La última vez que el escritor Gonzalo Arango vio a su padre era una tarde calurosa en el barrio Guayaquil de Medellín, cuando lo acompañó a tomar ‘la línea’ que lo llevaría, a sus 75 años, a su nuevo trabajo en Betania (Antioquia). En ese pueblo, don Paco, el padre del filósofo, se enfrentó a una enfermedad que lo llevó a la muerte.
Años después, el fundador del nadaísmo describiría esta historia en el escrito ‘A mi padre, quien con su bondad desbordó los moldes de la gloria’, en el que se basó el director José Felix Londoño para crear Pasajero a Betania.
Precisamente, esa obra de teatro comenzó nueva temporada en al teatro El Trueque y estará abierta al publico hasta el 13 de agosto (de jueves a sábado).
Por medio de este relato de Gonzalo y su padre, la obra hace un recuento de la vida del principal nadaísta como un homenaje a los 40 años de su fallecimiento.
José Felix Londoño, protagonista de la pieza teatral y director del teatro El Trueque, dijo que “el público encontrará una invitación a conocer y releer la obra de Gonzalo Arango”.
Londoño agregó que “muchos espectadores salen con ganas de volver a leerlo, con ganas de conocer más, entonces es como una evocación de pensar en ese Gonzalo trascendentalista. Además, la obra tiene poesía y permite recordar aquella época de Medellín”.
Este montaje pretende también desmitificar la figura de Arango y mostrarlo como lo recuerdan sus familiares, y como se mostró él desde sus escritos,por medio de una puesta en escena meta-teatral y filosófica.
En la investigación previa, contó Londoño, “encontramos el hombre que hay detrás del mito de Gonzalo Arango, ese hombre que habían dicho que era ateo pero uno encuentra que es muy creyente, un gran enamorado de su padre y esa relación con su padre que alcahueteó a su hijo, que exigió pero también lo aconsejó a que creyera en él”.
En escena interviene el personaje de Arango que conversa en un bar de Guayaquil con el dueño del lugar y con una amiga suya, La Fuman Chu, que atiende en el bar.
Ningún actor representa el papá de Arango, pero sí un colchón. La razón radica en que su padre cargó uno para dormir cuando se trasladó a Betania.
Por medio de una calaver, durante la obra se personifica a Miguelito, un poeta español que el nadaísta leía mucho.
Por otro lado, para conmemorar los 40 años de muerte del escritor nacido en Andes (Antioquia), también se realizarán tres conversatorios en el teatro El truque.
Este sábado se dará la charla ‘El devenir intelectual de Gonzalo Arango’, con entrada libre.
Fuente: El Tiempo