer.”
La artista está presente:
Conocida por haber sido expuesta en el MoMA de Nueva York, donde Abramovic estuvo sentada en una silla por 700 horas y miraba a los ojos a los visitantes que decidían sentarse frente a ella.
La pieza consistía en que Marina se sentaría en una silla y en la silla frente a la de ella, se sentaría una persona del público, durante el tiempo que quisiera, viéndose fijamente en silencio. Este performance lo llevaría a cabo desde que abriera el museo hasta que cerrara, del 14 de marzo al 31 de mayo de ese año.
Marina invitó a Ulay el día de la apertura, pues también estaba presentando una retrospectiva de su trabajo y muchas piezas las había realizado con él. Ella sabía que él estaría ahí, pero nunca esperó que se sentaría en frente de ella.
“Fue un momento que me dejó en shock. Doce años de mi vida corrieron por mi mente en un instante. Para mí, él era mucho más que cualquier visitante. Y solo por esta vez, rompí las reglas. Puse mis manos sobre las suyas, nos miramos fijamente, y antes de que me diera cuenta de lo que estaba pasa”.
Tiene una obra dirigida por el gran Bob Wilson, Vida y muerte de Marina Abramovic en la que se cuenta su vida y celebra su funeral a modo de musical, con Antony and the Johnsons.
La pieza más reciente: Las siete muertes de María Callas
La primera vez que Marina Abramovic escuchó a Maria Callas fue en una radio en la cocina de su abuela. Entonces la artista era una adolescente y el impacto que le produjo la voz de la soprano fue tan grande que se puso a “llorar sin control”, dice.
Durante años, Abramovic tuvo en la cabeza un proyecto cinematográfico sobre la soprano para el que quería contar con siete directores del nivel de Roman Polanski y Lars Von Trier. Como resultó imposible, replanteó el proyecto al recibir una propuesta de la Ópera Estatal de Baviera.
Los ensayos de 7 deaths of Maria Callas empezaron en plena pandemia. Se trata de un exorcismo sobre cómo Maria Callas murió con el corazón roto por Aristoteles Onassis, y Abramovic también estuvo cerca de hacerlo.
“No se trata de innovar por innovar, a mí me gusta crear. El hecho de crear me alimenta”.
Las protagonistas son la misma artista y siete sopranos que interpretan a famosas mujeres que murieron por amor: Violetta Válery de La traviata; Tosca; Desdemona de Otello; Cio-cio-san de Madama Butterfly; Carmen; Lucia Ashton de Lucia di Lammermoor y Norma. El espectáculo es también una singular fusión de canto, performance y videoarte, puesto que incluye una película protagonizada por Abramovic y el actor Willem Dafoe. Se presentó en Barcelona, España en marzo de 2023.
Algunos de sus reconocimientos
Doctorado Honorario en Artes, Instituto Superior de Arte, Cuba. Premio A La Excelencia ’13 de julio’, Podgorica, Montenegro. Premio Princesa de Asturias de las Artes. El jurado de los premios destacó “la valentía de Abramović en la entrega al arte absoluto y su adhesión a la vanguardia”.
El nombre de Marina Abramović ya está escrito en la historia del arte, no sólo por sus controversiales performances, ni la constantemente exposición a la muerte y a la violencia autoinfligida. También por mostrar la vulnerabilidad no sólo del artista sino del público, del ser humano. Su constante creación y enfrentamiento con ella misma y lo que la rodea.
[…] entrada Marina Abramović: Desafía la vulnerabilidad con el performance aparece primero en El […]