Medea del Olimar de la dramaturga uruguaya Mariana Percovich, es la crónica de un crimen pasional o la historia de una traición. Este texto posdramático, cuenta la historia de la asesina confesa de Cerro Chato (Uruguay), que estrangula a su hija mientras duerme.
Un suceso que podría pasar en cualquier suburbio o en cualquier ciudad de este mundo, de acuerdo con la producción de Hany Rivera (Teatro Coreográfico), quien lleva adelante el proyecto.
Al peor estilo mitológico, la madre que mata por venganza nos enfrenta al crimen imperdonable: ahogar nuestra propia creación.
A Rivera lo acompaña en este montaje, la directora Marisol Martínez, de ART-O, y un elenco conformado por Valentina Garrido, Zahir Mora, Randimar Guevara, Dayana Cadenas y Luz Dary Quitián.
“Esta puesta en escena, de un tema perturbador, es un tránsito lúdico por lo femenino, desde lo femenino, por el sexo, por nuestra realidad, por el delirio, señala la producción en un comunicado.
De esta forma, Medea del Olimartraslada la historia a un barrio de Caracas, Venezueala. Este espacio se convierte en el territorio para transitar desde el hermetismo poético hasta lo meramente escénico.
Es un canto al desamor y se canta desde el barrio, entre Lavoe y el Trap. Una penitencia hasta el “Deux es machina”, la intervención de la Maquinaria Divina, único medio salvador ante tan aplastante realidad.
Abriendo paso al teatro experimental y posdramático, regresa a la Sala Espacio Plural del Trasnocho del 26 de julio, y hasta el 18 de agosto de 2019.