El teatro es salvador o refugio ante las crisis. Es la disconformidad con la realidad y su sugestión para formar nuevas metáforas que sumen voces a un mensaje. Recientemente, el director teatral –ahora al frente del Teatro Abadía en España– Carlos Aladro decía que el teatro “no es entretenimiento” y que no sirve “para distraer”, sino que “debe ser un espacio para la agitación del espíritu y del alma“.
Así, algunos dirán que el teatro los ayuda a sobrellevar la cotidianidad, escapar de la realidad, otras que lo escénico los lleva a reflexionar y tomar conciencia. Con el teatro protegen el alma y el espíritu, o sacan a expresar algo desde lo más profundo, en un mundo lleno de dudas e incertidumbres.
Frente a conflictos sociales, violencia, desapegos e individualismos, ¿es el teatro o un vínculo o desconexión con la realidad? ¿Un espacio que salva y refugia? Quizás así sucede en tiempos de crisis, “donde sufrimos esta tragedia que nos muele hasta el alma” –como diría la profesora de teatro Daifra Blanco–, es el teatro el único abrigo.
En El-Teatro hemos reunido a grandes figuras de las artes escénicas para entender si el teatro es necesario en momentos de crisis.
Diana Volpe: el teatro salva porque nos exige ser honestos
Directora venezolana de Teatro del Contrajuego
“En estos tiempos tan difíciles que sufre Venezuela, cuando todos los días uno se pregunta: ¿me quedo? ¿Me voy? ¿Qué hago? ¿Cómo enfrento las dificultades diarias? Poder concentrarme en otra cosa que es usar el alma, el espíritu, la creatividad, me permite alejarme de lo cotidiano y de la crisis. En el sentido que me permite ponerlo en perspectiva y en ese sentido evaluar qué es lo verdaderamente necesario en la vida, qué hace falta para seguir adelante, qué hace falta para ser felices.
El teatro salva, en general, porque nos exige ser honestos, honestos con nosotros mismos y con los demás. Un actor que es honesto sobre el escenario lo vemos, lo sentimos, lo entendemos y transmite claramente lo que le sucede al personaje.
El teatro nos permite seguir explorando, seguir analizando. Debemos seguir haciendo teatro, juntos. Debemos seguir adelante, no podemos resignarnos. Nos corresponde seguir haciendo nuestro arte”.
Alejandro Aguilar: quiebra el espejo y muestra la realidad
Director colombiano de El Clan Films
“El teatro es la memoria histórica de un país. Es un espejo que nos sirve para confrontarnos y para analizar nuestro comportamiento como sociedad, y al mismo tiempo para tener memoria y no olvidar todo lo que sucede en nuestras sociedades. No se acaba por eso, el ser humano necesita seguir buscando que le quiebren el espejo. Esa es la función del teatro, quebrar un espejo y mostrar nuestra realidad. Es una mentira que nos da la posibilidad de contar una gran verdad.
El teatro ha sido una herramienta eficaz de construcción, de reparación, en América Latina.
Hay mucho movimiento de teatro muy importante. En Colombia no podemos olvidar el teatro maravilloso que sigue haciendo el Teatro La Candelaria, Teatro Libre o Teatro Experimental de Cali, referencias de teatro en América Latina, por ser atrevidos en una sociedad a veces sin recursos ni posibilidades.
Es un teatro comprometido políticamente y eso es importante, decir cosas y mostrar cómo nos estamos comportando como sociedad”.
William Goite: sale de un corazón para llegar a otro
Actor venezolano
“El teatro sí salva y mucho. Porque es la masa humana de todas las artes. Porque sale de un corazón para llegar a otro corazón. El teatro no necesita artificios como las otras artes, la pintura por ejemplo, necesita un color, tierra u otro elemento. El teatro solo necesita un espacio, sea el que sea, y un corazón, un actor, un intérprete. El teatro es vida y necesita de un corazón tanto para hacerlo como para verlo”.
Johan Velandia: es la reconstrucción de la realidad
Director colombiano de La Congregación Teatro
“No sé si salva el mundo o es refugio, pero funciona como un espacio de reconstrucción de la realidad. Un espacio donde todo lo que está sucediendo, en el contexto histórico, político y social se puede resignificar y poetizar, para su reflexión.
Después de esto sí vendrá una transformación, pero no radical, como que se acabe el conflicto o la crisis, sino algo más positivo. Una transformación de las almas de los espectadores.
El teatro realmente ha tenido un papel importante en nuestro devenir histórico, como colombianos y como latinoamericanos. Muy seguramente no ha transformado ninguno de los hechos atroces que han ocurrido en nuestra historia, es decir, por hacer una obra de Pablo Escobar no se frenó este fenómeno tan nefasto para nuestro país , igual podría mencionar personajes que han jugado con la ignorancia del pueblo colombiano, pero el teatro ha estado allí, como bandera de reflexión, como oposición, concientización y como sensibilización para los latinoamericanos que hemos tenido que afrontar situaciones de guerra tan fuertes. Pese a todo, el teatro puede brindar esa reconciliación o esa resiliencia con estos actos tan atroces que la historia nos ha traído a nuestras vidas.
El teatro puede llegar a transformar y a sensibilizar el alma humana. No me gusta la palabra salvar, porque está llena de un montón de conceptos y prejuicios cristianos, es un espacio propicio para el encuentro de las almas, no para su salvación”.