La memoria guarda un refugio allí permanece mi voz.
Victoria Benarroch
Una caricia detrás de cada pérdida
mis lágrimas sobre la certeza
aceptarla
a pesar de sus juegos
y mientras dolía seguía entregando
algún beso de sabiduría
La poeta venezolana Victoria Benarroch hija, es educadora con estudios en psicología y psicoanálisis, nos cuenta que un momento de mucho dolor a raíz de la enfermedad de una amiga comenzó a escribir un diario en la computadora solo las emociones que sentía y se dio cuenta que de esos textos salían poemas.
Cuando su amiga falleció no dejó de escribir. Y llegó a tener muchos poemas. Posteriormente participó en una convocatoria sobre poesía que hace cada año El Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (CELARG), en la cual quedó y realizó su primer taller poético con la poeta María Antonieta Flores .
Después de realizar diversos talleres de poesía pasaron 8 años y sale su primer poemario llamado Entretejido en el que hace mención a la poeta Maria Antonieta Flores como su primera lectora.
“Cuando publique mis poemarios fue que me enteré que en mi familia también habían escritores no como oficio pero que escribían cartas de amor entre ellos mis abuelos, también hay muchos pintores, ilusionistas, magos”.
Sobre el ejercicio poético Victoria dice:
“La poesía es muy terapéutica y te salva de los propios laberintos que uno tiene adentro, uno escribe desde el dolor, desde la ruptura desde los espacios vacíos. Sin espacios vacíos no puedes escribir. Pero también en los momentos emocionantes, de encuentros de amistad y de amor”.
Cuenta que ha recibido muy buena acogida entre los lo lectores de poesía, siendo reseñada en Papel Literario de El Nacional (Venezuela) en varias oportunidades. Además manifiesta que los movimientos poéticos sirven para interconectar, como el jamming poético.
“Uno no es poeta porque escriba poesía, yo soy poeta de alma”.
El poeta observa con un ojo distinto de ahí interpreta a través de una metáfora, no hay reglas. Es una necesidad imperante que resuena en tu interior, manifiesta.
“La poesía es una actividad solitaria de resguardo, un descubrir constante y además es atemporal. La vida es la poesía”.
A continuación tres poemas de su poemario La memoria de los trenes:
De tolerar la espera
En la raíz de un árbol
ser tierra abonada
absorber su luz
y el resquicio hondo
acariciar con certeza
las riendas que conducen a un río
donde las almas se sumergen.
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El mediterráneo es una casa
cada ruina que lo visita
una isla que abandona
su libertad
es dejar nombrar
a la luz de los rieles su memoria.
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Desde el silencio de cada vagón
deshojas la ternura
nombras la tristeza
elevas la sombra de una perla
que teje la ausencia
y descubre…..el misterio de su luz.