La calle se ha vuelto una marea de condena
ola que nos devuelve
el desamparo
del rostro vecino que saluda con desgano
en el abasto
los anaqueles patentan el naufragio
y nadie atina una tabla porosa
entre la bruma
solo tiritan los cuerpos en el fragor
de la rompiente que nos mina
este juicio
de acantilado.
Tibisay Vargas Rojas
El Teatro entrevistó a la poeta venezolana Tibisay Vargas Rojas, acerca de su trabajo poético y su experiencia sobre la palabra.
“Es el lenguaje cónsono de mi vida. La que que me permite traducir, explorar sentimientos, acciones y la estética hecha palabra que me seduce”, así define la palabra poesía la poeta venezolana.
Manifiesta que aún no cumplido su primer año de vida, ya estaba vinculada con la poesía:
“Era muy común por parte de mamá rimar y hasta versificar acciones cotidianas”.
Inicios poéticos
“Cuento la anécdota fiándome en el testimonio de mamá y mi tía Ney. En un viaje que hicimos yo dije con clara e inteligible voz estos versos mirando fijamente la luna: “Allá está la luna, comiendo una tuna, y echando las conchas, en una totuma”.
Cuentan mis padres y mi tía que aquello los asombró enormemente, porque aun cuando desde los diez meses de edad pronunciaba perfectamente algunas palabras. Esa era la primera vez que las enlazaba y como me encanta, le doy el sitial de mi primera manifestación de un hecho poético”, relata.
Tibisay Vargas Rojas asegura que siempre estuvo consiente cuando comenzó a escribir de forma poética. Aprendió a leer a los tres años de edad, y en su casa contaba con una buena biblioteca que fue siempre su deleite.
Leer poesía le producía gran fascinación. “Rimada o no era una maravilla que ampliaba las posibilidades del lenguaje, y muy temprano (quizá a mis siete años, realmente no recuerdo), inicié el garabateo de la palabra con esa intención”, apunta.
“Definitivamente hice del verso libre mi espacio cónsono para abordar la poesía escrita”.
El proceso de publicar
En los años 70 y 80 ya había publicado poemas en carteleras escolares, diarios, y revistas locales. Su primer libro fue producto de un premio nacional de poesía, Ipasme de 1992. El jurado calificador entonces lo conformaron los poetas Albanela Pérez Suárez, Salvador Tenreiro y Lázaro Álvarez.
“Estaba embarazada de mi única hija, y la nostalgia por mi abuelo materno, Manuel Antonio Rojas Trujillo, fallecido hacía algunos años, me tenía tomada. Su rica vida, y particular amor por el llano venezolano era cautivante. Gran lector, tenía a Doña Bárbara de Gallegos, como pasión personal quizá por influencia de los dos años que pasó en su adolescencia en el llano apureño en compañía de su padrino. Sus anécdotas y modo de vida fueron tomando cuerpo en ese poemario titulado Llana palabra, señala.
Poetas recurrentes
La poeta dice que haría una larga lista la de los poetas que le gustan, porque para ella quienes abordan la poesía con sensibilidad y dedicación siempre despiertan su admiración.
“Leerlos es como sostener una íntima conversación, una puerta abierta a sus vidas y el disfrute sobre su forma de abordar este lenguaje con el cual comulgo. Son tantos, que peco por dejar fuera a muchísimos”, recalca.
Nos menciona a Olga Orozco, Emily Dickinson, Fernando Pessoa, Eugenio Montejo, Vicente Gerbasi, Elizabeth Schön, William Carlos Williams, hasta modernistas como Rubén Darío, y surrealistas como Juan Sánchez Peláez.
Movimiento poético en Venezuela y en Hispanoamérica
Con respecto al movimiento poético en Venezuela e Hispanoamérica, Tibisay Vargas Rojas considera que pasa por uno de sus mejores momentos. Aun cuando los medios y recursos para publicar sufren la crisis económica causada por la pandemia, particularmente en Venezuela. Suma la obra de los escritores venezolanos que han tenido reconocimientos internacionales recientes como Rafael Cadenas y Yolanda Pantin.
gracias a la labor de escritores y editores, la difusión virtual de las obras han hecho de las redes grandes aliadas e inmejorable recurso para estos tiempos.
La escritura en tiempos de pandemia
Considera este tiempo de crisis valioso para la producción y difusión literaria.
“En lo personal siento que, aun cuando no soy ducha en el manejo de las redes sociales, muchas me han permitido mostrar mi trabajo y acceder gustosamente al de otros. También el tiempo para el oficio es particularmente amplio por la condición de cuarentena que vivimos. Estar confinada en casa no es un estado ideal, pero para la lectura y el oficio escritural es particularmente provechoso”, enfatiza.
Poemarios publicados de Tibisay Vargas Rojas
- Llana palabra, publicado en 1993 por el Fondo Editorial Ipasme, al ganar el Premio Nacional de Poesía del VI Concurso Literario que auspiciaba esta institución. Ellos editaron y distribuyeron el poemario. Lo dedico a su abuelo materno, Manuel Antonio Trujillo. Rindiendo homenaje a su pasión por el llano venezolano, y en el evoca imágenes de su infancia, espacios amados que ya solo viven en el recuerdo.
- De humo y sal, editado en 1998 por el Ateneo “Los Flores” y la Fundación para el Fomento de la Cultura del Estado Guárico, con auspicios del CONAC. Lo dedicó a su abuela materna Narcisa Aular de Rojas. En él se desgranan los quehaceres domésticos, los espacios, y los seres queridos que ya no están físicamente, pero que moran en el corazón.
- Tachaduras (2000), dedicado a su esposo, Jeroh Juan Montilla, que obtuvo el tercer premio en el Primer Concurso Universitario de Poesía en 1998. Auspiciado por el Núcleo de Directores de Cultura y Extensión de las universidades venezolanas. Es un poemario de búsqueda y encuentro. Su relación con la página en blanco y el ensayo con la economía verbal, un contrapunteo con el silencio. Fue editado por la Dirección de Cultura de la Universidad Rómulo Gallegos, bajo auspicios del CONAC.
- Tema de miseria, dedicado a su amiga y condiscípula en la U.C. Rocío Jiménez. Un poemario que explora el sentir femenino ante la pérdida y el desamor. Lo editó en el 2002 la Asociación Civil Editorial Guárico, con auspicios del CONAC, reservándose su distribución. En el 2019 fue reeditado por El Taller Blanco Ediciones, editorial colombo-venezolana que se encarga de su actual distribución.
- De un patio a otro, poemario infantil dedicado a su hija Valeria, que recoge impresiones de su infancia, y que participó en el 9° Concurso Nacional de Literatura Infantil Miguel Vicente. Obteniendo la publicación de una selección de sus poemas por la Fundación Cultural Barinas, promotora del Concurso en el 2003. Junto a poemas de otros dos participantes: David Figueroa y Carlos Iglesias. En el 2005, el poemario es publicado íntegramente por la Asociación Civil Editorial Guárico con auspicios del CONAC.
- Tercera Persona (2008). Es un poemario íntimo, que toca la pérdida de un ser amado, la cotidianidad y la casa interior bajo el descalabro del dolor. Lo dedicó a su hermano Huáscar Gerardo Vargas Rojas, fallecido en el 2004. Fue publicado por la Asociación Civil Editorial Guárico. Luego en el 2009 la publicación fue en plaquettes que hizo la Editorial La Espada Rota, de una selección de poemas de su libro Sin absolución, con el título de Poemas.
Las demás publicaciones de Tibisay Vargas Rojas figuran en antologías, periódicos, y revistas, nacionales e internacionales tanto físicas como virtuales.