En el preludio de la búsqueda de sueños con besos
inigualables, espero las flores. Las flores que inclinan su fiel
para abrir pétalos. Para ganar una ofrenda sin espinas.
Este poema le pertenece a la poeta venezolana Miriam Mireles. Es de su más reciente poemario Nenúfares malogrados y otras pesadillas, que fue publicado en Cali, Colombia, en octubre de 2020 por El Taller Blanco Ediciones y reseñado por el escritor venezolano Alberto Hernández para la revista literaria Letralia.
Entrevistamos a la poeta venezolana que, además, es profesora de matemáticas y especialista en informática. Ha publicado dos poemarios y algunos de sus poemas han sido incluidos en antologías, entre ellas ¡Metapoesía de mí! (Editora Búho, República Dominicana, 2003), Voces metapoéticas (Massachusetts, Estados Unidos, 2004), entre otros.
Miriam Mireles define la poesía pensando en el poeta Armando Rojas Guardia que dijo: “La poesía es pensamiento analógico y símbolo estructurado rítmicamente. Al ser pensamiento, un tipo-otro de pensamiento, no es un mero impulso irracional: en una percepción específica de la realidad”. De ella da cuenta el poema.
-Su poemario más reciente “Nenúfares malogrados y otras pesadillas” traslada al lector a sueños, pero también a pesadillas. Además, mucha simbología abordando el miedo ¿Cómo fue el proceso de atravesar por todos estos estados y el resultado
final?
-Fueron varios años pensando, balbuceando, elaborando, escribiendo este segundo
poemario y vale lo dicho por el laureado poeta Rafael Cadenas: “Haces el poema, y él
también te hace”. Me propuse para Nenúfares malogrados y otras pesadillas trabajar con poesía en prosa, leer, buscar información, escribir, borronear, repensar, leer, escribir.
Me encontré con unos personajes infantiles de la literatura, que confiaron y se ofrecieron para mostrarnos. Finalmente, lo presenté ante los editores del Taller Blanco Ediciones, Néstor Mendoza y Geraudí González, quienes dieron su aprobación y aceptación al proyecto. Fue también, un trabajo detallado y afectuoso. Fue presentado en el marco de la Feria Internacional del Libro Lacuhe en EEUU. Ver la presentación.
Pasión por la escritura
Relata que cuando regresó de hacer unas pasantías sobre Tecnología Educativa en la Universidad de Sevilla, se dio cuenta que siempre había tenido un marcado interés por el arte y en particular, por la escritura. Por ello decidió cursar unos talleres de escritura de guiones de cine, con el prof. Frank Báiz y otro de poesía, en la Universidad Metropolitana, con el poeta Igor Barreto.
Manifiesta que la poesía aparece como un proceso interno, como una necesidad como dice la poeta Rosana Hernández Pasquier, sin embargo también está de acuerdo con Esdras Parra quien decía:
“Uno no sabe qué lo mueve a escribir, por qué lo hace y cuando cree saberlo, se equivoca”.
Ser poeta
Mireles confiesa que para ella es difícil y es una duda constante decir o considerarse poeta. Por eso dice que cuando escribe se da cuenta que es una acción intensa, compleja y aguda. “Sobrevivo en varios mundos, como profesora de matemáticas me muevo en el ámbito
donde se usa el lenguaje matemático, el cual lo considero un vehículo de comunicación
de ideas que destacan. Por la precisión en sus términos y por un vocabulario propio de
carácter simbólico y abstracto”, recalca.
Y cita al poeta Rafael Cadenas manifestando que ilumina nuestros días con este poema: “Que cada palabra lleve lo que dice. Que sea como el temblor que la sostiene. Que se mantenga como un latido …”
Además subraya que el enseñar matemáticas ha brindado a su pensamiento un espacio, una manera de organizar las ideas, de pensar, de utilizar una forma, unos objetos para escribir lo que necesita decir.
Esta habla, puede convertirse para mí y lo hace, en un espacio de libertad, de libertad interna.
Movimiento poético en Venezuela y en Latinoamérica
Hay muchos poetas que le gustan mucho y, sería muy serio y delicado para ella mencionarlos a todos, nombra a algunos venezolanos e internacionales: Eugenio
Montejo, Mark Strand, Rafael Cadenas, Yolanda Pantín. Anna Ajmátova, Igor Barreto, Alberto Hernández, Harry Almela, Rosana Hernández Pasquier, Alejandra Pizarnik, Hanny Ossott, Adalber Salas Hernández.
Considera que el trabajo de los poetas venezolanos Rafael Cadenas y Yolanda Pantín,
es de insuperable y extraordinario valor para Venezuela. Asimismo afirma que hay un movimiento pujante alrededor de la poesía, pero que todavía falta trabajar mucho más.
-¿En este que estamos viviendo de Pandemia ¿cómo ha sido tu conexión con la
escritura?
-Este camino forzoso de pandemia nos debilita, la experiencia vivida ha sido de mucho
trabajo. Fluye y se detiene el hecho de la creación en estos peligrosos y duros momentos
de aislamiento y hay un devenir como seres temporales que descubrimos y en cual,
también somos espectadores y contemplamos tiempos de incertidumbres. La literatura y
en particular la poesía, en este presente que nos encamina al futuro, puede mostrar ese
instante, de cómo vivimos con esta temporalidad, infinita, casi permanente de peste china
aciaga, mostrarnos algunos de nuestros pensamientos, plantear y entender dificultades,
conocer una vez más, en voces de otros ese saber poético.
Publicaciones
Reflexiona que cuando realizó el taller de poesía con el poeta Igor Barreto, se acercó a la escritura, a la poesía. Desde ahí, se ha empecinado en hacer la tarea. En balbucear algunos textos. Pasando algunos movimientos oscuros y su participación en varias antologías, decidió, como un momento de claridad, publicar su pimer poemario Apenas el cielo se abre (a tres tempos) con la Editorial Memorias de Altagracia. La escritora Graciela Bonnet fue la productora, quien estuvo con ella de una manera amable y especial. “Hizo un trabajo minucioso y esmerado”, puntualiza.
Para el poemario Apenas el cielo se abre (a tres tempos), el poeta Alberto Hernández
afirma que: “Miriam Mireles respira en tres tiempos en medio del vértigo provocado por
la altura, la verificada por Foucault. Por eso escribió Apenas el cielo se abre, suerte de
ejercicio para tomar aliento verbal y entrar de lleno en una concentración, en un
compromiso con el silencio que propicia el infinito, un engagement en el que la poeta
regresa a mirarse en un espejo borroso lleno de nubes, que podrían luego apartarse para
descubrir otros mundos imposibles…”
Por otra parte, el poeta José Ygnacio Ochoa dice que: “El poemario Nenúfares
malogrados y otras pesadillas (El Taller Blanco Ediciones, Colección Voz Aislada. 2020)
de Miriam Mireles nos remite a una mirada de correspondencia con un encuentro
resplandeciente en los sueños. Sí, así como se lee. Los sueños para la voz poética de
Mireles son luminosos por cuanto los vocablos se juntan en la continuidad de la vida. Es
decir, no existe ni comienzo ni final. Es una circularidad constante…”
El poemario Nenúfares malogrados y otras pesadillas se puede conseguir en físico, haciendo el pedido por email: miriam.mireles@gmail.com o el eltallerblancoed@gmail.com. También se consigue en digital y se puede descargar aquí.
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