En mayo de 1968, el Teatro La Mama dejó de ser un sueño para convertirse en un espacio para la reunión de actores y actrices dispuestos a la creación teatral. Ha sido medio siglo capoteando el destino, trayéndolos a este 2018, con una decisión de vitalidad y participación en la escena colombiana.
Teatro Experimental La Mama fue fundada por el actor, director y dramaturgo Eddy Armando Rodríguez (1942-2012) junto con Kepa Amuchástegui, Germán Moure, Gustavo Mejía, Consuelo Luzardo y Paco Barrero, entre otros.
El proyecto que se radica en Bogotá en 1968 en un pequeño galpón de la carrera 13 con calle 48, con el nombre de Club de Teatro Experimental Café La Mama, nació gracias al interés de estos jóvenes artistas con el apoyo a los nuevos ejercicios de experimentación teatral, que la teatrista estadounidense Ellen Stwart y su La Mama Teather de Nueva York, brindaron a jóvenes e inquietos creadores alrededor del mundo.
El destacado La Mama Thather ha sido nido de artistas como Robert De Niro, Al Pacino, Harvey Keitel, Danny DeVito, Diane Lane, Sam Shepard, entre otros, y hoy entrega un premio anual a agrupaciones con ejercicios destacados alrededor del mundo, y que el año anterior fue recibido por la agrupación colombiana Teatro Cenit.
Con el entusiasmo de un espacio para la experimentación, investigación y circulación de montajes, el Teatro La Mama de Bogotá es un símbolo para los bogotanos, así como un núcleo de creación sin freno, logrando en sus primeros años estrenar más de 20 espectáculos anuales, que dinamizaban el café cada dos semanas con nuevas obras.
La Mama: Un teatro que se renueva
Llegaron las dificultades económicas, el cambio de sede que los llevó a 1974 a su actual sede ubicada en la Calle 63 # 9-60, en figura de comodato, y la renovación de artistas y miradas teatrales llevando a su director y dramaturgo Eddy Armando, a un compromiso con la realidad social y política del país, en donde obras de autores internacionales como propias, hicieron parte de este momento, que era compartido con públicos diversos entre los que se encontraban colectivos sociales, de trabajadores, de indígenas, entre otros.
El agite de otras épocas fue calmando los ánimos de finales del siglo XX y comienzos del XXI, permitiendo a su director la creación de nuevos espectáculos, uno o dos al año.
Luego la muerte de Eddy Armando y la orfandad de un proyecto creativo, y la lucha actual por su sede debido a la ampliación de la calle 63, entre las demás dificultades que un escenario independiente puede tener, han sido los retos de este último decenio.
Pero hoy cumpliendo sus primeros 50 años nuevas energía fluyen en este espacio que ha decidido reactivarse, después de las angustiosas semanas en las que no se sabía que pasaría con el proyecto. Han decidido abrirse a otras experiencias, recoger lo mejor de sus años con estrenos de obras escritas por Armando, y visualizarse hacia el futuro con proyectos que seguramente nos compartirán en próximas fechas.
La cabeza de la víctima ha caído, La galera, El cabo Hesio, La requisa, El domingo del difunto, Pasatiempos de la Mama Loca, Dos viejos pánicos, Joselito Carnaval busca su cosa latina, Los tiempos del ruido (En la foto), Ensueños de Bolívar, Arrebatos de mujeres, Entre besos y peloteras, El coronel no tiene quien le escriba, entre muchas otras, hacen parte de las obras que La Mama ha compartido con su público.
Otras producciones a cargo de las nuevas generaciones de este proyecto, han sido La niña de las lágrimas dirigida por Martha Sánchez, Confuabularias dirigida por Germán Cubillos, De lessa majestad dirigida por Rodrigo Sánchez y El laberinto del tiempodirigida por Edgar Martínez.
La Mama aún tiene mucho por hacer. Buen hoy y buen mañana para el Teatro Experimental La Mama.