“No duele
la noche de la carne ni el cardo
en las heridas.
Duele en los tendones el saber
que no hay
adonde regresar.
No hay cuerpo que aguante esa distancia.”
Con este poema titulado Exilio de Valeria Correa Fiz incluido en su más reciente poemario Museo de pérdidas, editado por la editorial canaria La Palma damos comienzo a la entrevista a la poeta argentina, radicada en Madrid. Ha publicado además de poesía, cuentos que han sido publicados en diversas antologías y traducidos al inglés, rumano y hebreo. Coordina el Club de Lectura del Instituto Cervantes de Milán e imparte talleres de escritura creativa en Milán y Madrid.
Primer encuentro con la poesía
Manifiesta no saber exactamente como fue ese primer encuentro con la poesía, pero cree que la primera vez que dio con la poesía fue cuando escuchó a su abuelo recitar al poeta español Antonio Machado y quedó sobrecogida por lo la belleza de lo que había escuchado y también por la entonación que su abuelo, exiliado español en Argentina. Recuerda que era uno de los versos del poema Caminante no hay camino:
Caminante, son tus huellas/ El camino y nada más/ Caminante, no hay camino/ Se hace camino al andar.
-¿Qué significa la palabra poesía para ti?
-Hay cientos de definiciones de poesía y ninguna termina de aprehenderla en su totalidad. Creo que la razón estriba en que no se puede definir una experiencia estética como no se puede definir cabalmente el amor o el sabor del café.
Sentimos la poesía como sentimos el cuerpo del hombre amado, pero no podemos explicarlo.
Vinculación personal con la escritura
Cuenta que cuando comenzó a escribir poesía y hasta ahora no ha sentido interés por valerse de la métrica para escribir poemas. “Es erróneo creer que el empleo del verso libre no plantea cuestiones formales a resolver, por ejemplo: la sonoridad del poema. La forma en el arte es esencial para la consecución de un buen resultado”, enfatiza.
Con respecto a vivir la poesía desde lo personal dice: “No sabemos si es verdad que Flaubert dijo Bovary soy yo, pero en cualquier caso toda la escritura tiene una vinculación personal fuerte, sea o no autobiográfica”.
Tengo un aforismo que, creo, responde mucho mejor que mis palabras: Con la mano quemada, escribo acerca del fuego.
-Tus poemas son muy particulares, se podría decir que son filosóficos y entran en el terreno del misterio y terror. Además de tener presente el mal como un sentido muy natural de la vida. Cuéntame sobre eso.
-La poesía aspira, igual que la filosofía, a conocer, sólo que con otras estrategias y recursos. En mi caso, ambas se gestan en torno al enigma de lo que somos, de nuestra propia condición (de ahí, mi interés por el bien y el mal). Tienen su germen en el asombro. No sabría definir la poesía, pero creo que uno de sus efectos es el darnos la impresión de recordar algo olvidado.
Cuando escribo un poema, tengo la sensación de estar descubriendo algo que ya estaba ahí, que me era preexistente. Mi obligación se reduce únicamente a la tarea de encontrarlo.
-Muchos escritores dicen que la escritura es fuente inagotable. Crees que es así, siempre vas a tener algo que escribir o hay un límite ? ¿Cuáles serían esos temas que recurres constantemente y que no dejarías de escribir sobre ello?
-Creo que las obsesiones, los temores y las manías son inagotables; no estoy segura de que la escritura lo sea.
-Desde que estamos viviendo de Pandemia ¿Cómo ha sido tu conexión con la escritura?
-Yo vivo bajo una pandemia de índole laboral, como todos los autónomos de pluriempleo. Escribo porque no puedo dejar de escribir y lo hago en los ratos libres o en los que le robo al descanso. A veces, lo siento como una maldición, pero es una maldición que salva, como dijo Clarice Lispector.
Gustos poéticos, publicaciones y premios
Poemas humanos, de César Vallejo, y Elegías de Duino, de Rainer M. Rilke son sus poemarios de cabecera ahora, pero las preferencias de lectura van cambiando. “La poesía en castellano está viviendo un gran momento. Es siempre la pasión de una inmensa minoría, como calificó Juan Ramón Jiménez a sus lectores, pero una gran pasión al fin”, recalca.
En cuanto a las publicaciones confiesa que su publicación El invierno a deshoras fue excepcionalmente sencilla ya el poemario se hizo acreedor del XI Premio Internacional de Poesía “Claudio Rodríguez” y la publicación fue parte del premio. Sin embargo señala:
en general, es bastante difícil publicar
Sus poemarios publicados son:
- El álbum oscuro, distinguido con el I Premio de Poesía Manuel del Cabral, 2016.
- El invierno a deshoras (Poesía Hiperión) ganador del XI Premio Internacional de Poesía Claudio Rodríguez, 2017.
- Museo de pérdidas (Ediciones La Palma)
- Así el deseo (Editora BGR).
El invierno a deshoras y Museo de pérdidas se pueden conseguir en las webs de las editoriales y de las librerías españolas y en forma de ebook, solo se puede conseguir la plaquette Así el deseo.
Cabe destacar que el pasado 23 de noviembre obtuvo el primer premio en la III edición del Certamen Literario Clara Campoamor 2021 con el poema #Ican’tbreathe, en la modalidad de residentes de Retiro.
[…] Valeria Correa Fiz: «Sentimos la poesía como sentimos el cuerpo del hombre amado» […]