El director de Infierno o Barroco, Tomaz Pandur, falleció el 12 de abril cuando preparaba en escena con sus actores su versión de El rey Lear para el Teatro Nacional de Skopje. Desde allí su cadáver será repatriado hasta Liubliana, donde residía, según informó a la agencia Efe su amigo Mariano García.
García, el diseñador de sonido que trabajó en todos los montajes de Pandur en España, desde Medea a Fausto, excepto La caída de los dioses, explicó que la repatriación podría ser hoy mismo y que será en la capital eslovena donde tengan lugar los actos fúnebres.
El diseñador estuvo con él hace tres semanas en Bogotá, donde Tomaz Pandur estrenaba con su compañía para el Festival Iberoamericano de Teatro Fausto y él se encargaba de la producción de Miguel del Arco La violación de Lucrecia, con Nuria Espert de protagonista.
Allí le regaló una pulsera con la inscripción Cien años de soledad -con la que se hicieron una fotografía entrelazando sus muñecas- y le explicó que ya trabajaba en una producción en la que estaban involucrados, entre otros, el Festival de Teatro de Bogotá, la Universidad de Guadalajara (México) y los Teatros del Canal de Madrid.
“Éramos muy amigos y contaba conmigo también para eso. Estaba emocionado con ese proyecto y me soltó la bomba. El único nombre que me dijo fue el de Salma Hayek, pero no sé si es que pensaba convertir a Aureliano Buendía en una mujer. Solo sé que él pensaba a lo grande”, rememora.
Aún no había empezado a escribir la adaptación dramatúrgica pero ya estaba en el proceso de preparación del texto, una vez conseguida la autorización de la Fundación García Márquez.
Su idea era estrenar Cien años de soledad en México, para llevarla luego al Festival de Bogotá -que es bienal- y a Madrid, y ya estaba cerrando para el próximo mes de diciembre los primeros ensayos.
En España, se estrenaría, “casi con seguridad”, según explicaron fuentes de los Teatros del Canal, dentro de la programación del Festival de Otoño.
García recordó también cuando el año pasado llevaron a Grecia el montaje de El Rey Lear que estaba ensayando en Macedonia: “Fue algo maravilloso, una locura de montaje, muy profundo, muy humano, muy limpio”.
Esa producción, revela, es, junto con la Medea que hizo para el Festival de Mérida, lo que más le gustó de Pandur, que le hizo crecer personal y profesionalmente como jamás imaginó.
“Cuando me llamó para ‘Infierno’ yo sufrí muchísimo porque no estaba al nivel que me pedía. Sentía que fracasaba cada día pero alguien me dijo que aguantara y eso ha revertido a nivel profesional y personal de una forma gigante. Soy un pretoriano de Tomaz”, agrega emocionado.
La actriz Belén Rueda, protagonista de La caída de los dioses y con la que proyectaba hacer en el Festival de Mérida “Clitemnestra”, explicó que a ella le había contado que Cien años de soledad se haría por todo el mundo y que ya lo tenía cerrado.
“Cualquier actor de este país hubiera dado lo que fuera por trabajar con Tomaz Pandur. Tenía un universo tan especial, conseguía una ilusión alrededor de todo lo que hacía tan creíble y apetecible que creo, sinceramente, que es irrepetible”, subraya.