El nombre de Paula Maxa no suele ser muy conocido como el Katharine Hepburn o el de Sarah Bernhardt. Sin embargo, fue una actriz que hizo historia tanto en el teatro como el cine.
Marie-Thérèse Beau, era su nombre, pero posteriormente fue conocida artísticamente como Paula Maxa. Nacida en Francia en 1898, comenzó su carrera en el Teatro Grand Guignol, teatro que se caracterizaba por presentar obras sobre tortura, sexo y miseria, lo más oscuro de ser humano. En 1930 se convirtió en la actriz principal del teatro.
La actriz más asesinada del mundo
Pero se hizo más popular en el cine mudo con películas violentas. Interpretando el papel de víctima una y otra vez en la mayoría de las ocasiones, siendo asesinada de formas brutales, haciéndolo hasta en 358 ocasiones en la gran pantalla.
Era considerada por los directores la actriz más idónea para interpretar estos personajes asesinados, ya que apreciaban sus gestos grotescos, los gritos (mudos) su mirada expresiva y su facilidad para las lágrimas hasta su entrega para recrear el pánico y la histeria.
Sin embargo, la mayor parte de su carrera la realizó en las tablas, igualmente interpretando a mujeres asesinadas de formas violentas (estrangulamiento, la guillotina, envenenamiento, crucifixión, desmembramiento, apuñalamiento, quemada, destripada o canibalizada). Por eso viene el apodo “la mujer más asesinada del mundo”, en el teatro murió en 30.000 ocasiones aproximadamente.
Posteriormente Maxa se cansó de interpretar el papel de mujer asesinada y terminó dedicándose a la comedia teatral y luego en directora del Théâtre du Vice et de la Vertu de la rue de la Fontaine de París.
La fama y la salud mental
Muy poco se sabe de Marie-Thérèse Beau, más allá de ser la actriz más asesinada salvo a que fue rechazada por su familia. No se casó ni tuvo hijos. Fue enterrada en una fosa común en el Cimetière parisien de Thiais en 1970.
En 2018 Netflix y con la dirección de Franck Ribière, quien además es su productor, salió en la plataforma “La femme la plus assassinée du monde” (La mujer más asesinada del mundo). La historia de Paula Maxa, enfocada en la actriz y en su fama al representar mujeres asesinadas mezclando ficción con realidad.
Con la poca información que se puede conseguir de Maxa podríamos decir solo especulaciones acerca de su vida. Pero al leer sobre la época, los papeles perturbadores que interpretó y el rechazo de su familia se puede decir que no tuvo una vida nada fácil.
Y me recuerda a la actriz Linda Blair, que quedó perturbada al interpretar a Regan MacNeil en “El exorcista” y estigmatizada al igual que Maxa. “La gente me veía y se moría de miedo. No podían separar la película de la persona: me miraban como si fuera el diablo”, dijo Blair en una entrevista. Maxa también era repudiada por gran parte de la sociedad parisina por sus personajes.
La sobreexposicón
Me parece pertinente citar un reportaje de la entrevista GQ sobre la fama y la salud mental donde entrevistaron a la psicóloga Amparo Caladin quien habló sobre la sobreexposición: “Dejas de tener vida personal. Eso tiene un impacto psicológico muy importante también a nivel familiar, de amigos, y te obliga a renunciar a muchas cosas. Después, que las cosas pueden ser efímeras. Existe un miedo a ser olvidado, a no cumplir expectativas, con una presión y unos procesos emocionales complicados”.
“Por un lado, una persona popular va a sufrir los comentarios de otros, que quieren saber, o que incluso investigan. Debe aprender a no mirarlos, o a mirarlos con distancia, porque algunos pueden llegar a ser realmente de muy mal gusto, sin conocerte, sin razones”.
En conclusión la salud mental determina nuestra calidad de vida, Calandín aconseja que: “Un psicólogo es un entrenador, todos deberíamos tener uno de cabecera. La salud mental es tan importante como la salud física o más, porque la vida son interrogantes, y no sabemos si estamos capacitados para afrontarlos o no”. Este especial dedicado a la memoria de Paula Maxa.