Algunos de los capitulos más terribles de la historia reciente de la Europa del siglo XX suben a la escena española a través de cinco montajes, dos de ellos reposiciones y tres estrenos.
Mañana el Teatre Lliure, de Barcelona, rescata Història de Jan Vilanova Claudín, una investigación sobre la muerte del historiador Marc Bloch fusilado por la Gestapo el 16 de junio de 1944 estrenado con éxito en la Beckett el pasado año. Y el jueves el Tantarantana recupera La nit de Helver, aclamado montaje ambientado en la noche de los cristales rotos protagonizado por Sergi Torrecillas y Alba Florejachs ya visto en la Sala Atrium.
La pieza del polaco Ingmar Villqist está dirigida por Pavel Bsonek, director checo afincado en Catalunya que lo recupera para su ciclo Cicatrius. La Conferència de Wannsee, Leni y Protesta –única obra que no dirige Bsonek- completan el ciclo.
“No podemos separar historia y memoria, ejes de un ciclo que profundiza en cómo podemos justificar nuestro pasado ante nosotros mismos”, indicó Bsonek.
El 18 de enero se estrenará La Conferència de Wannsee que recreará en el salón principal de la Casa de la Seda la reunión que los 15 altos mandos del III Reich mantuvieron para formalizar la llamada ‘solución final’, eufemismo utilizado para la maquinaria utilizada en el asesinato de millones de judíos y otras personas detestadas por el nazismo, como gitanos, homosexuales y comunistas.
“Hasta entonces habían eliminado a unas 80.000 personas. Tras poner en marcha su plan, aniquilaron a seis millones”, recuerda Bsonek.
15 actores y un espacio singular
La obra con un reparto de quince actores se estrena solo dos días antes del 75 aniversario de aquella reunión que llevó a la cámara de gas a tantos inocentes. El encuentro ha sido llevado al cine en películas como ‘La solución final’ y ‘Wannsee’ pero no al teatro.
“Quiero que el espectador sienta que él podría haber sido cualquiera de esos altos mandos, de ahí que escogiera la Casa de la Seda”. Porque ese señorial espacio con siglos de historia “encaja con el ambiente de la mansión berlinesa donde se celebró la conferencia”, señala el director.
El repaso a la Alemania nazi acabará con Leni, una entrevista televisiva ficticia entre la controvertida realizadora Leni Riefenstahl y el presentador estadounidense Johnny Carson en 1974. Montse Guallar interpreta a la cineasta preferida de Hitler y Sergi Mateu a Carson en este texto de Valeria Schulzoca y Roman Oleksák, que se estrenará el 6 de mayo en el Teatre Principal de Sabadell.
“Ella nunca pidió perdón ni aceptó su implicación en nada”.
La obra muestra su negativa a asumir cualquier responsabilidad y plantea preguntas entorno a línea que separa la servitud a una ideología del arte.
Tras ocho años viviendo en España, Bsonek no entiende a quienes temen revisar el pasado en nuestro país. “Es erróneo pensar que hablar de hechos históricos incómodos pueda abrir heridas y llevar a la venganza -opina-. La memoria es crucial. Hablar de ello es la menor prevención para que no se repitan”.
La Conferència de Wannsee es la única pieza cuya dramaturgia desarrollada a partir de un documento histórico que da fe de esta reunión secreta. La obra consta de tres partes. Una introducción para contextualizarla y presentar a sus protagonistas.
“Hitler dijo que si los judíos no emigraban serían aniquilados, pero lo dijo después de prohibir su emigración. Su situación tenía paralelismos con la del drama de los refugiados porque en ese momento a los emigrantes judíos ya no los querían en ningún sitio, ni siquiera pagando”.
La segunda parte refleja lo ocurrido en la reunión y la tercera se centra en el destino de los participantes tras la segunda guerra mundial. “No he suavizado nada porque sería un error. No creo que pueda herir sensibilidades ya que no estamos ante una obra teatral al uso. Es más teatro-documento”.
En la reunión predominaron los temas técnicos sobre los morales. “El único que se disculpó por las atrocidades cometidas por el régimen nazi tras la segunda guerra mundial fue Friedrich Kritzinger”. Este abogado y militar fue el único que planteó dudas morales en la reunión. “Quiso dimitir justo después pero no se lo permitieron”, recuerda el director.
El valor de la memoria
A diferencia de las obras del ciclo Cicatrius, Història, el montaje de la compañía Sitxo Paz utiliza proyecciones y se acerca al pasado desde otro punto de vista, con saltos del presente al pasado.
“La gente mayor que ha venido a ver la obra ha salido emocionada porque ha revivido un pasado no tan lejano. La gente más joven, en cambio, se ha quedado más con la mirada que ofrece la pieza sobre el presente y la manera en cómo aceptamos aquello que nos dicen y cómo nos lo cuentan”, afirma Pau Roca director y actor en la obra.
Él interpreta al joven estudiante de Historia que investiga si realmente Marc Bloch gritó antes de ser fusilado “¡Vive la France!”, El muchacho sale con una chica (Vicky Luengo), hija de su profesor (Miquel Gelabert). Descubrir que la conoce menos de lo que pensaba le hará replantear su trabajo e influirá en su manera de ver la realidad.
El compromiso humano, los silencios de la historia y la memoria centran la pieza cuya intención es demostrar que “la historia no está tan alejada de nosotros”, asegura su autor, estudiante de Historia. “Al igual que el teatro, nos ayuda a entender mejor quienes somos y cómo somos”.