Será en uno de los momentos de metamorfosis del día: de 6 de la tarde a 7 de la noche. “Es la transición del día a la noche, cuando el cielo todavía tiene textura, cuando la luz se va oscureciendo”, dice Manuel José Álvarez, director del Teatro Colón, sobre ese lapso en el que este miércoles se presentará la obra Tejiendo la paz, un acto abierto al público al que esperan convocar a 30.000 espectadores.
La transición no solo se refiere al color del cielo, sino al momento que está viviendo el país para superar el conflicto. Es por eso que la pieza, dirigida por la española Natalia Menéndez, basa su dramaturgia en El cerco de Numancia, tragedia de Cervantes que enaltece la importancia del diálogo en medio de una guerra.
Al texto se le añaden fragmentos de obras griegas de Eurípides y Aristófanes, arias del compositor alemán Händel, trabajos de poetas colombianos (varios de ellos indígenas y afrodescendientes) y apartes de El cataclismo de Damocles, de Gabriel García Márquez, que hace parte de su libro ‘Yo no vengo a decir un discurso’.
“Pensamos junto con Elena María Sánchez (dramaturga) en hacer una apuesta de reflexión sobre la guerra para caminar hacia una reflexión profunda de paz. Hemos hecho una versión de ‘Numancia’ para hablar de ese proceso maquiavélico de encierro que tiene la guerra sobre la dignidad humana”, dice Menéndez, directora del Festival de Teatro Clásico de Almagro (España).
El montaje, liderado por el Mincultura y el Teatro Colón, contará con 120 artistas en escena: la orquesta Sinfónica de Colombia, el Coro de la Ópera, la ‘mezzosoprano’ Mónica Danilov, la cantante Leonor González Mina, el proyecto ‘Victus’ de Casa E Social y un elenco de 17 actores colombianos.
“Hemos buscado el conmover y la reflexión como manera de interpretar, respetando las diferencias de cada uno de ellos, pero al tiempo, aunándonos para que todo tuviera una manera de interpretar común”, dice la directora sobre el trabajo de los actores.
Muchos de los intérpretes han hablado y reflexionado desde su trabajo sobre el conflicto que ha sufrido Colombia. César ‘Coco’ Badillo, por ejemplo, ha trabajado más de 30 años con el Teatro La Candelaria, que ha hecho una radiografía social del país.
“El ministerio ha querido apostarle a una obra que tiene una temática alejada, aparentemente, pero que toca aspectos de la necesidad del diálogo y terminar los conflictos sin acabarnos”, dice Badillo sobre el montaje con el que, además, se celebra el Día Internacional de la Paz. Uno de los retos ha sido el trabajo con el verso cervantino, en el que, según Álvarez, Menéndez es una experta.
“Cada vez está más apropiado el lenguaje y lo que cada personaje quiere decir con respecto a lo que queremos que se interiorice sobre el absurdo de la guerra”, dice Liliana Escobar, una de las actrices.
Tejiendo la paz’que además utilizará proyecciones multimedia en las columnas de la plaza, tendrá dos personajes alegóricos que conducirán la historia: Memoria, encarnada por Alejandra Borrero y quien analiza la crueldad de la guerra y apuesta por recordar los placeres de la vida, y Palabra, la actriz Carmenza Gómez, enfocada en el diálogo y la esperanza.
Borrero justamente es la directora de ‘Victus’, un trabajo artístico de reconciliación en el que participan víctimas del conflicto, exmilitares y exintegrantes de grupos al margen de la ley.
Ellos serán los encargados de tejer la paz con el público: durante su presentación se desplegarán más de 3.000 metros de cintas para generar un entramado.
“Es muy simbólico. También vamos a recrear la selva y creo que va a ser un momento muy emocionante, porque vamos a sentirnos en otro mundo metidos en la mitad de la plaza de Bolívar”, asegura Borrero.
Se presentará mañana, 21 de septiembre, 6 pm en la Plaza de Bolívar. Carrera 7.ª entre calles 10.ª y 11. Entrada libre.