Moisés Kaufman se encontraba en un taxi, en la zona de Times Square, cuando recibió la llamada. Era Jane Chu, presidente del National Endowment for the Arts, que quería darle la noticia. Recibiría el máximo honor concedido a un artista en Estados Unidos: la Medalla Nacional de las Artes. Él, sin poder creerlo, le preguntó si estaba segura de que tenía el número de teléfono correcto.
“Es muy emocionante. La mayoría de los reconocimientos que uno recibe son por trabajos en específico, por una obra que uno haya escrito o dirigido, pero este premia la trayectoria, 30 años de trabajo. Yo vivo en el ahora, trato de no pensar en el futuro ni en el pasado porque el teatro es algo que ocurre en el presente. Pero esto te invita a observar desde otra perspectiva lo que has hecho hasta el momento. Si la vida es una novela, este premio insiste en que la leas completa y no un solo capítulo a la vez”, dice Kaufman desde Nueva York, donde reside desde hace más de una década el dramaturgo y director.
Autor de piezas como Actos indecentes: los tres juicios de Oscar Wilde, Yo soy mi propia esposa, 33 variaciones y Proyecto Laramie, Kaufman es fundador del Tectonic Theater Project.
Junto con él, otras 23 personalidades e instituciones serán galardonadas, entre ellos los actores Mel Brooks y Morgan Freeman, los músicos Wynton Marsalis y Santiago Jiménez, la cuentista Sandra Cisneros, el productor Berry Gordy y el Centro de Teatro Eugene O’Neill. La ceremonia, en la que también se entregará la Medalla Nacional de las Humanidades, se realizará el 22 de septiembre en la Casa Blanca, presidida por Barack Obama y la primera dama, Michelle Obama.
—El premio le ha permitido una revisión de su trayectoria, ¿qué encontró?
—En esta novela el personaje parece mucho menos errático de cómo lo había percibido hasta ahora. Las artes, y el teatro en específico, te llevan por muchos caminos y a veces piensas que te vas por donde no es. Pero luego los ves y hay ciertas preguntas comunes que se reiteran en las piezas. Esta lectura lo que me señala es que ha habido una pasión profunda por el teatro. Jorge Luis Borges dijo que si bien había estado toda su vida escribiendo, era primero y principal un lector. Yo, si bien he escrito y dirigido obras de teatro, soy más que todo un estudiante del teatro y por eso mi compañía está comprometida a explorar el espacio teatral, cómo podemos contar narrativas y lograr una relación íntima con el público.
—En sus comienzos en las artes, ¿adónde quería ir?
—Durante los últimos cien años los pintores han tratado de explorar qué puede ocurrir en un lienzo. A mí lo que me ha preocupado artísticamente toda mi vida es qué puede suceder en el espacio teatral. Hoy en día el cine, la televisión e Internet son medios que se comunican de forma realista con el público, la pregunta en el corazón de todo mi trabajo es cómo la escena puede comunicar de una manera distinta. Cada obra es una respuesta específica a esas preguntas.
—¿Cómo recibe este reconocimiento?
—El teatro es una profesión que de cierta forma te aísla del público cuando estás en la sala de ensayo; y en el momento en que la obra se estrena invitas a la gente a que entre a tu sala. Este premio te recuerda que lo que ocurre en esa sala es en esencia un acto público. Y eso es bastante conmovedor.
—¿Qué considera es lo más valioso?
—Una cosa hermosa del premio es que la puedes compartir con la familia y la gente querida; esto es más importante que el premio en sí mismo. Todos los mensajes que he recibido, amigos de toda la vida que tengo 20 años sin ver me han escrito… Siento que mucha gente en Venezuela se enorgullece y asume el premio como suyo, lo cual es correcto.
[…] Moisés Kaufman vive desde hace 29 años en Estados Unidos, su visión y trabajo teatral, como dramaturgo y director con su compañía Tectonic Theater Project, alcanzan al Fondo Nacional de las Artes de Estados Unidos. Este creador venezolano recibió ayer el reconocimiento más importante de las manos del presidente Barack Obama. […]