Paola Villegas es una risueña caraqueña de tan solo 26 años de edad pero con 9 de trayectoria en la producción teatral. Es de carácter afable, hablar pausado, paciente y además la sonrisa y las risas son una de sus constantes.
Es esa persona que está pendiente de no perder ningún detalle en la pre-producción y producción de cada montaje, la que corre para todos lados con tal de que cada trabajo sobre las tablas salga como la producción y el público lo espera. Escucha con atención, se nota cuando el agotamiento la acompaña, pero sobre ella brilla la satisfacción del trabajo bien hecho. Es también de las que inyecta sobredosis de fe, paz y armonía en dondequiera que se encuentre.
Se autodefine como una mujer sensible, con diferentes matices –como todo ser humano-y soñadora. Además, confiesa que le encanta disfrutar de un buen café, comer dulces, hablar de música y por supuesto… de teatro.
EL TEATRO le realizó una entrevista exclusiva a esta joven productora, quien se inició en este campo cuando tan solo contaba con 17 años de edad.
-¿Qué te atrajo desde tan joven la producción teatral?
– Desde pequeña me llamó la atención el mundo artístico. El teatro, la música y la televisión. El hecho de haber empezado tan joven fue una total “causalidad”, solo estuve en el lugar y con las personas indicadas. Al verme frente al escenario, con ojo crítico, con pasión, con la adrenalina propia del espectáculo, con el placer de reír o llorar junto al público, supe que era el lugar donde debía estar el resto de mi vida. Ahí me quedé y seguiré.
-¿Cuántas obras has producido hasta la fecha? ¿Cuál ha sido la más memorable y -por qué?
-Fíjate que hasta el momento no había sacado la cuenta total. En estos 9 años he estado en la producción de 25 obras y Stand Up’s. Después de ver pasar cada una de ellas, en pocos segundos, por mi cabeza puedo decirte que todas han sido memorables. De cada personaje y actriz o actor he aprendido muchísimo. Con melancolía te digo que cada proyecto del que he formado parte, me llena de alegría solo al recordarlo.
-Si bien en cada producción hay que dar el máximo, ¿Cuál ha sido la obra en la que te has sacrificado más y por qué?
-Sí, realmente en todas las producciones siempre hay que dar una milla extra, todas requieren de esfuerzos, sacrificios, hasta el punto que sientes que no puedes más que suele pasar en la semana de estreno (risas). Sobre todo cuando empezamos el proceso de pre-producción, en ese punto se requiere del sacrificio de todo el personal que conformamos la obra, extensas horas de ensayo, trabajo en equipo, paciencia, tolerancia, amor, excelencia.
Pasamos a ser familia escogida, porque puede que en una semana pase más tiempo con un actor que con mi familia. Para lograrlo, todo el equipo debe estar en el mismo esfuerzo, el mismo rumbo, la misma entrega. Si no, la “magia” del teatro se pierde y empiezan “los detallitos” como diría mi querido Claudio Nazoa. Las giras también representan sacrificios, el dejar a mi familia, convivir con el equipo, trabajar, comer y dormir con ellos, tremenda prueba de amor y respeto al teatro, pero OJO con todos siempre he tenido buenas relaciones, gracias a Dios (risas).
-Un productor teatral debe poder todo, pero no permitir todo…
¿Cuáles características se deben poseer para ser un buen productor de espectáculos?
– Primero que nada: sentido común. Hay que ser precavido y preventivo. El productor siempre debe ir un paso adelante, ir más allá, ser crítico, imparcial, objetivo, ingenioso, apasionado. El productor debe ser “sí puedo” siempre, hasta cuando algo no se puede. Siempre habrá una manera, algo se podrá. El productor debe ser una persona de fe, porque no es fácil llevar en los hombros la coordinación de todo el equipo, o cuando falla en vivo la conexión entre el proyector y la pantalla, después de haberlo probado mil veces en el montaje, eso es algo que solo Dios puede explicar (risas). Además, debe ser una persona amigable, de buen trato pero a la vez debe saber poner límites, el productor “todo lo puede” pero no todo lo permite. Con una sonrisa y la mejor actitud, se logran muchas cosas.
-¿Qué detalles se deben tener presente siempre para que una producción sea de calidad?
– Los detalles, ¡Qué importantes los detalles! La coherencia entre texto, contexto histórico, personaje, es algo que debe estar bien claro. De ahí el trabajo del productor que se deriva, será más preciso. El escenario pulcro, la utilería en su lugar, el vestuario planchado, el texto aprendido, la pista de audio a tiempo, el blackout en el momento preciso. Los detalles componen las herramientas que tenemos para generar emociones en el público, si descuidamos alguno de estos detalles, corremos el riesgo de que la obra se desvirtúe y el resultado en el espectador sea diferente.
-¿Qué cosas no se deben cometer en el montaje de una obra?
– Impuntualidad, incomunicación, irrespeto y confiarse en el “yo resuelvo”. Una de las cosas que aprendí de Henrique Lazo fue que el productor no debe “resolver”, sino debe preveer todo tipo de situación para no tener que “resolver” a última hora. El productor debe actuar sobre lo que ya estaba previsto como un fallo.
-¿Qué significa para ti Jorgita Rodríguez?
– ¡Wow! Jorgita Rodríguez… mi escuela. La que me dio la oportunidad de formar parte de este mundo a pesar de no conocerlo. Cuando empecé a trabajar con ella no sabía cómo funcionaban ciertas cosas, me ayudó el sentido común, las metidas de pata, los regaños, pero sobre todo la paciencia de Jorgita y la confianza que depositó en mí. Mandar a una niña de 18 años, sola, representando a un artista en una gira… ¡vaya confianza la que me entregó! (risas). Siempre estaré agradecida con Dios por haberla conocido y tener el privilegio de aprender trabajando a su lado. Me convertí en una esponja y rápidamente hice clic con ella. Una de las mejores cosas que he aprendido de Jorgita han sido: el trato hacia los artistas. Ella sí que tiene buena relación con cada uno de ellos, todos la aman y ella les corresponde de la misma manera. Yo procuro tener el mismo trato, amarlos y consentirlos. Un actor feliz significa un éxito en las tablas. Que mi nombre esté al lado de Jorgita, siempre será un honor.
-¿Quiénes han sido tus grandes pilares en el mundo de la producción?
-Además de Jorgita, mi papá (el periodista Mario Villegas). Sin él saberlo todos los valores que me ha enseñado me hacen ser hoy mejor productora. Del mundo del espectáculo, estoy aprendiendo mucho de Vicente Mañó, quien escribió un libro que es una capsulita increíble para los que estamos interesados en expandir la magnitud del evento.
-¿Cómo te ves en el futuro?
– Ahorita me veo con una madurez personal y profesional que no pensaba tener hace un año, por ejemplo. El medio nos va paseando por diferentes pruebas, tropiezos, éxitos, y con cada uno de ellos tenemos la oportunidad de crecer. Ahorita estoy en la búsqueda de ampliar mis conocimientos y llevarlos a la gestión cultural, no solo en cuanto al teatro sino también seguir la parte musical, explorar la fotografía, todo como productora por supuesto. En el futuro me veo en muchos lugares, llevando arte, cultura, a muchas personas. Sueño con que se conozcan a nivel mundial los grandes talentos. Sueño con espectáculos donde se pueda disfrutar de todas las expresiones artísticas y que el público forme parte de todo. Sueño mucho, aún hay tiempo para hacer.
-¿Cuál obra te hubiese gustado producir? ¿Cuál sería una de tus mayores ambiciones en el ámbito teatral?
– Me hubiese encantado producir Chicago, me encantan los musicales. De mis mayores ambiciones en el teatro: producir algún musical en Broadway.
-De los actores que has producido, ¿cuál ha sido el que más te ha marcado? ¿Por qué? ¿Cuál ha sido el que te ha dado el mejor de los consejos?
– Para ser sincera, tengo personas de las cuales puedo decir que he aprendido mucho. Tania Sarabia es una de ellas, además de tremenda actriz es igual o mejor persona. En un ensayo con ella puedes aprender de: amor, de cocina, chistes, tejido, teatro y tantas cosas más que no son divertidas si no provienen de la boca de Tania.
Henrique Lazo es la otra persona, salir de gira con él a Maracay por ejemplo, es conocer el mundo entero en hora y media de carretera. Se podrán imaginar la cantidad de cuentos que tiene en su haber este hombre.
Henrique fue productor y director del programa Valores Humanos de Arturo Uslar Pietri, por decir uno de tantos proyectos en los que participó. A cada persona que ve, le siembra todo lo que ha aprendido en su vida. Luis Chataing es otra persona, la excelencia siempre será uno de los principales objetivos. Manuel Silva, la humildad y la comunicación siempre por delante.
-¿Cuál ha sido el sinsabor que has pasado ante una producción teatral?
-El mayor sinsabor ha sido cuando ha tocado suspender un show por diferentes causas, por ejemplo: las manifestaciones (protestas de calle que se originaron en Venezuela en los años 2014 y 2017). El sinsabor se generó por la disyuntiva entre hacer reír a los pocos que podían ir al teatro, o dejar el trabajo como símbolo de protesta. De esas decisiones que cuestan.
–¿Cómo ves al teatro en Venezuela?
– En constante evolución, con diferentes propuestas, para todos los gustos, renovación, crecimiento. La situación del país nos ha afectado en varios aspectos. Muchos actores han buscado hacer carrera afuera, los costos de producción son muy elevados, hay escasez de materiales para elaborar vestuario, escenografía… Todo esto ha hecho que producir en Venezuela se convierta en un acto de fe y magia, pero no imposible. Esa misma situación es la que nos ha llevado a reinventarnos, elaborar propuestas diferentes, a innovar. A pesar de todo se sigue trabajando con amor y así siguen naciendo nuevos proyectos.