Por Hugo Rojas.- Los espacios del Urban Cuplé han vuelto a abrir sus puertas para llevar a cabo la feria teatral más plural de la ciudad de Caracas. En esta edición de Microteatral Caracas, 26 obras breves se presentan en el lugar, donde la comedia resulta ser el plato fuerte, y hay alguno que otro género que pasa bajo la mesa.
Vistas las 26 obras, acá te dejamos las que consideramos son las siete propuestas imperdibles del evento, que no deberías pasar por alto en su última semana de presentaciones, que coincide además con la fecha sacra de semana santa, y por ello, sus puertas abrirán de lunes a domingo, para dar clausura a esta segunda edición.
Microteatral transcurre en tres niveles del Urbán Cuplé (Nivel C2 del C.C.C.T.), por tanto esta lista sigue un orden puntual de acuerdo al número de sala, y no en cuanto a un ranking de valor.
LA CULPA ES DE MI EX (Piso 1. Sala 2)
Escrita y dirigida por Jeizer Ruiz, La culpa es de mi ex es una dramedia tierna, que se pasea entre el desencanto de perder a un ser amado. El romance en esta obra tiene su punto fuerte, siendo además una de las propuestas con mayor carga visual poética, en cuanto al manejo de los símbolos teatrales se refiere: el escenario es un jardín, donde los girasoles (o margaritas) se van deshojando en la medida que van relatando sus desencuentros amorosos, las hojas marchistas caen, mediante las palabras cargadas del dolor que supone perder al sujeto amado.
Interpretan cándidamente, con desparpajo y tino dramático, el dueto conformado por Varinia Arraiz y Patricia Ramírez, dos animales teatrales que conmueven, enternecen y te llevan de la mano entre la gracia y el dolor, en apenas 15 minutos.
LA BRUJA PORTU (Piso 1. Sala 5)
Vodevil desenfadado. En la bruja portu el humor verde es el plato fuerte. Se mantiene perfectamente en equilibrio en esa cuerda floja entre la chabacanería y lo marginal, resultando ganadora en su picardía, y tino actoral. La producción no deja escapar ningún elemento y el espectador entrará en un mundo que se enlaza entre un despacho de brujería, y el esqueleto de lo que antes fue una panadería, regentada por la viuda Fátima; ahora convertida en bruja, del patriarca Manuel que ha desaparecido físicamente, pero que ronda en espíritu.
La dinámica de dirección de Johanna Pérez Rengifo entrega una puesta en escena dinámica y alocada, en la que el chiste se cruza constantemente buscando la complicidad del espectador, generando un diálogo de reciprocidad que se mantiene hasta el final. Destaca la estupenda dupla del también dramaturgo Wilfredo Díaz, que da vida a la divertida bruja, junto al bonachón Omar Riera, que si algo tiene de bueno, es que sabe reírse de sí mismo.
VIEJAS CHISMOSAS (Piso 1. Sala 6)
Es un sketch de quince minutos, donde el travestismo de los actores para generar la pantomima del estereotipo de “la anciana chismosa”, arranca carcajadas durante los minutos que pasan. El espectador sale conmovido por un juego de formulas narrativas que apuntan a inspirar al espectador sobre lo visto. La gracia de estas “Viejas Chismosas” está en el tino de la comedia rápida, que sus interpretes logran manejar con buen timing, atrapando la respiración del espectador en una cascada de risas que se mantiene, hasta el momento emocional de cierre. Margareth Aliendres escribe y dirige con sabrosura la dinámica de estas ancianas solitarias, que buscan llenar sus vidas, metiéndose en la vida de los demás. Juegan de manera hilarante y potente los cómicos Aisak Ovalles, Edison Mata y Kley Barret.
PARÁSITA (Piso 2. Sala 8)
Solos dos propuestas de misterio, terror o suspenso, se puede encontrar el espectador en esta edición de Microteatral. La ganadora del juego, es Parásita que relata la relación psicólogo-paciente, que generan los actores José Gregorio Martínez y Andrés Moros, en esta historia paranormal. Aquí el escepticismo tiene un rol esencial, no solo de manera argumental, si no perceptiva para el espectador.
¿Lo que escuchamos es solo producto de una mente enferma, cercana a la esquizofrenia, o hay realmente una entidad fantasmal parasitaria que se alimenta del sufrimiento del paciente? Dirigida efectivamente, manteniendo al espectador anclado en la historia, por José Gregorio Martínez, también director y dramaturgo de la pieza, entrega una propuesta arriesgada y original; para el abanico de cartas que lo bordean, saliendo muy bien parado. Un espectador temeroso, ávido de experiencias terroríficas, agradecerá los brincos y sustos que se encontrará en ella.
LA TÍA MARGARITA (Piso 2. Sala 11)
El estupendo actor Mario Sudano, también escritor de la pieza, dirigido por su compañera de vida y labores Desireé Monasterios, abren la puerta a la casa de la Tía Margarita, un personaje salido del núcleo familiar del comediante, entregando un texto de sensibilidad auto-biográfica, y por tanto una actuación entrañable, cargada de emotividad. La obra causará gracia a la primera, por la comedia regionalista que el cómico diseña para la construcción de un personaje marabino, pero poco a poco, la historia nos va dando un paseo a través de la memoria, el olvido, y el rescate del álbum personal, que todo ser humano conserva en sus recuerdos, pues todos habremos tenido una tía similar, o abuela, o padre, que saldrá a colación en medio del disfrute de la pieza, para honrarlos, y rescatarlos del abandono de la memoria.
HAY QUE MATAR A LA PERRA (Piso 3. Sala 17)
Una pieza cargada de ingenio, que se vende como comedia ligera, y resulta particularmente perversa y perturbadora gracias al acertado manejo del humor negro. Repleta de un constante juego de palabras y acciones, la dirección de su también dramaturgo Daniel Dannery, apunta a la creación de símbolos que el espectador tiene que descifrar por sí mismo. La obra relata la relación de pareja tóxica entre Justo y Virginia, interpretados química, maravillosa y enérgicamente por Jeska Lee Ruiz y Robert Veiga, quienes entregan un juego actoral de pares y nones, rítmico, dinámico y consonante con lo dicho. La comedia parte del asombro de lo expuesto (ella le ha matado el perro a él), de lo inesperado, y de lo espeluznantemente cercano a ciertas realidades que se manifiestan a través del maltrato psicológico propiciado por el juego de la manipulación sexual. Por alguna razón el villano pareciera tener un final feliz, y ahí también una exposición política del presente sale a flote. Una propuesta limpia a nivel de producción que resalta el atinado trabajo de sus artífices: Kike Acuña, Daniel Camarinha y Morris Merentes.
LA COMEDIA DIVINA (Piso 3. Sala 26)
Sobre una lectura regionalista y caraqueña de la dantesca “Divina Comedia”, el productor y escritor Miguelángel Moreno, entrega en Microteatral este plato servido para el talento y brillo de su sagaz comediante: Leandro Campos, a la orden de Grecia Augusta Rodríguez quien se airea en la dirección, articulando su talento con el de Campos, el verdadero protagonista de la noche. De esta manera, el cómico hace uso de sus dotes interpretativas, sorteando y sosteniendo su chispa bajo el aura de cierto regionalista amaneramiento, más emparentado al homo-humor, pero universalizándolo con su gracia y simpatía. Su aparente muerte, le ha llevado a la espera del destino de su alma en el purgatorio, donde le será mostrado uno a uno los pecados capitales (interpretados por la nobel Liah Gómez) que le harán reflexionar sobre sus acciones en vida.
Los espacios del Urban Cuplé estarán abiertos al público hasta el domingo 17 de abril, en que se dará clausura al evento Microteatral Caracas, durante toda la semana, la organización del evento ha organizado una serie de promociones para el público asistente. Las entradas también se pueden comprar a través de la plataforma solotickets.
Por Hugo Rojas para El-Teatro.com.
Sobre Microteatral, el encuentro de microteatro de Caracas.
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