Por Patrizia Aymerich y Zara Fermín Rapisarda.- El teatro colombiano sigue reevaluándose y reeditándose para convertirse en la meca de la escena latinoamericana.
En 2017, el Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá, fundado en 1988 por la entrañable Fanny Mikey, repuntó para convertirse uno de los -si no el que más- festivales más grande del mundo, con más de 800 funciones, y que ha además ha dado el puntapié para que otras ciudades repliquen sus pasos. Tal es el caso del Festival Internacional de Teatro que se realizó en Cali, que hizo que esta ciudad pasara de ser una promesa en la escena a una realidad; y del repunte de un festival antiguo pero reconocido como el Festival de Teatro de Manizales.
El año se caracterizo por el crecimiento de festivales, nuevos espacios, nuevos escenarios, y el reconocimiento internacional a la labor escénica colombiana, que cerró con el Premio Catarsi-Teatri delle Diversitá 2017 a Teatro CENIT, grupo dramático liderado por Nube Sandoval y Bernardo Rey. En esta misma línea, ya Teatro Colón y otros han puesto en cartelera una programación que promete deslumbrar en 2018, pero por ahora les dejamos las ocho mejores obras reseñadas por El Teatro.
Temporadas cruzadas
Temporadas cruzadas es el nombre que los gobiernos de Colombia y Francia decidieron para la unión entre ambos países en un espacio de intercambio de índole cultural, económico, científico, académico y escénico. En este último, el Teatro Colón y el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo fueron testigos de la fiesta cultural que se dan por segundo año en conjunción entre el país galo y una nación latinoamericana.
Las obras Labio de liebre de Teatro Petra y el Teatro Colón y Los incontados de Mapa Teatro son dos de las piezas que destacaron de este repertorio.
En este pueblo no hay ladrones
Gabriel García Márquez y su texto sobre el bien y el mal, la aventura y el infierno de un pequeño pueblo, fueron llevados a escena en En este pueblo no hay ladrones, bajo la dirección de Ricardo Camacho y Miguel Diago y con la adaptación de Adriana Marín y Juan Diego Arias.
Teatro Libre vuelve a hacer de las suyas, llamando a la reflexión sobre la culpa y la conciencia. Como bien dice el texto: “no hay nada más peligroso que un pueblo aburrido”.
Histeria
Histeria es una pieza escrita por Carlos Carvajal y Jimmy Rangel que llegó con una gran intensidad dramática y con una actuación exigente al Teatro Arlequín de Casa E.
En el escenario la actriz colombiana, Alejandra Borrero interpretó a Laura, una mujer de 43 años que repentinamente ha perdido la visión y se enfrenta a un mundo donde la oscuridad es el único medio para llegar a la verdad. Ella no será la única que viva en la penumbra, también el público pudo experimentar una obra con escasa iluminación que no está pensada para ver sino para sentir. por todos los espacios del teatro a oscuras convirtiendo esta en una obra de 360°.
Frida Khalo
Flora Martínez ofreció en el Teatro Nacional La Castellana parte de su perspectiva y trabajo de la icónica pintora mexicana Frida Khalo en un trabajo impecable, homólogo.
El éxito, el dolor físico, la política, el arte, el sexo y la compleja relación entre Frida y el famoso muralista Diego Rivera trazan la trama de este nuevo texto, que pretende ofrecer al espectador una reflexión con perspectiva histórica acerca del perdón, la des-intelectualización del arte, el sexo libre, el amor, la libertad y el pensamiento político.
Bajo la dirección musical de José Reinoso, Martínez interpreta algunas de las canciones populares mexicanas favoritas de Frida arropada de una escenografía sutil y minimalista.
Canción para dueto
Canción para dueto es una coproducción entre Colombia y Estados Unidos, producida por Omutismo, como una pieza de teatro físico dirigida e interpretada por Jimmy Rangel y que funciona como la segunda parte de la obra A la sombra del sol, que parte de una desgarradora investigación sobre las ausencias, el cuerpo y la violencia en Colombia.
En Canción para dueto un escenario poéticamente construido es utilizado para un velorio eterno, una vieja casa en medio de un árido paraje es trasformado sutilmente en un mar furibundo, en una habitación donde todo cobra vida, donde sucederá una desbordada fiesta, donde hay una lluvia constante, donde una mujer se transforma en pájaro, un demente juego de apariciones y desapariciones. La pieza se presentó en de La Factoría L’Explose.
Los bonobos
Los bonobos, del dramaturgo francés Laurent Baffie, que el Teatro Nacional La Castellana de Bogotá estrenó bajo la dirección de Johan Velandia, ya fue catalogada por la critica francesa como una pieza divertidísima, impredecible, conmovedora y sorpresiva, y en Colombia no fue la excepción.
En la historia, el protagonista emprende la tarea de que él y sus amigos establezcan relaciones con tres mujeres, a través de un servicio de citas. Sin embargo, ese plan tiene un pequeño detalle que complica las cosas: los tres hombres deben ocultar sus discapacidades.
El encargado de dar vida a esta puesta fue el director Jesús Codina, responsable de los exitosos musicales Cabaret, El hombre de La Mancha”y Toc Toc.
Laurita y las tetas
El cáncer de mama es el núcleo de Laurita y las tetas, una pieza que se pasea desde el descubrimiento de la sexualidad de la protagonista hasta sus relaciones adultas, desde una perspectiva profunda que no deja de tocar el humor negro.
El Teatro la Mama fue el encargado de alojar el texto original del dramaturgo Juan Pablo Castro, con la dirección de Juan Luna y las actuaciones de Alexis Rojas, Iván Carvajal, Andrés Estrada y Camila Valenzuela.
Calor a las cinco en punto de la tarde
Cesar “Coco” Badillo de Teatro La Candelaria, incursionó el teatro-crónica, con la puesta en escena de su pieza Calor a las cinco en punto de la tarde. Se trata de la historia de tres hombres, tres poetas, que a las cinco en punto de la tarde, salieron en busca de un poema y en su camino les dispararon la Luna muerte: Federico García Lorca en Granada España, Federico Taborda-Sibius, en Granada-Meta y Julio Daniel Chaparro, en la Calle Reina de Segovia-Antioquia.
En el escenario, dos actrices, Marcia Cabrera y Liliana Montaña junto con el músico Vladimir Giraldo, a través del canto, de la palabra, del movimiento, de la poesía, recuerdan, cuentan y narran. Una pieza única que combina lo mejor de las artes y de la crónica.