“El teatro representa la socialización en su propia historia desde la unidad que proyecta cada cuerpo, expectante o actuando. Es pura resiliencia, capacidad de construcción en tiempos de adversidad”.
Jorge Dubatti
La filosofía siempre ha buscado darle respuestas a las grandes dudas que hay sobre la existencia: la justicia, la felicidad, el amor. Por otra parte, el teatro desde sus inicios ha buscado confrontar y hacer reflexionar al espectador acerca de la vida y los valores universales.
El filósofo y profesor de la Universidad Central de Venezuela, Luis Marciales, lo deja muy claro: el teatro “es un medio para comunicar al espectador esas grandes interrogantes y darles respuestas”. Mientras que la filósofa estadounidense Martha Nussbaum dice:
“Necesitamos de la filosofía con la misma urgencia que la Atenas de Sócrates”.
En la tragedia griega los personajes se desarrollan a través de valores morales. Un ejemplo es el tema de la fortuna el cual está muy trabajado en la tragedia, pero no tanto en la filosofía. Este tema se mete en la vida de los personajes y las cambia.
Un ejemplo de ella es la obra La Celestina una de las piezas más representativa del siglo XV. Con ella se pone fin a la literatura medieval y se anuncia el Renacimiento. Se encuentran reunidos el idealismo amoroso procedente del mundo cortesano medieval y el ambiente burgués de las ciudades de la época, los personajes de cuna elevada y el mundo de los criados, el estilo latinizante y retórico y las expresiones más coloquiales.
“El teatro efectivamente es un buen laboratorio para probar estos problemas morales y en general existenciales”, agrega Marciales.
El teatro de Shakespeare y la filosofía
Harold Bloom, crítico y teórico literario estadounidense dice en su libro Shakespeare, la invención de lo humano:
“Shakespeare es el hombre que en esencia inventó la personalidad humana como la seguimos conociendo y valorando”.
Sus personajes modernos, reflexivos van cambiando a la medida que se va desarrollando la obra. Modificándose con respecto a sí mismo y viendo la mirada de los otros, cambia la sensibilidad.
Bloom señala que en Shakespeare hay un pensamiento no solamente de artista sino reflexivo y nos habla de los grandes temas filosóficos.
Como por ejemplo en su obra Hamlet con la reconocida frase «Ser o no ser». Fue un pensador con una libertad inmensa para plantear cosas que no se habían planteado antes, apunta.
En occidente la filosofía y teatro están muy relacionados a través de las obras de Shakespeare, señala MARCIALES.
El teatro contemporáneo
En el teatro contemporáneo se exponen problemas antropológicos, ontológicos y científicos. Un gran ejemplo es Samuel Beckett dramaturgo irlandés que muestra la condición humana desde punto de vista del teatro de lo absurdo.
Como en su obra Esperando a Godot, el existencialismo requiere del individuo para encontrar un sentido a sus vidas sin referencia a un dios o más allá, algo que los personajes de Beckett encuentran imposible. Un ejemplo es un fragmento de uno de los personajes, Vladimir, que dice:
“Esperamos. Estamos aburridos. No, no protesta, estamos aburridos hasta la muerte, no se puede negar la misma. Bueno. Un desvío viene y lo que hacemos? Dejamos que se vaya a la basura. … En un instante, todo se desvanecerá y estaremos solos, una vez más, en medio de la nada”.
También está Jean Paul Sartre, filósofo y dramaturgo que representó en sus obras sus tesis filosóficas una de ellas fue la pieza existencialista A puerta cerrada y de donde se desprende la cita más famosa de Sartre: «El infierno son los demás».
Sartre encierra a tres desconocidos que van asumiendo conscientemente sus crímenes. Uno de los diálogos:
-Estela, ella se interroga: “¿Por qué nos han reunido?… ¿Para qué?… Los miro y pienso que vamos a continuar juntos”.
-Garcin responde: “Ninguno puede salvarse solo; tenemos que perder juntos o salir juntos del apuro”.
-Inés dice: “Estamos en familia…. En la familia de asesinos… estamos en el infierno…
Es decir el teatro es representación que toma algo real y lo muestra mucho más intenso y llamativo. Con rasgos más definidos que es lo que quiere hacer el dramaturgo para hacer más viva la historia.
Orígenes
Los filósofos fueron los primeros en sugerir que la vida no es sino tragedia o comedia veinte siglos antes que Shakespeare.
El siglo V el siglo a.c en Atenas surge la filosofía clásica con el filósofo Sócrates y también comienza la tragedia griega inspirada en los mitos y representaciones sagradas que se hacían en Grecia y Anatolia.
Sócrates es el que comienza a plantearse los problemas del individuo, la ciudad y sus problemas y su más famosa frase: «Solo sé que no sé nada».
Asimismo es el momento más importante de la tragedia griega con festivales y concursos. Los poetas Sófocles, Eurípides y Esquilo contribuyeron en gran parte a la espiritualidad griega y la nuestra, enfatiza, Marciales.
Entre el mundo tradicional de la oralidad y el mito
El autor Giorgio Colli en su libro La sabiduría griega dice que estamos viviendo la ruina de la sabiduría, porque la filosofía se hace en lenguaje escrito y pierde el movimiento que tenía cuando fue lenguaje hablado. Un ejemplo de ello es lo que hacía el filósofo Platón mediante los diálogos que eran muy teatrales.
El gran teatro se une a la filosofía convirtiéndolo en un teatro de formación. Los mismos griegos lo pensaban como momentos de instrucción. Por ejemplo en los festivales griegos el estado pagaba a las personas que no podían ir por lo menos para que asistieran un día porque consideran que era de gran enseñanza.
El teatro al igual que la filosofía te hace reflexionar RECALCA, MARCIALES.
El teatro busca mantener y recupera estos conocimientos desde la tragedia griega hasta la actualidad. La filosofía piensa, hace y problematiza con conceptos y esto no lo hace el teatro. El teatro nos representa a nosotros, a nuestras emociones y a nuestros problemas.