‘’En principio creé un cielo, unas nubes, un mar. Y desde mi tejado veía la tierra, ahí, abajo, y la tierra estaba sin orden, y creé. Y luego encontré que este sitio que había creado para mi es hermoso y desde aquí veo todo lo que he hecho y sé que todo está muy bien’’.
Mirona, de Paco Bernal
Es fascinante el pequeño universo que Dolores construyó en la azotea donde vive y se relaciona con el mundo exterior, sin participación alguna en él.
Es Mirona. La Cazadora de nubes como ella se autodenomina, tiene una vida normal, un trabajo con el que paga las cuentas, un móvil con el que trabaja, pide comida a domicilio, hace las compras y revisa sus redes sociales, no muy frecuentemente.
Su única compañía es Paqui una mosca, porque una mosca no rompe su círculo de soledad, a la que encierra en una caja de zapatos color naranja, para que tenga más espacio. Le abre un orificio por el que la mosca se alimenta y observa con Dolores el mundo desde arriba.
El texto de Paco Bernal es una comedia satírica en la que se ven guiños religiosos, de libros y de películas, mientras se cuenta la historia de una chica que disfruta las alturas desde muy chica, al contrario de las relaciones personales.
El monólogo, en el que la actriz española Ángela Chica le presta la piel a Dolores, tiene lugar en un tejado, donde se ve como el viento mueve las nubes y las deshace, así como también podemos conocer la historia de 3 vecinos, a los que describe cuando los mira a través de sus binoculares.
“Era incapaz de sacar conclusiones de cualquier cosa, fuera externa o interna, pero luego cuando subí en este tejado pude sacar conclusiones de cualquier cosa siempre que fuera externa a mí, pero luego pude sacar conclusiones sobre mí”.
Mirona también nos hace observar el mundo desde otra perspectiva, estirando los límites de una normalidad impuesta por las normas sociales, haciendo una crítica hacia esa masa de personas que se mueve de un lado a otro cumpliendo los estándares.
También se plantea la libertad como modo de vida, donde no quiere que participe más nadie, esa libertad dada por el aislamiento, cuestionando la manera en la que se vive en la actualidad.
“Vuela, se libre para seguir tu camino, has lo que diga tu conciencia”.
Su historia es fácilmente reconocible en la frase aristotélica “el hombre es un ser social por naturaleza” y la sartriana “el infierno son los otros”, o de Bukowski, “no odio la gente, solo que soy más feliz cuando no está a mi alrededor”.
El tejado de Dolores se vuelve un buen lugar para establecer ideas, sobre decisiones imposibles, en el Teatro Lagrada, de Madrid, los días 10, 11, 17 y 18 de marzo de 2018, viernes y sábado a las 21:00 hs y domingos a las 20:00 hs.